El presidente boliviano instó a acelerar el Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración, proyecto clave para conectar Atlántico y Pacífico, reducir costos logísticos y fortalecer el comercio regional.
En un acto realizado en Porto Velho, Brasil, el presidente de Bolivia, Luis Arce, renovó el llamado a Brasil, Perú y su país para concretar el Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración, una infraestructura que uniría los océanos Atlántico y Pacífico, optimizando tiempos y costos en el transporte internacional de carga.
“Unamos nuestros esfuerzos y voluntades por el bien de las naciones”, declaró Arce durante la firma de la orden de servicio para construir el Puente Binacional sobre el río Mamoré, que conectará Guayaramerín (Beni, Bolivia) con Guajará-Mirim (Rondônia, Brasil). El mandatario calificó la obra como un símbolo de integración largamente esperada desde 1903.
El proyecto ferroviario, impulsado inicialmente por Bolivia y archivado en 2020, fue reactivado en 2021. En Brasil, solo resta completar un tramo que enlazará la red ferroviaria consolidada con la Hidrovía Paraguay–Paraná; en Bolivia, el Plan de Desarrollo Económico y Social 2021-2025 prevé las obras para unir los ramales oriental y occidental; mientras que en Perú la construcción deberá empezar desde cero.
Arce sostuvo que el tren bioceánico representa “la verdadera integración del Sur global”, con impacto en el comercio, el turismo y el intercambio cultural. El presidente también dialogó sobre el tema con el representante especial del Gobierno chino, Qiu Xiaoqi, dado el interés de China en financiar la obra, vínculo que se reforzaría con la próxima entrada en operaciones del puerto de Chancay en Perú.
Desde la oposición boliviana surgieron versiones sobre una posible exclusión del país del proyecto, atribuida a la situación económica y los conflictos sociales internos. El Gobierno rechazó dichas afirmaciones, asegurando que Bolivia mantiene un rol central en la iniciativa.
