Waqrapukara se sumará a la red de destinos accesibles a través de tecnología de transporte moderna.
El Perú avanza en la modernización de su infraestructura turística con la próxima construcción de un teleférico de primer nivel en el complejo arqueológico de Waqrapukara, en Cusco. Esta iniciativa, que demandará una inversión de US$ 40 millones mediante una Asociación Público-Privada (APP), busca mejorar significativamente el acceso a este importante sitio preincaico, tradicionalmente reservado a los viajeros más intrépidos por su lejanía y exigente acceso a pie.
“Cusco concentra más del 21% del flujo turístico que llega al Perú. Mejorar el acceso a destinos emergentes como Waqrapukara no solo diversifica la oferta, sino que incrementa el potencial de gasto por visitante en la región”, señaló Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
Conectividad y desarrollo para comunidades altoandinas
La construcción del teleférico permitirá que tanto turistas nacionales como extranjeros puedan llegar a Waqrapukara de forma más rápida, segura y sin la necesidad de recorrer largas caminatas. Este avance no solo facilitará la visita al monumento histórico, sino que abrirá nuevas oportunidades económicas para las comunidades de la zona.
Además del impacto en el turismo, el proyecto impulsará actividades como el comercio local, la gastronomía y la artesanía. Se estima que la operación del teleférico podría generar hasta 500 empleos directos e indirectos en su primera fase, dinamizando así economías locales en áreas rurales.
El teleférico de Waqrapukara forma parte de un plan nacional más amplio que contempla la implementación de nueve teleféricos en cinco regiones del país. En el caso de Cusco, también están en marcha los proyectos de Collpani y Urubamba, con inversiones de US$ 40 y US$ 35 millones respectivamente, consolidando a la región como epicentro del turismo sostenible en el Perú.
Otros proyectos similares están programados para ejecutarse en Yungay (Áncash), Puno y Moquegua, así como en Lima, donde se construirán sistemas de transporte por cable en El Agustino y el eje Independencia–San Juan de Lurigancho, este último con una inversión proyectada de US$ 110 millones.
Acceso al patrimonio como motor económico
“En los últimos años, el turismo rural comunitario en el Perú ha crecido a un ritmo del 15% anual, y con mejor infraestructura, esta cifra podría duplicarse. Además, estudios del Mincetur muestran que el 60% de los turistas extranjeros están interesados en destinos culturales menos masificados, lo que representa una gran oportunidad para proyectos como Waqrapukara”, destacó Torres.
Con su futura inauguración, Waqrapukara se sumará a la red de destinos accesibles a través de tecnología de transporte moderna, abriendo paso a una nueva etapa en la promoción del patrimonio nacional con un enfoque inclusivo y sostenible.
