Los mercados globales reaccionaron con cautela tras las declaraciones de Jerome Powell. Wall Street retrocedió, el oro alcanzó máximos y el petróleo repuntó en un escenario marcado por inflación persistente, tensiones geopolíticas y señales de enfriamiento económico en EE.UU., Europa y Asia.
Los mercados financieros internacionales atraviesan una fase de alta volatilidad y redefinición de expectativas, marcada por la interacción entre la política monetaria de la Reserva Federal, los movimientos en los precios de la energía, las tensiones geopolíticas y la dinámica de los principales indicadores macroeconómicos en Estados Unidos, Europa y Asia. La narrativa dominante refleja un delicado equilibrio entre la presión inflacionaria, la desaceleración del crecimiento y la incertidumbre política global, con los inversores buscando refugio en activos tradicionales como el oro, mientras los bancos centrales enfrentan crecientes dilemas de política.
En Estados Unidos, los mercados bursátiles retrocedieron desde máximos históricos tras declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, quien evitó dar señales claras sobre un posible recorte de tasas en octubre. El S&P 500 cayó un 0,5%, con Amazon y Nvidia liderando las pérdidas entre las megacapitalizadas, mientras los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años descendieron cuatro puntos básicos hasta 4,11%. El dólar mostró oscilaciones, el oro se mantuvo en niveles récord y el petróleo repuntó en medio de tensiones entre la OTAN y Rusia. Powell destacó que el mercado laboral y la inflación presentan un panorama incierto, subrayando que la senda de la política monetaria será compleja. La Fed recortó recientemente su tasa de referencia en 25 puntos básicos y proyecta dos recortes adicionales este año, aunque las divisiones internas son evidentes: la gobernadora Bowman advirtió que la institución debe actuar con decisión para apoyar al mercado laboral debilitado, mientras Raphael Bostic, de la Fed de Atlanta, anticipó más inflación, en línea con su homólogo de Chicago, Austan Goolsbee.
En paralelo, Powell reconoció que el consumo se ha desacelerado y que las empresas muestran cautela en sus planes de inversión y contratación, en parte por la incertidumbre en torno a las políticas públicas y los efectos de los aranceles. Señaló que la inflación PCE a 12 meses probablemente alcanzó 2,7% en agosto, con un núcleo en 2,3%, ambos impulsados por los precios de bienes. Aunque reiteró que los efectos inflacionarios de los aranceles serían transitorios, advirtió que el mercado laboral se ha suavizado y que la contratación se encuentra en niveles históricamente bajos. La Fed, dijo, enfrenta un camino sin opciones libres de riesgo, con la necesidad de equilibrar crecimiento, empleo e inflación.
En el frente corporativo, Nvidia impulsó inicialmente el optimismo al anunciar una inversión de hasta 100.000 millones de dólares en OpenAI para el desarrollo de centros de datos con capacidad de 10 gigavatios, utilizando sus chips avanzados de inteligencia artificial. Sin embargo, la acción retrocedió posteriormente en medio de la toma de beneficios. Chevron, por su parte, redujo a la mitad sus exportaciones de crudo venezolano bajo la nueva autorización de Washington, mientras que OpenAI y Oracle anunciaron planes de expansión de centros de datos en Texas. Meta sorprendió al lanzar un Super PAC para enfrentar la regulación de la inteligencia artificial, en un movimiento que refleja la creciente presión política sobre el sector tecnológico.
En el ámbito energético, los futuros del crudo WTI para noviembre cerraron en 63,41 dólares por barril, con un alza de 1,81%, mientras el Brent se ubicó en 67,63 dólares, un incremento de 1,59%. Los futuros de gasolina y diésel también subieron, mientras que el gas natural cerró en 2,853 dólares por MMBtu. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente Trump coincidieron en la necesidad de reducir los ingresos de Rusia por exportaciones de combustibles fósiles, en línea con las tensiones geopolíticas que han elevado los precios.
En Europa, los indicadores adelantados mostraron señales mixtas. El PMI compuesto de la eurozona se situó en 51,2, superando las expectativas, con el sector servicios en 51,4 y la manufactura en 49,5, aún en contracción. Alemania sorprendió con un PMI compuesto de 52,4, impulsado por servicios en 52,5, aunque la manufactura retrocedió a 48,5. Francia, en contraste, mostró debilidad con un PMI compuesto de 48,4, manufactura en 48,1 y servicios en 48,9, todos en terreno contractivo. El ministro de Finanzas alemán subrayó la necesidad de garantizar el futuro de la producción de acero en el país, mientras el IFO reportó un clima empresarial en 89,4, con expectativas en 91,6. El BCE, por su parte, advirtió que la dependencia europea de las tierras raras chinas representa un riesgo para la inflación y el crecimiento.
