El reciente acuerdo entre Brasil y China para evaluar la construcción del Tren Bioceánico Sudamericano ha reactivado el debate en el Perú. El proyecto, que busca unir el puerto brasileño de Ilhéus con el megapuerto de Chancay, apunta a convertirse en una alternativa más rápida y económica al Canal de Panamá para el comercio entre Asia y Sudamérica.
Oportunidades clave para el Perú
Según el economista Carlos Aquino (UNMSM), el megaproyecto podría:
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Integrar costa, sierra y selva con infraestructura moderna.
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Reactivar la industria siderúrgica y metalúrgica nacional.
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Aumentar la plusvalía de los territorios atravesados.
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Posicionar al Perú como eje logístico entre dos océanos.
Retos y advertencias
El geógrafo Edwin Lozada (Colegio de Geógrafos del Perú) señala que:
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El Perú debe evitar ser solo un país de paso o receptor de empleos temporales.
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Se requiere una estrategia geopolítica clara y apertura comercial con Brasil.
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Es vital proteger áreas naturales y comunidades nativas en zonas como Ucayali y Madre de Dios.
Costos y financiamiento
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Se estima una inversión mínima de US$ 10,000 millones, aunque dependerá del trazo final.
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Aquino propone apostar por APP y replicar modelos como el del Aeropuerto Jorge Chávez y el Megapuerto de Chancay.
Contexto internacional
China planteó el proyecto en 2014 sin éxito. Hoy, con un tramo más corto y un socio brasileño más estable, la propuesta cobra fuerza. Incluso se sugiere invitar a Estados Unidos al proceso para evitar tensiones geopolíticas.
Reflexión estratégica
Con una ubicación privilegiada y crecientes capacidades portuarias, el Perú tiene una ventana de oportunidad única para convertirse en hub logístico entre Asia y Sudamérica. La clave estará en actuar con visión, rapidez y autonomía.






