Wall Street resiste, pero la política amenaza con desestabilizar el ciclo económico global

En medio de buenos resultados corporativos y una economía que resiste, el clima político y comercial, con Trump como protagonista, siembra dudas sobre el rumbo económico global. La fragilidad de los equilibrios monetarios y fiscales amenaza con volverse el nuevo eje de volatilidad para los mercados.

La jornada financiera estuvo dominada por un alto flujo de eventos políticos, económicos y corporativos que delinean el futuro inmediato de los mercados globales. La combinación de una intensa agenda geopolítica, resultados trimestrales robustos en la banca estadounidense, expectativas inciertas sobre política monetaria y un entorno comercial global cada vez más proteccionista, plantea un escenario de alta sensibilidad para los inversionistas. La narrativa de la sesión se tejió en torno al protagonismo de Estados Unidos tanto en el frente macroeconómico como corporativo, seguido por movimientos en Europa y tensiones latentes en Asia.

En Estados Unidos, la dinámica estuvo marcada por tres vectores fundamentales: los resultados corporativos del segundo trimestre, las señales de la Reserva Federal y la ofensiva comercial del presidente Donald Trump. En el ámbito corporativo, los gigantes bancarios presentaron resultados ampliamente superiores a las estimaciones. Morgan Stanley reportó ingresos netos de 16.790 millones de dólares, superando los 16.040 millones esperados. Destacaron los ingresos por ventas y operaciones de acciones con 3.720 millones (frente a los 3.530 millones estimados), así como el área de FICC con 2.180 millones (vs. 2.118 millones).

Goldman Sachs también sorprendió al alza con un BPA de $10,91 frente al esperado $9,77, e ingresos por $14.480 millones (superando los $13.530 millones). Los activos bajo gestión alcanzaron $3,29 mil millones y sus préstamos escalaron a $217 mil millones. Bank of America no se quedó atrás: préstamos por $1,15 billones (vs. $1,12 billones estimados) y depósitos totales por $2,01 billones, junto a ingresos operativos de $5.380 millones sin incluir el DVA, confirmaron la fortaleza del sector bancario en medio de tasas elevadas.

La solidez del sector salud también se hizo sentir, con Johnson & Johnson reportando un BPA ajustado de $2,77 y ventas por $23.748 millones, frente a una estimación de $22.840 millones. En tecnología, Nvidia confirmó su ambición de mantener presencia en el mercado chino pese a las restricciones, señalando que continuará exportando sus chips más avanzados como el H20 siempre que sea legalmente posible. AMD, por su parte, reanudará las exportaciones de su chip MI308 a China, en una señal de que el comercio tecnológico sigue siendo parte integral de la negociación entre Washington y Beijing.

La política monetaria mantuvo al mercado dividido. Las presidentas de la Fed de Boston y Dallas, Susan Collins y Lorie Logan, ofrecieron mensajes prudentes. Collins reiteró que el banco central puede ser paciente con los recortes, aunque reconoce que los márgenes de beneficio están limitando la transferencia de aranceles, lo que podría tener un efecto moderado en la inflación. Logan, votante del FOMC en 2026, sostuvo que, aunque su hipótesis es mantener tasas restrictivas por más tiempo, es posible que una inflación más suave junto con debilidad en el empleo requiera recortes antes de lo previsto.

Mientras tanto, el mercado de tasas refleja esta incertidumbre, las probabilidades de recorte en septiembre están divididas 50/50, con los rendimientos del bono del Tesoro a 30 años superando el 5%. Wall Street advierte sobre riesgos crecientes si el Tesoro intensifica la emisión de letras para financiar el déficit, alertando sobre presiones de precio si se supera la capacidad de absorción del mercado.

En el plano político, Trump ha intensificado su agenda económica y comercial. Se perfila Kevin Hassett como principal candidato para suceder a Jerome Powell al frente de la Fed, lo que preocupa a los mercados por la potencial erosión de la independencia del banco central. Trump insiste en que se requieren recortes de tasas de hasta 300 puntos básicos y sostiene que se podría ahorrar un billón de dólares anuales si la Fed actuara de forma más agresiva. El mandatario también confirmó que la Ley GENIUS —destinada a impulsar el desarrollo de activos digitales— será votada con apoyo total tras una reunión con congresistas republicanos, afirmando que colocará a EE.UU. «a años luz» de China y Europa en tecnología blockchain.

