Por Juan Carlos Valda
Crecer es algo que todo empresario desea para su empresa, pero el crecimiento de una PYME no siempre es tan placentero como parece. A menudo, viene acompañado de lo que podríamos llamar «dolores de crecimiento», una serie de desafíos que aparecen cuando la empresa comienza a superar la etapa inicial y se enfrenta a la realidad de manejar una estructura más compleja. Estos problemas no son triviales y, si no se abordan adecuadamente, pueden poner en riesgo el futuro de la empresa.
Sin embargo, estos dolores tienen solución. A continuación, quiero compartir algunos de los remedios más efectivos para ayudar a las PYMES a sobrellevar el crecimiento sin perder el control ni desviarse de su propósito original.
- Falta de planificación estratégica
Uno de los mayores problemas que enfrentan las PYMES al crecer es la falta de planificación estratégica. Muchas veces, el empresario está tan ocupado en el día a día que no tiene tiempo de pensar en el futuro. El crecimiento, cuando ocurre, es reactivo en lugar de planificado, lo que genera desorganización y estrés.
Remedio: Establecer una planificación estratégica clara y revisable. Esto no significa crear un documento rígido que no pueda adaptarse a las circunstancias, sino definir una visión a largo plazo con objetivos claros y medibles. El empresario debe tomarse el tiempo para trabajar sobre la empresa y no solo dentro de ella. Revisar esta planificación al menos una vez al año es clave para asegurarse de que se sigue el camino correcto.
- Desbordamiento del fundador o gerente general
El empresario que empezó con todo el control de su empresa, con el tiempo, puede volverse el cuello de botella que impide el crecimiento. Esto sucede porque, al no haber una estructura jerárquica sólida, todas las decisiones pasan por la misma persona. Como resultado, el empresario se satura, toma decisiones apresuradas y no puede enfocarse en las áreas críticas.
Remedio: Delegar es esencial para el crecimiento. A medida que la empresa crece, es fundamental construir un equipo de confianza y asignar responsabilidades claras. Crear un equipo directivo o contratar gerentes para las áreas clave permitirá al empresario centrarse en la estrategia general en lugar de estar atrapado en la operación diaria. Por supuesto, esto no significa dejar de supervisar, pero sí enfocarse en las decisiones de alto nivel.
- Problemas de gestión financiera
El crecimiento trae consigo mayores necesidades financieras, tanto para invertir en nuevas oportunidades como para cubrir los costos de expansión. Sin un control financiero riguroso, es fácil que la empresa pierda el control de su liquidez, acumule deudas o termine tomando decisiones basadas en datos imprecisos.
Remedio: Implementar un sistema de control de gestión. Un buen sistema financiero permite tener visibilidad de los ingresos, gastos y, sobre todo, del flujo de caja. No basta con saber si se gana o se pierde dinero; es crucial entender por qué. Las decisiones de inversión y financiamiento deben tomarse con datos concretos, y para eso, es vital contar con reportes financieros claros y actualizados.
- Dificultades para profesionalizarse
Muchos empresarios PYMES creen que profesionalizarse significa perder el espíritu emprendedor que los llevó al éxito inicial. Sin embargo, no se trata de burocratizar la empresa, sino de darle una estructura que permita sostener el crecimiento. Esto implica procesos claros, políticas internas y una organización que funcione independientemente del fundador.
Remedio: Apostar por la formación y profesionalización. Capacitar al equipo de trabajo y contar con asesores o consultores externos es fundamental para incorporar prácticas de gestión más eficientes. La profesionalización no significa perder flexibilidad, sino ganar herramientas que permitan a la empresa operar de manera más ágil y ordenada.
- Resistencia al cambio
El crecimiento requiere cambios, y no todos los miembros del equipo —especialmente aquellos que han estado desde el inicio— están dispuestos a adaptarse. La resistencia al cambio puede ser un obstáculo importante, ya que retrasa las decisiones críticas o incluso genera conflictos internos.
Remedio: Fomentar una cultura de mejora continua. La empresa debe adoptar el cambio como parte natural del crecimiento. Para esto, es necesario que el empresario sea el primero en demostrar apertura al cambio y que comunique de manera clara la necesidad de adaptarse. Involucrar a los empleados en los procesos de transformación, haciéndolos parte del desarrollo de nuevas soluciones, puede disminuir la resistencia.
- Caída en la calidad del producto o servicio
A medida que una PYME crece, a menudo se enfrenta al riesgo de perder el enfoque en la calidad que la diferenciaba cuando era más pequeña. El aumento en la demanda y la expansión del mercado puede llevar a procesos más rápidos o menos cuidadosos, afectando negativamente la satisfacción del cliente.
Remedio: Estandarizar los procesos sin sacrificar la personalización. La clave está en mantener el control de calidad a través de procesos estandarizados que aseguren consistencia, pero sin eliminar la flexibilidad que muchas PYMES tienen para adaptarse a las necesidades de sus clientes. La implementación de sistemas de control de calidad y la formación del equipo en estos aspectos son esenciales para evitar que el crecimiento perjudique la reputación de la empresa.
- Problemas con la cultura organizacional
El crecimiento también impacta la cultura interna de la empresa. Lo que alguna vez fue una organización pequeña y cercana se convierte en una estructura más amplia, donde la comunicación informal ya no es suficiente para alinear a todos los empleados. Esto puede generar un ambiente de trabajo desorganizado o incluso conflictos entre equipos.
Remedio: Definir y comunicar una cultura organizacional clara. Los valores y la misión de la empresa deben ser compartidos y comprendidos por todos. Crear espacios formales de comunicación y retroalimentación ayuda a mantener el compromiso de los empleados con la visión de la empresa. La cultura organizacional no debe ser algo que solo el fundador tiene en mente; debe ser vivida por todos los que forman parte de la PYME.
- No preparar la empresa para la sucesión
El empresario puede estar tan centrado en el crecimiento que se olvida de preparar el futuro. Muchas PYMES colapsan cuando el fundador se retira o fallece, porque no hay un plan de sucesión claro o los nuevos líderes no están preparados para asumir el control.
Remedio: Planificar la sucesión con anticipación. Es fundamental empezar a identificar posibles sucesores, ya sean familiares o empleados clave, y prepararlos para asumir mayores responsabilidades. También es importante documentar procesos críticos y asegurarse de que la empresa no dependa exclusivamente del fundador para seguir operando de manera efectiva.
Conclusión
El crecimiento de una PYME es un camino lleno de desafíos, pero estos no son insuperables. Los dolores de crecimiento son inevitables, pero con los remedios adecuados, pueden ser gestionados de manera efectiva. La clave está en anticiparse a los problemas, crear una estructura sólida y profesional, y nunca perder de vista el propósito original de la empresa. Si se actúa con inteligencia, el crecimiento no solo será sostenible, sino también el motor que impulse a la PYME a nuevos niveles de éxito.






