Los mercados financieros globales se encuentran en una encrucijada marcada por una profunda reconfiguración de los acuerdos comerciales multilaterales, expectativas de relajación monetaria, resultados corporativos robustos y crecientes tensiones geopolíticas. En este contexto, Estados Unidos sigue liderando la agenda económica y financiera internacional, tanto desde su política exterior como desde la evolución de sus mercados domésticos, cuyos efectos repercuten ampliamente en Europa y Asia.
En el ámbito macroeconómico estadounidense, las expectativas sobre política monetaria han cobrado un protagonismo renovado. Los mercados de predicción asignan actualmente un 40% de probabilidad a que la Reserva Federal implemente dos recortes de tasas por un total de 50 puntos básicos antes de finalizar el año, con una posibilidad del 13% para tres recortes, lo que sugiere un cambio significativo en el ciclo monetario, con septiembre como posible punto de partida. Esta expectativa se ve reforzada por declaraciones del secretario del Tesoro, Bessent, quien ha señalado abiertamente que la Fed “debería estar recortando las tasas ahora” y criticó que mantenga las tasas “demasiado altas”, especialmente dado su impacto sobre el mercado de la vivienda. Incluso el propio presidente Donald Trump ha dicho que “deberíamos estar en el 1%” y que las tasas actuales “están afectando a la vivienda”, mientras sugiere que el presidente de la Fed, Jerome Powell, “saldrá en 8 meses”, insinuando un relevo anticipado en el liderazgo monetario. Las especulaciones sobre la renuncia de Powell han sido desmentidas por el mercado, que ha reaccionado con total indiferencia ante los rumores, confirmando la resiliencia de los operadores para discriminar el ruido de los fundamentales.
A pesar de estas tensiones institucionales, el S&P 500 alcanzó ayer su undécimo máximo histórico del año, con una validación técnica de alta solidez al haber sido acompañado por un máximo histórico en la Línea de Avance/Descenso. Este desempeño ha sido impulsado por la fortaleza estructural de las compañías de mega capitalización, como destacó Chris Harvey de Wells Fargo, quien mantiene su objetivo para el índice en 7,007 puntos al cierre de 2025. Harvey enfatizó que los fundamentos actuales del índice son “mucho más fuertes” que hace 25 años, y que la tendencia secular de la inteligencia artificial seguirá apuntalando el crecimiento. A su vez, observó un repunte en la actividad de fusiones y adquisiciones, una señal positiva de confianza empresarial en el entorno actual.
No obstante, los riesgos no se disipan del todo. El posicionamiento extremo de los CTA (Commodity Trading Advisors), quienes se ubican ahora en el percentil 90 en posiciones largas, sugiere una complacencia que podría anticipar correcciones de corto plazo si las condiciones cambian. Paralelamente, el Índice de Miedo y Avaricia se sitúa en 71/100, marcando una fase de clara avaricia en los mercados, lo cual también invita a la cautela.
El plano comercial se ha vuelto un escenario estratégico de alta complejidad, donde la administración Trump ha reactivado su agenda de acuerdos bilaterales de gran calado. El presidente anunció un “acuerdo masivo” con Japón que incluye aranceles recíprocos del 15% y compromisos de inversión por parte de Japón por USD 550 mil millones en EE.UU., con una participación estadounidense del 90% en las ganancias. El acuerdo implica una reducción del arancel automotriz japonés desde el 25% al 15% y una apertura del mercado nipón a productos agrícolas y automóviles estadounidenses. Este pacto fue ratificado por el primer ministro japonés Shigeru Ishiba, y celebrado públicamente por el principal negociador comercial japonés Ryosei Akazawa. Como consecuencia directa, los rendimientos de los bonos a 10 años de Japón escalaron a máximos no vistos desde 2008, lo que refleja tensiones fiscales derivadas de los compromisos de inversión adquiridos por Tokio.
La agenda de acuerdos se extiende a otras economías del Sudeste Asiático. Estados Unidos cerró un nuevo pacto con Filipinas, estableciendo un arancel del 19% para las exportaciones filipinas y arancel cero para las exportaciones estadounidenses. Aunque el diferencial representa apenas una reducción marginal desde el 20% previamente propuesto, el acuerdo incorpora compromisos de incremento en las compras de productos agrícolas de EE.UU. por parte de Filipinas, incluyendo soya y carne congelada, mientras que EE.UU. abre su mercado a semiconductores, coco y mango. Similares negociaciones están en curso con Indonesia, que ha anunciado la reducción de aranceles y barreras no arancelarias, y se ha comprometido a suministrar a EE.UU. minerales críticos, reafirmando el reposicionamiento estratégico del país en las cadenas globales de valor. Además, Trump declaró su intención de reunirse próximamente con Xi Jinping, en un contexto en que se debate la prórroga de la actual pausa arancelaria con China, y los líderes de ambos países se encontrarán durante la cumbre que se celebrará esta semana en Suecia.
