Argentina registró en mayo su mayor superávit comercial del año, aunque las exportaciones cayeron por primera vez desde fines de 2023. La mejora se explica por una baja importadora atada a señales de desaceleración.
En mayo de 2025, la balanza comercial argentina arrojó un superávit de 608 millones de dólares, el más alto del año según el INDEC. Sin embargo, el dato vino acompañado de una señal de alerta: las exportaciones cayeron 7,4 % interanual, su primera baja desde diciembre de 2023. Esta caída se dio pese a una leve mejora mensual desestacionalizada del 0,4 %.
El valor total exportado fue de US$7.095 millones, mientras que las importaciones sumaron US$6.488 millones, marcando un alza del 29,4 % respecto al mismo mes del año pasado. Así, el intercambio comercial totalizó US$13.583 millones, con una expansión del 7,1 % interanual.
Exportaciones en retroceso
Las cifras muestran un freno importante del motor exportador. Salvo por las manufacturas de origen industrial (MOI), que subieron 2,1 %, todos los demás componentes mostraron caídas:
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Combustibles y energía: –29,2 % (–US$267 millones).
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Manufacturas de origen agropecuario (MOA): –11,3 % (–US$316 millones).
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Productos primarios: –1,4 % (–US$28 millones).
La explicación de LCG es clara: la comparación interanual se hace contra un mayo 2024 con incentivos cambiarios más favorables, lo que elevó los valores exportados en ese entonces. Las cantidades exportadas en mayo 2025 bajaron 6 %.
Importaciones: efecto rebote y señales mixtas
Las importaciones se dispararon respecto a mayo del año pasado, pero esto responde más a la baja base de comparación que a un verdadero auge de la demanda. En total, el país importó US$1.476 millones más que un año atrás, con un incremento de 39 % en cantidades.
Los rubros más destacados:
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Bienes de capital: +69 % interanual (+US$509 millones).
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Vehículos de pasajeros: +160,1 %.
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Bienes de consumo: +75,1 %.
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Piezas para bienes de capital: +33 % (+US$347 millones).
La única caída se dio en combustibles y lubricantes, que retrocedieron 31 % interanual, en parte por menores precios internacionales (–22 %) y por una caída en las cantidades (–9 %), asociada al mayor abastecimiento interno de gas natural gracias al gasoducto Néstor Kirchner.
¿Reactivación o espejismo?
Desde LCG señalaron que, si bien el superávit de mayo fue el más alto del año (promedio de US$224 millones en los meses anteriores), este se dio en un contexto de menor actividad económica. Las importaciones desestacionalizadas tocaron su punto más bajo en lo que va del 2025, un indicador que suele anticipar enfriamiento.
Así, el saldo comercial positivo no proviene de un auge exportador, sino de una contracción de las compras externas por debilidad interna.






