El sector construcción cerró el primer trimestre de 2025 con un notable crecimiento, pero la incertidumbre económica y el contexto externo podrían frenar su avance. Descubre los retos y las proyecciones para este sector clave.
El sector construcción de Perú ha mostrado un desempeño positivo en el primer trimestre de 2025, con un crecimiento estimado de 5.4%, la mejor cifra en los últimos cuatro años, según la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO). Este crecimiento se vio principalmente impulsado por la obra pública, que alcanzó S/ 9,848 millones, con incrementos significativos en los tres niveles de gobierno: regional (31%), nacional (22.7%) y local (5.9%). En febrero, el sector creció 5.9%, casi duplicando las expectativas, y se proyecta que marzo también registre una expansión cercana al 6%.
A pesar de estos avances, el sector aún se encuentra 2.5% por debajo de los niveles de producción registrados a inicios de 2021. La ejecución presupuestal ha alcanzado un 15%, la tasa más alta en los últimos años, pero los desafíos estructurales siguen presentes, como las paralizaciones, la corrupción y la baja calidad de los expedientes técnicos, lo que limita el impacto de las inversiones.
Aunque el consumo de cemento ha mostrado señales positivas, con un crecimiento durante dos meses consecutivos, el mercado inmobiliario refleja una tendencia más compleja. Los créditos hipotecarios aumentaron un 11.6% entre marzo de 2024 y febrero de 2025, pero el financiamiento mediante el Fondo MiVivienda (FMV) sigue en declive, especialmente en productos como Techo Propio, que experimentó una caída de 28.2%.
Por otro lado, el mercado de oficinas se mantiene estancado, con una oferta prácticamente sin cambios en el primer trimestre del año. A nivel macroeconómico, la inversión minera, crucial para el sector construcción, cayó a su nivel más bajo en dos años, y las expectativas de crecimiento para Perú fueron revisadas a la baja por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
A pesar de estos desafíos, el empleo en el sector construcción ha mostrado un comportamiento sólido, con un aumento del 25% en el empleo adecuado en comparación con el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, la confianza empresarial ha disminuido, y el clima de inversión sigue siendo incierto.
Ante estos retos, el gobierno ha anunciado medidas para reactivar el sector, como mayores subsidios para la vivienda social y la reactivación de obras por impuestos. No obstante, el Banco Mundial advierte que, sin reformas estructurales, el país podría tardar hasta 64 años en alcanzar el estatus de país de ingresos altos.