La petrolera estatal boliviana confirmó ocho pozos exitosos, pero expertos advierten que no alcanzan para revertir la fuerte caída en la producción y las exportaciones.
La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) anunció que entre 2021 y 2025 logró ocho hallazgos de hidrocarburos en Santa Cruz, en el marco del Plan de Reactivación del Upstream (PRU), que contempla 57 perforaciones a nivel nacional.
Los descubrimientos llegan en un contexto complejo para Bolivia, marcado por la declinación de la producción, la caída de ingresos fiscales y la escasez de combustibles en el mercado interno.
Según cifras oficiales, el Campo Yarará aporta actualmente 454 barriles diarios de crudo ligero, mientras que otras áreas como Curiche, Florida y Sirari muestran potencial adicional. Además, YPFB proyecta inversiones de Bs 102 millones en exploración sísmica en Tatarenda (Santa Cruz) entre 2025 y 2026.
Una crisis estructural
Pese al anuncio, analistas advierten que la magnitud de los descubrimientos es insuficiente frente al retroceso estructural del sector en Bolivia. En la última década:
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La producción de gas natural cayó más del 50 %, de 22.188 millones de m³ en 2014 a niveles muy inferiores en 2024.
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La producción de petróleo y condensado se desplomó un 62 %, pasando de 18,6 millones de barriles en 2014 a solo 7 millones en 2024.
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Los ingresos por exportación de gas descendieron de US$ 6.011 millones en 2014 a US$ 2.050 millones en 2023, con una pérdida superior a US$ 4.000 millones en una década.
Solo en el primer cuatrimestre de 2025, las exportaciones de gas generaron US$ 375,5 millones, un 37 % menos que en el mismo periodo del año anterior, según la propia estatal.
Expectativas vs. realidad
“Son proyectos de impacto que tienen un gran potencial de hidrocarburos. El país se encuentra en una situación de producción en declinación, razón por la cual se debe seguir explorando”, declaró Mayra Campos, gerente de Administración Técnica de Contratos y Evaluación E&E de YPFB.
No obstante, los anuncios ocurren en medio de colas para conseguir combustible, importaciones crecientes de diésel y gasolina y una renta petrolera cada vez más reducida. El debate se centra en si la nueva fase exploratoria logrará frenar la tendencia negativa o si responde a una estrategia de generar expectativas en plena crisis energética.
De acuerdo con YPFB, la estrategia busca fortalecer la seguridad energética de Bolivia mediante exploración y explotación que permitan incrementar la producción y reponer reservas.