En el frente comercial, se anunciaron múltiples frentes arancelarios. Indonesia enfrentará un arancel del 19% pero comprará 50 aviones Boeing, además de comprometerse a $15.000 millones en energía estadounidense y $4.500 millones en productos agrícolas. Trump también advirtió que podrían llegar cartas arancelarias a países más pequeños con tasas superiores al 10%, y no descartó tarifas a medicamentos antes del 1 de agosto. Además, mantiene tensiones abiertas con China sobre chips de IA y tierras raras, mientras que desde el Departamento de Comercio se señaló que EE.UU. venderá únicamente su «cuarto mejor chip» a China, con el objetivo estratégico de mantener el liderazgo tecnológico y fomentar la dependencia tecnológica de los desarrolladores chinos.

Europa, por su parte, navega su propio campo de tensiones. La Comisión Europea propuso un ambicioso presupuesto de 1,9 billones de euros para el periodo 2028-2034, equivalente al 1,26% del PIB regional. Francia fue protagonista con el primer ministro Bayrou anunciando un plan cuatrienal de consolidación fiscal que buscará reducir el déficit desde el 5,4% actual al 2,8% en 2029. Las medidas incluirán una carga impositiva más alta para los más acaudalados y la eliminación de algunas exenciones fiscales. Se estima que será necesario un esfuerzo fiscal de 43.800 millones de euros en 2026. Sin embargo, Bayrou enfatizó que el plan no generará recesión. Al mismo tiempo, advirtió que los pagos de intereses podrían alcanzar los 100.000 millones de euros en 2029 si no se toman medidas.

En paralelo, Francia impulsa la activación de la herramienta comercial más potente de la UE contra EE.UU., aunque el bloque aún privilegia el diálogo hasta el 1 de agosto. La portavoz de la UE confirmó que Sefcovic viajó a Washington para reuniones con Greer y Lutnick con el objetivo de reducir tensiones. Mientras tanto, Meta enfrenta una nueva investigación antimonopolio y una multa de 200 millones de euros por parte del bloque comunitario. En el sector automotriz, las acciones de Renault sufrieron una fuerte caída tras advertencias sobre beneficios futuros.

Desde Asia, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China anunció junto al Parlamento Europeo el levantamiento de todas las restricciones a los intercambios mutuos, en un intento por reducir tensiones. Sin embargo, el entorno comercial permanece volátil. China impuso nuevas restricciones a la exportación de tecnología de baterías para vehículos eléctricos, lo que podría impactar a fabricantes globales. En respuesta, EE.UU. reanudó los envíos de chips de IA como parte de negociaciones sobre tierras raras. En Japón, el político Ishiba expresó intención de discutir aranceles directamente con el Tesoro estadounidense. Por otro lado, la Organización Mundial del Comercio informó que el volumen del comercio mundial de mercancías creció un 3,6% en el primer trimestre, aunque proyecta una desaceleración ante el incremento de barreras comerciales en la segunda mitad del año.

Finalmente, se confirmó una reunión de alto nivel entre países propietarios de misiles Patriot y donantes a Ucrania, con el objetivo de encontrar nuevas baterías de defensa aérea. El Kremlin reiteró que el suministro de armas a Ucrania es prioridad y mantiene la posibilidad abierta de una llamada con Trump.

El escenario global se encuentra atravesado por un eje político-económico centrado en EE.UU., donde la política fiscal y monetaria parecen estar al borde de un punto de inflexión. Los resultados corporativos sólidos brindan un respiro al mercado, pero la posibilidad de intervención directa en la Fed por parte de Trump y su agresiva postura arancelaria podrían generar distorsiones estructurales. El proteccionismo, especialmente en tecnología y manufactura, marcará el rumbo de la inflación en el segundo semestre y tensionará las cadenas de suministro globales.

En Europa, el ajuste fiscal francés puede marcar la pauta para una nueva era de ortodoxia presupuestaria, pero enfrentará resistencias sociales y riesgos de crecimiento. En Asia, el avance de restricciones tecnológicas por parte de China y el realineamiento con Europa sugieren una nueva fase de bloques geoeconómicos enfrentados.

Los próximos trimestres estarán definidos por tres interrogantes que tienen que ver con: si actuará la Fed antes de que los riesgos políticos erosionen su credibilidad; cuál será el impacto real de la nueva ola arancelaria global; y si el crecimiento corporativo logrará compensar las distorsiones regulatorias y geopolíticas.

El mercado podría encontrar apoyo en la solidez del consumo y los balances empresariales, pero la volatilidad estructural aumentará. Se anticipa un tercer trimestre de mayor rotación sectorial, flujos defensivos y alta sensibilidad a decisiones de política monetaria. Las posiciones deberán ajustarse con una visión dinámica y una gestión de riesgo rigurosa ante un entorno global crecientemente politizado y frágil.