Si eres acreedor y tu deudor se declaró en quiebra no está todo perdido, la clave es estar activo en el proceso y negociar garantías para recuperar tu deuda.
Cuando una empresa se declara en quiebra, los acreedores ven suspendido su derecho a exigir pagos individualmente y deben canalizar sus reclamos dentro de un proceso, en donde, deberán verificar sus créditos formalmente y podrán participar en las decisiones colectivas sobre la administración de la empresa y venta de activos.
La Ley N° 27809, Ley General del Sistema Concursal establece dos tipos de procedimientos concursales:
- Concurso Ordinario: en caso un deudor se encuentra en una situación de insolvencia, es decir, no puede cumplir con sus obligaciones financieras.
- Concurso Preventivo: en caso un deudor prevé que puede entrar en insolvencia y busca un acuerdo con sus acreedores para evitar la declaración de concurso ordinario.
Frente a ello, los problemas financieros de una empresa casi siempre muestran señales antes de convertirse en insolvencia formal, así lo dijo Giovanni Medrano Ríos, CEO de Flujolink, “las morosidades crecientes, el deterioro en la comunicación e indicadores financieros, las solicitudes inusuales de postergación y ampliación de crédito o cambios repentinos en la administración son algunas”.
Identificar estos indicios de manera temprana, actuar preventivamente y mantener una gestión comunicacional consistente pueden marcar la diferencia entre la recuperación total y una pérdida total para el acreedor.
Por ello, Medrano recomendó que la prevención para los acreedores empieza incluso antes de la venta, es decir, evaluar la solvencia del cliente, exigir garantías cuando se pueda, diversificar la cartera y monitorear permanentemente la conducta de pago, manteniendo una comunicación constante, son prácticas importantes.
Asimismo, restringiendo créditos exigiendo pagos anticipados o ajustando condiciones comerciales de inmediato, en lugar de acumular riesgos que luego serán difíciles de cobrar.
Cuando se negocia con un deudor en problemas se requiere cautela, en este sentido, antes de conceder facilidades o refinanciamientos, es fundamental que el acreedor entienda la situación real del deudor, formalizar todo acuerdo por escrito y protegerse con garantías adicionales cuando sea posible.
“Considerar que cualquier beneficio concedido poco antes de una quiebra podría ser anulado legalmente, consultar asesoría profesional con empresas de cobranza expertas en negociación antes de llegar a un acuerdo puede evitar sorpresas desagradables y asegurar mejores condiciones de recuperación” finalizó el CEO de Flujolink.