15.4 C
Peru
viernes, diciembre 19, 2025
Inicio Blog Página 56

Chile actualiza su ley de cabotaje y apunta a un sistema logístico más eficiente y sostenible

La reforma abre el mercado a más competencia, reduce costos y fortalece la intermodalidad, con un impacto directo en precios, ciudades y emisiones.

Una modernización largamente pendiente

La nueva Ley de Cabotaje Marítimo representa un cambio profundo en el sistema logístico chileno, luego de décadas operando con reglas restrictivas que frenaron el desarrollo del sector. Hasta ahora, menos del 4% de la carga interna se movía por vía marítima, un nivel muy inferior al de otros países. Las barreras de entrada, la limitada oferta de servicios y los altos costos mantuvieron al cabotaje en un rol secundario dentro del transporte nacional.

Apertura regulada y mayor competencia

La reforma corrige estas limitaciones mediante un modelo de apertura regulada que permite que navieras extranjeras operen en rutas internas, con condiciones claras para equilibrar el mercado. Entre ellas están los requisitos técnicos, las reglas de abandono y la obligación de tener tripulación chilena. Este diseño busca aumentar la competencia y la eficiencia sin afectar capacidades estratégicas ni empleo local, alineándose con regulaciones modernas a nivel internacional.

Impacto económico y logístico

Estudios proyectan reducciones de costos logísticos entre 19% y 39%, que equivalen a cerca de 267 millones de dólares anuales. Estos ahorros surgen de una mayor oferta de servicios, mejores procesos y el ingreso de nuevos operadores. La reforma también impulsa la integración entre transporte terrestre, puertos y centros logísticos, lo que fortalece la intermodalidad y reduce tiempos y costos en toda la cadena de suministro.

Efectos en bienestar y calidad de vida

La baja en los costos logísticos podría reflejarse en precios más competitivos para productos de consumo e insumos, lo que ayuda a moderar presiones inflacionarias. Además, trasladar más carga al mar disminuye la congestión en carreteras, reduce la accidentabilidad y expone menos a la población urbana a contaminantes locales. Estas mejoras elevan la calidad de vida en zonas metropolitanas y en corredores logísticos.

Un mercado más dinámico y tecnológicamente avanzado

Con menores barreras de entrada, el mercado marítimo se vuelve más competitivo y diverso en servicios, frecuencias y tecnología. Este entorno incentiva la renovación de flotas, la digitalización de procesos y mejores estándares operacionales. El resultado es un sector más eficiente y alineado con las exigencias del comercio internacional.

Avances ambientales y transición energética

El transporte marítimo genera entre 50% y 70% menos emisiones de CO₂ por tonelada kilómetro que el transporte carretero. Al aumentar su participación, el país reduce gases de efecto invernadero y otros contaminantes que afectan la salud en áreas urbanas y portuarias. La ley también incluye incentivos para tecnologías de bajas emisiones y sistemas de control ambiental compatibles con los estándares MARPOL.

Un marco regulatorio más claro y moderno

La reforma fortalece la fiscalización, actualiza conceptos clave como cabotaje y operador autorizado, y mejora la predictibilidad normativa. Esto reduce costos de cumplimiento y facilita la planificación de inversiones de largo plazo, lo que da estabilidad a la actividad marítima y a los actores privados.

Un tren que cambiaría Sudamérica: promete unir Buenos Aires y Brasil en solo 60 minutos

El proyecto chino T Flight plantea velocidades de 1.000 km/h con tecnología maglev y túneles de baja presión, una idea futurista que podría transformar la movilidad regional.

Una propuesta que redefine la movilidad regional

Un tren de levitación magnética capaz de alcanzar 1.000 km/h vuelve a encender el debate sobre el futuro del transporte en Sudamérica. El modelo T Flight, creado por la corporación china CASIC, propone recorrer los más de mil kilómetros entre Buenos Aires y la frontera de Brasil en apenas una hora, una velocidad que superaría incluso a los vuelos comerciales.

