El 2025 no será un año fácil para Petroperú. A pesar de haber recortado significativamente sus pérdidas en el primer semestre, la petrolera estatal enfrenta ahora un escenario externo que amenaza con desbordar sus proyecciones: la escalada bélica entre Israel e Irán disparó el precio del petróleo y amenaza con impactar directamente a los consumidores peruanos.
Alejandro Narváez, presidente de la empresa, reconoce que este contexto no estaba en el radar. “Teníamos una proyección un poco más optimista”, admitió en conversación con Infobae. La expectativa de estabilizar las finanzas tras un 2024 con pérdidas netas por US$742 millones —menores, sin embargo, a las previstas— ahora se enfrenta a un contexto global volátil, que podría llevar el barril hasta los US$150 si el conflicto escala y se bloquea el Estrecho de Ormuz.
El alza del crudo y sus efectos locales
La guerra ha incrementado el precio del petróleo en más de 13 % desde mediados de junio, ubicándolo en torno a US$75 por barril. Como el Perú importa cerca de 210.000 barriles diarios, esta subida representa una fuga de divisas relevante. “Pagar US$15 más por barril tiene un impacto muy fuerte en los costos del país”, advierte Narváez.
Petroperú anticipa que, si la situación se agrava, el precio final para el consumidor también subirá. “Eso es casi inevitable. Las empresas trasladarán el incremento al mercado. Y eso arrastra al resto: inflación, tasas de interés, menor crecimiento”, afirmó. En un entorno donde el Perú es importador neto de hidrocarburos, las tensiones externas se sienten de inmediato.
Entre la recuperación financiera y los pasivos del pasado
A pesar del nuevo entorno global, Narváez asegura que la empresa ha mejorado: reducción de gastos, austeridad y mayor eficiencia explican por qué los resultados de este año serán “bastante mejores” a los anteriores. Aunque no se arriesga a proyectar una ganancia neta, se muestra optimista con alcanzar un punto de equilibrio en 2025.
Uno de los hitos pendientes es la auditoría forense de la refinería de Talara, que será lanzada a licitación internacional en los próximos días. Esta evaluación busca determinar si los miles de millones invertidos en la refinería fueron justificados y ejecutados correctamente. Además, se esperan resultados este mes de la auditoría financiera de la empresa.
Selva, conflictos y lotes en disputa
Mientras tanto, los conflictos sociales en la Amazonía siguen afectando a Petroperú. Solo en lo que va del año se han registrado siete ataques al Oleoducto Norperuano, con un costo estimado de 10 a 15 millones de soles por incidente, considerando reparaciones y remediación ambiental. La reciente liberación de la Estación 5 tras más de dos meses de ocupación deja secuelas aún por evaluar.
Narváez señala que muchos de estos actos están relacionados con demandas sociales hacia el Estado, pero que Petroperú se convierte en blanco por su visibilidad en la zona. “Al final, el ataque es más a Petroperú que al Estado”, afirma, y destaca que sin condiciones de paz, la inversión privada en lotes como el 192 y 64 seguirá siendo inviable.
Actualmente, Petroperú busca nuevos socios mediante negociación directa para operar ambos bloques, luego del retiro de Altamesa. Narváez estima que en un plazo de dos semanas podrían tenerse resultados concretos.
Internacionalización, deuda y futuro
Aunque aún golpeada por limitaciones de caja, la petrolera ha comenzado a colocar productos en Ecuador, Brasil (Manaos) y Bolivia, como parte de una estrategia de apertura comercial que no existía años atrás. En paralelo, busca seguir operando los lotes I y VI de Talara, tras la fallida licitación de Perupetro, lo que podría mejorar su rentabilidad mientras se estabiliza.
Uno de los retos en el corto plazo será la adecuación tecnológica al estándar Euro 6, que fue postergado hasta 2027. Petroperú ha señalado que cumplir con esta normativa requerirá inversiones millonarias, especialmente en Talara e Iquitos, por lo que esperan que 2026 sea el año clave para reactivar proyectos de modernización.
“Este año es de estabilización. En 2026, deberíamos tener luces claras de hacia dónde debe apuntar la empresa. Y los siguientes años, creo yo, serán más promisorios”, concluyó Narváez.