Simultáneamente, la Unión Europea eleva su tono frente a Washington. La Comisión Europea ha anunciado planes para imponer aranceles del 30% a productos estadounidenses si no se alcanza un acuerdo comercial antes del 1 de agosto. Berlín ha respaldado este enfoque, incluyendo contramedidas por 100 mil millones de euros y un instrumento legal contra la coerción. Sin embargo, funcionarios europeos han aclarado que la situación con EE.UU. no es completamente equiparable a las tensiones con otros actores. En paralelo, los fabricantes de automóviles europeos observan con interés el acuerdo entre EE.UU. y Japón, al considerar viable una réplica que les permita sortear aranceles sectoriales del 25%. En este contexto, las acciones del sector automotriz europeo mostraron un repunte técnico alentado por estas expectativas.
En el frente corporativo, los resultados del segundo trimestre han sorprendido positivamente. AT&T reportó un BPA ajustado de 54 centavos, superando los 52 centavos estimados, y unos ingresos de USD 30.88 mil millones frente a los USD 30.43 mil millones esperados. Thermo Fisher también superó las previsiones, con un BPA ajustado de USD 5.36 y una facturación de USD 10.86 mil millones, por encima de los USD 10.69 mil millones esperados, reforzando la narrativa de que los fundamentos corporativos siguen mostrando resiliencia en un entorno global volátil.
El entorno geopolítico, sin embargo, introduce riesgos persistentes. Irán interceptó un destructor estadounidense en el Golfo de Omán, según reportó IRIB, elevando nuevamente las tensiones en una de las rutas clave del comercio energético global. Paralelamente, Ucrania ha comunicado su disposición a dar pasos significativos hacia la paz y el cese al fuego con Rusia, lo cual podría alterar drásticamente el entorno energético y militar en Europa del Este. Por otro lado, Canadá continúa renegociando con EE.UU. sus posiciones comerciales, preparando medidas de apoyo para sus industrias del acero y la madera blanda, mientras explora alianzas más activas fuera del ámbito norteamericano.
Europa enfrenta también presiones fiscales y sociales. La canciller británica Reeves reconoció que el país depende en gran medida de la confianza de inversores extranjeros para financiar su deuda, mientras que los costos de endeudamiento están siendo impulsados por factores globales. En materia laboral, Reeves ha advertido que no todas las empresas deben recurrir a la migración como solución a sus déficits de empleo, reflejando una tensión latente entre política económica y migratoria. En el Reino Unido, el índice manufacturero de Richmond cayó a -20 en julio, muy por debajo de la previsión de -2, lo cual revela una contracción más intensa en la actividad industrial estadounidense, acompañada por un índice de envíos manufactureros de -18. En contraste, el sector servicios presentó un repunte marginal con una lectura de +2, desde el -1 anterior.
En Asia, la atención se centra en la cumbre UE-China que tendrá lugar en Pekín esta semana, a razón del 50 aniversario de relaciones diplomáticas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha puesto énfasis en la cooperación con Japón para asegurar cadenas de suministro de tierras raras, mientras que el primer ministro japonés Ishiba anunció un futuro diálogo industrial con la UE centrado en la defensa. Las acciones chinas en Hong Kong alcanzaron su nivel de cierre más alto desde 2021, reflejando un renovado optimismo, y el viceprimer ministro chino He viajará a Suecia para continuar negociaciones con Estados Unidos del 27 al 30 de julio, en línea con los consensos alcanzados previamente.
Finalmente, desde el sector tecnológico, se espera que Apple obtenga aprobación antimonopolio por parte de la UE respecto a las tasas y normas de su App Store, lo que le permitirá evitar sanciones financieras diarias. En un plano más político, SpaceX ha advertido sobre la posible reentrada de Elon Musk en la política estadounidense, mientras que Altman, CEO de OpenAI, participó en una charla moderada por la gobernadora de la Fed, Michelle Bowman, demostrando la creciente intersección entre inteligencia artificial, regulación y liderazgo económico.
Los mercados globales están inmersos en una fase de transición estratégica en la que coexisten múltiples narrativas: un S&P 500 marcando récords, expectativas de recortes de tasas con fundamentos económicos aún robustos, un renacimiento de los acuerdos bilaterales con inclinación proteccionista, y una reconfiguración de alianzas comerciales entre las potencias globales. Este contexto genera oportunidades para la apreciación selectiva de activos de riesgo, especialmente en sectores de tecnología y consumo, pero exige cautela táctica por el elevado posicionamiento institucional (como lo refleja el percentil 90 de los CTAs) y las señales de avaricia extrema.
El escenario base apunta a una consolidación alcista moderada con correcciones técnicas puntuales, impulsada por la expectativa de recortes monetarios a partir de septiembre y fortalecida por los sólidos resultados corporativos. Sin embargo, cualquier disrupción en la agenda comercial de Trump o una ruptura en las negociaciones multilaterales podría desencadenar volatilidad significativa. Recomendamos monitorear de cerca las reuniones bilaterales clave con China, Japón y la UE, así como las posibles presiones políticas sobre la Reserva Federal. La resiliencia del consumidor estadounidense y la robustez de las compañías líderes siguen siendo los pilares de esta expansión, aunque el margen de maniobra fiscal y monetario en Europa y Asia se ve cada vez más limitado. En suma, los mercados avanzan con optimismo estratégico, pero bajo una superficie frágil donde cualquier sacudida puede amplificarse.
Felipe Mendoza, Analista de mercados financieros ATFX LATAM






