La naviera japonesa Ocean Network Express advierte una reconfiguración de las cadenas de suministro textiles, marcada por el traslado de producción y nuevas exigencias logísticas.
Un cambio en el mapa textil mundial
Ocean Network Express (ONE) señaló que la industria textil atraviesa una transformación estructural: la producción se está moviendo desde Asia Oriental hacia el sudeste y sur del continente, en un proceso que redefine las estrategias de abastecimiento global.
La compañía atribuye esta migración a factores como los costos laborales competitivos, políticas gubernamentales de atracción, tensiones geopolíticas y la irrupción tecnológica.
Retos para marcas y transportistas
Este fenómeno genera interrogantes sobre dónde ubicar el abastecimiento para asegurar cadenas de suministro más resilientes, ágiles y sostenibles. Aunque Asia Oriental continúa como actor central, su participación relativa en exportaciones de prendas se contrae. De hecho, la ruta Asia Oriental–América del Norte registró una TCAC negativa de -1,2 % entre 2015 y 2024.
“El cambio no responde únicamente a costos, sino también a tensiones arancelarias y geopolíticas. Las empresas diversifican sus cadenas para mitigar riesgos, alterando patrones comerciales históricos”, señaló ONE.
El atractivo del sudeste asiático
El sudeste asiático emerge como polo clave, gracias a incentivos fiscales, mano de obra calificada y políticas proactivas. Países de la región están desarrollando capacidades manufactureras para prendas de mayor valor agregado, consolidándose como alternativa estratégica a largo plazo.
La infraestructura es otro factor decisivo. “La calidad de puertos, carreteras y conectividad digital determinará la viabilidad de un país como socio textil global”, subrayó la naviera.
Moda ultrarrápida y nuevas exigencias
El auge de la moda ultrarrápida obliga a cadenas de suministro más veloces y flexibles. Esto desplaza las decisiones de abastecimiento hacia socios capaces de sostener ciclos de producción cortos y logística directa al consumidor.
ONE concluye que navegar este nuevo panorama exige más que comparar costos: el éxito dependerá de contar con socios logísticos con experiencia y presencia real en estas regiones emergentes.






