El ministro de Transportes acusa amenazas para firmar una adenda, mientras el alcalde López Aliaga insiste en llevarlo a la vía penal. La disputa revela dudas sobre la viabilidad técnica y el costo real del proyecto ferroviario.
Un proyecto ferroviario bajo tensión
El tren Lima-Chosica, una de las iniciativas de transporte más polémicas de la capital peruana, se encuentra nuevamente en el centro de la controversia. El ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC), César Sandoval, denunció presiones y amenazas para firmar una adenda relacionada con el proyecto, actualmente en pugna con la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML).
En declaraciones recientes, Sandoval afirmó que la presunta demanda que el alcalde Rafael López Aliaga planea en su contra por frenar el proyecto “sí se llama tráfico de influencias”. El titular del MTC señaló que su cartera ha buscado instalar mesas técnicas desde el inicio, pero que el proyecto carece de la infraestructura básica para operar.
López Aliaga responde con denuncia penal
El 2 de septiembre, el alcalde de Lima anunció que iniciará acciones legales contra Sandoval, acusándolo de bloquear un proyecto con alto impacto social. “Aquí hay un daño a la calidad de vida de millones de peruanos. Hay que ver las responsabilidades civiles y penales de este caballero”, declaró el burgomaestre, insistiendo en que la obra responde a un beneficio social más que económico.
Vagones varados y cuestionamientos de transparencia
Mientras tanto, la llegada de los trenes adquiridos por la MML ha generado nuevas polémicas. El segundo lote de unidades Caltrain, desembarcado el 25 de agosto, permanece almacenado en el Parque de La Muralla, expuesto al deterioro por clima y falta de mantenimiento. En total, Lima ya recibió 90 vagones y 19 locomotoras en estado cuestionado.
López Aliaga adelantó que los trenes podrían convertirse en una exhibición turística temporal, mientras se define su futuro. Sin embargo, documentos obtenidos por el portal La Encerrona en EE.UU. revelan que la supuesta “donación” tuvo un costo superior a los 22 millones de dólares, contradiciendo la versión oficial de que solo se cubrió el traslado.
Implicancias económicas y de gestión pública
La disputa evidencia no solo la pugna política entre el Ejecutivo y la Municipalidad de Lima, sino también los riesgos económicos de proyectos ferroviarios sin estudios claros de viabilidad. Expertos señalan que, sin infraestructura adecuada ni planes de financiamiento, el tren Lima-Chosica podría convertirse en un caso emblemático de inversión ineficiente y opacidad en el gasto público.






