Tensión en Medio Oriente dispara el precio del petróleo: impacto directo en el bolsillo de los peruanos

El impacto también se refleja en los mercados financieros globales.

El precio del petróleo registró una fuerte alza este jueves luego de que Israel lanzara una ofensiva aérea sobre territorio iraní, en una operación denominada “RisingLion”. El ataque tuvo como objetivo infraestructuras militares, instalaciones vinculadas a desarrollos nucleares y altos mandos de la Guardia Revolucionaria Islámica, con bombardeos en ciudades estratégicas como Teherán, Isfahán y Shiraz. La escalada en el conflicto regional ha sacudido a los mercados internacionales, disparando el precio del crudo y generando una nueva ola de incertidumbre económica.

Tras conocerse la noticia, el precio del barril de Brent superó los 76 dólares y el WTI rozó los 75 dólares, niveles no vistos desde inicios del año. Los inversionistas reaccionaron con fuerza ante la posibilidad de que Irán tome represalias, entre ellas el cierre del Estrecho de Ormuz, una ruta por donde circula aproximadamente el 20 % del petróleo mundial, es decir, entre 18 y 19 millones de barriles por día. Este escenario elevó la prima de riesgo geopolítico y desplazó los fundamentos tradicionales del mercado energético.

Perú, altamente dependiente de la importación de combustibles, se ve directamente afectado por estas fluctuaciones. Actualmente, cerca del 70 % del combustible que se comercializa en el país es importado, por lo que cualquier cambio en los precios internacionales impacta de forma inmediata en la economía doméstica. Según cálculos preliminares, los precios en grifos peruanos podrían incrementarse entre S/ 0.30 y S/ 0.50 por galón en las próximas semanas, especialmente en productos como el diésel y la gasolina de alto octanaje.

Jonathan Torres, analista de mercado en Capitaria, explicó que este tipo de tensiones generan una cadena de efectos que va mucho más allá del petróleo. “Además del impacto directo en los combustibles, este tipo de choques influyen directamente en la inflación general, debido a que encarece el transporte de bienes y servicios, agroindustria, logística y manufactura.Todo se encarece, y el consumidor final lo siente en el día a día”, precisó.

Torres también advirtió que si la tensión se mantiene o escala, los efectos sobre la inflación peruana podrían ser más notorios. En mayo, la inflación ya acumulaba un 1.17 % interanual según el INEI, y este nuevo contexto podría hacer que el Banco Central revise sus proyecciones para el segundo semestre. “Un alza sostenida del petróleo podría aumentar el riesgo de presiones inflacionarias en el segundo semestre y cambiar las proyecciones de inflación que eran en su momento de 1.5 – 2 % al final del año. Además, genera ruido financiero que aleja capitales y encarece el crédito para países como Perú, que no tienen amortiguadores energéticos”, añadió Jonathan Torres, analista de mercados en Capitaria.

Así mismo, “Si vemos que las tensiones geopolíticas persisten y los precios del crudo se mantienen altos, el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) podría activarse, pero su cobertura es limitada”, añadió

El impacto también se refleja en los mercados financieros globales: el oro y el dólar se fortalecieron como activos refugio, mientras que las bolsas cayeron en medio de una fuerte aversión al riesgo. Este nuevo episodio marca un punto de inflexión, donde la geopolítica vuelve a dominar el rumbo económico global.

En medio de un panorama externo altamente volátil, la economía peruana enfrenta un nuevo reto. Sin reservas estratégicas de petróleo ni mecanismos de estabilización rápida, las tensiones internacionales vuelven a dejar en evidencia la vulnerabilidad energética del país.