Rogun: la presa que busca arrebatarle a China el récord mundial de altura

El proyecto hidroeléctrico de Tayikistán, iniciado en 1976 bajo la URSS, avanza hacia convertirse en la presa más alta del mundo, con impacto energético regional.

Un proyecto detenido por la historia

La construcción de la presa de Rogun comenzó en 1976, cuando Tayikistán aún formaba parte de la Unión Soviética. Tras la caída del bloque soviético, el desarrollo quedó paralizado durante casi dos décadas. No fue hasta 2016 que el Gobierno tayiko reactivó el megaproyecto con el apoyo de la italiana Salini Impregilo (hoy Webuild).

Una presa para hacer historia

Ubicada a 100 kilómetros de Dusambé, la presa alcanzará los 335 metros de altura, lo que la convertirá en la más alta del mundo, superando a la Jinping-1 de China (305 m). La estructura, que conectará los 660 metros del desfiladero, contará con seis turbinas de 3,6 gigavatios de potencia, el doble de la actual capacidad energética de Tayikistán.

Impacto económico y social

El embalse, con 13 km³ de capacidad, regulará el río Vakhsh, un afluente del Amu Darya. Según el Banco Mundial, la hidroeléctrica será el “pilar principal” del sistema eléctrico tayiko, beneficiando a más de 10 millones de personas con electricidad asequible y sostenible.

La inversión total asciende a 3.500 millones de euros, financiados por el Gobierno de Tayikistán y organismos internacionales. De las seis turbinas proyectadas, dos ya están operativas.

Competencia energética global

El avance de Rogun marca un punto de inflexión en Asia Central: no solo busca garantizar la autosuficiencia energética de Tayikistán, sino también posicionar al país como un actor estratégico en el mapa hidroeléctrico, en competencia directa con gigantes como China.