¿Puede la salud ser también un motor económico?

El Perú avanza en infraestructura hospitalaria con inversiones público-privadas que buscan cerrar brechas y reactivar el crecimiento económico.

La salud está dejando de ser un gasto para convertirse en un motor de desarrollo. Así lo plantea el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ha reconocido los avances del Perú en proyectos de salud bajo el modelo de Asociaciones Público-Privadas (APP), una fórmula que combina eficiencia empresarial con compromiso social.

Durante la presentación del proyecto de operación y mantenimiento del Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja, el economista del BID, Javier Beverinotti, destacó que Perú ha sido pionero en implementar APP en salud en América Latina. Un ejemplo son los hospitales Guillermo Kaelin de la Fuente, en Villa María del Triunfo, y Alberto Barton, en el Callao, que gestionan atención médica para más de 250.000 personas con instalaciones de primer nivel y más de 200 camas, todo bajo un modelo de gestión mixta.

Para 2024, la apuesta continúa con la firma de contratos para dos nuevos hospitales de alta complejidad en Piura y Chimbote, con una inversión de 322 millones de dólares. Ambos proyectos son respaldados técnicamente por el BID y apuntan a cerrar brechas de acceso en zonas críticas del país.

El modelo APP permite incorporar financiamiento privado, capacidad técnica y estándares internacionales en la ejecución de obras públicas, especialmente en sectores como salud, donde las necesidades son urgentes y las limitaciones presupuestales del Estado, evidentes.

“El desarrollo de una nación requiere del esfuerzo conjunto del sector público y privado. La intervención del Estado por sí sola no es suficiente”, afirmó Beverinotti, quien subrayó la importancia de seguir fomentando inversión privada en infraestructura social para mejorar el entorno empresarial, acelerar la recuperación económica y garantizar un crecimiento más equitativo y sostenible.

Más allá de las cifras, la alianza público-privada en salud representa una oportunidad para fortalecer capacidades locales, generar empleo, dinamizar proveedores y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de millones de peruanos.