En Reino Unido, los PMI también reflejaron desaceleración: el compuesto cayó a 51, el de servicios a 51,9 y el manufacturero a 46,2. El Banco de Inglaterra, a través de su economista jefe Huw Pill, señaló que la política monetaria deberá mantenerse restrictiva, aunque reconoció que el mercado funciona mejor tras los ajustes recientes en el programa de QT. La OCDE proyectó un crecimiento británico de 1,4% en 2025 y 1% en 2026, mientras que para la eurozona anticipa 1,2% y 1% respectivamente.
En Asia, los mercados mostraron contrastes. El PMI manufacturero de Japón cayó a 48,4, mientras el compuesto se ubicó en 51,1, señalando expansión moderada. Los rendimientos de los bonos soberanos japoneses retrocedieron levemente, con el 10 años en 1,645% y el 30 años en 3,17%. En China, el banco central inyectó 401.500 millones de yuanes mediante repos inversos a 7 días, manteniendo la tasa en 1,40%, mientras fijó el punto medio del yuan en 7,1077 por dólar. El CSI 300 retrocedió hasta 1,2% y el Shanghai Composite 1,3%, en un contexto de toma de beneficios tras un prolongado rally. El yuan abrió en 7,1132 por dólar, prácticamente estable. En Hong Kong, las exportaciones cayeron 12,2% y las importaciones 13,6%, reflejando la debilidad del comercio regional.
En Oceanía, la inflación australiana sorprendió al alza con un IPC mensual de 3% interanual en agosto, frente al 2,9% esperado, aunque el mercado cambiario apenas reaccionó, con el dólar australiano retrocediendo 0,04% hasta 0,6597 dólares. El primer ministro Anthony Albanese confirmó que se reunirá con Donald Trump en Washington el 20 de octubre, en un gesto de acercamiento bilateral.
En Canadá, el primer ministro Carney sostuvo conversaciones con el secretario del Tesoro estadounidense sobre sanciones financieras contra Rusia y destacó la necesidad de diversificar mercados ante la nueva relación con Washington. El gobernador del Banco de Canadá, Tiff Macklem, advirtió sobre los riesgos de estabilidad financiera derivados del apalancamiento de fondos de cobertura en deuda estadounidense, y cuestionó la independencia de la política monetaria de la Fed frente a las presiones de la Casa Blanca.
Finalmente, en el terreno geopolítico, el G7 expresó preocupación por las violaciones del espacio aéreo de Estonia, Polonia y Rumania por parte de Rusia, mientras Trump instó a Europa a cesar inmediatamente las compras de energía rusa y advirtió que China e India financian la guerra al adquirir petróleo ruso. En paralelo, Irán reiteró que no busca desarrollar armas nucleares, aunque las potencias europeas señalaron que aún no cumple las condiciones para evitar el restablecimiento de sanciones.
El panorama global refleja un mercado en transición, donde la política monetaria de la Fed y las tensiones geopolíticas marcan la pauta. La desaceleración del consumo en EE.UU., la fragilidad del mercado laboral y la persistencia de la inflación sugieren que la Fed enfrentará un dilema creciente entre apoyar el empleo y contener los precios. En Europa, la divergencia entre Alemania y Francia anticipa un crecimiento desigual, mientras la dependencia energética y tecnológica de China sigue siendo un riesgo estructural. Asia muestra señales de enfriamiento industrial, aunque con políticas monetarias expansivas que buscan sostener la actividad.
De cara al futuro, los escenarios más probables incluyen:
- UU.: continuidad de recortes graduales de tasas, aunque con riesgo de que la inflación limite el margen de acción.
- Europa: crecimiento débil con inflación moderada, lo que mantendrá al BCE en una postura restrictiva pero cautelosa.
- Asia: estímulos monetarios y fiscales en China y Japón para contrarrestar la desaceleración manufacturera.
- Mercados globales: mayor volatilidad en renta variable, refugio en oro y bonos, y precios de energía sensibles a la geopolítica.
En síntesis, los mercados se encuentran en un punto de inflexión, el optimismo por la inteligencia artificial y la expectativa de recortes de tasas conviven con riesgos inflacionarios, tensiones geopolíticas y fragilidad en el crecimiento.