Cómo funciona el T Flight

El sistema combina levitación magnética, que elimina la fricción al hacer flotar el tren desde los 150 km/h, y un túnel de baja presión que reduce la resistencia del aire. Esta dupla tecnológica permite alcanzar velocidades extremas con menor consumo energético. En su fase experimental, un prototipo alcanzó 650 km/h en solo siete segundos en un tramo de dos kilómetros, y los ingenieros esperan operar entre 800 y 1.000 km/h cuando esté completo. La conectividad también fue considerada desde el diseño, con cables internos que aseguran señal 5G estable incluso dentro del tubo, lo que permitiría videollamadas, transmisión de video y juegos en línea durante el trayecto.

Impacto y desafíos para Sudamérica

La adopción de un tren así impulsaría el turismo, los negocios y la integración económica del MERCOSUR, con un sistema rápido, eléctrico y menos contaminante que la aviación tradicional. Sin embargo, construir un corredor de baja presión de más de mil kilómetros exige infraestructura avanzada, altos niveles de seguridad, estaciones especializadas e inversiones multimillonarias. Además, requiere estabilidad política y planificación conjunta entre los países involucrados, un reto mayor en la región.

La alternativa real en la región

Mientras el maglev ultra veloz es todavía una posibilidad a futuro, Brasil avanza con un proyecto ferroviario más concreto. El Trem de Alta Velocidade conectará Río de Janeiro, São Paulo y Campinas con trenes de hasta 350 km/h. Con una inversión estimada entre 10.000 y 20.000 millones de dólares, el inicio de obras está previsto para 2027, con operación para 2032. Aunque mucho más lento que el T Flight, representa un avance realista que modernizará la movilidad brasileña.

Mirada final

El T Flight simboliza el potencial de una revolución tecnológica en Sudamérica, pero su llegada depende de decisiones políticas, recursos y cooperación regional. Si la región logra saltar ese umbral, podría ingresar a una nueva era de transporte terrestre.

El país latinoamericano que sorprende en 2025 por su calidad de vida

Uruguay encabeza la región en el índice Numbeo 2025 y se ubica por encima de economías consideradas potencias mundiales.

Uruguay volvió a situarse en el primer puesto de América Latina en el Numbeo Quality of Life Index 2025, una de las bases de datos globales más consultadas sobre bienestar y condiciones de vida. El país logró una puntuación de 139,81 y no solo lideró a nivel regional, sino que también superó a naciones consideradas potencias como China, consolidándose entre los mejores del mundo.

Un liderazgo sostenido en bienestar

El informe muestra que Uruguay mantiene una tendencia de crecimiento estable en calidad de vida, una línea ascendente que se observa desde hace más de una década. La medición del índice considera factores como poder adquisitivo, seguridad ciudadana, calidad del sistema de salud, costo de vida, contaminación, clima, tiempos de traslado, vivienda y entorno urbano. En la mayoría de estos indicadores, Uruguay logra un desempeño equilibrado que lo coloca como referencia para la región.

Factores que explican el resultado

Uruguay destaca por su estabilidad política y social, un rasgo poco común en la región. Su nivel de criminalidad es menor al promedio latinoamericano y su sistema de salud presenta amplia cobertura y acceso. El entorno ambiental, con baja contaminación y clima moderado, y la mejora progresiva de sus servicios urbanos forman parte de la base que sostiene su liderazgo. Aunque su capacidad adquisitiva no compite con países de ingresos altos, el balance general de bienestar lo posiciona como el mejor lugar para vivir y trabajar en América Latina.

El mapa regional de calidad de vida en 2025

El ranking de Numbeo muestra un contraste significativo dentro de América Latina. Mientras Uruguay lidera cómodamente, Costa Rica, Ecuador, México y Panamá completan los primeros puestos. En posiciones más bajas aparecen Venezuela, Perú y Bolivia, afectados por problemas económicos, infraestructura limitada e inseguridad.

La posición de Uruguay en el mundo

El avance de Uruguay no es solo regional, ya que se ubicó dentro del Top 50 mundial y comparte espacio con países desarrollados como Luxemburgo, Países Bajos, Dinamarca, Suiza, Finlandia, Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, Japón y España. El país se consolida como una de las naciones con mejor calidad de vida fuera de Europa y Oceanía y como el referente latinoamericano más cercano a los estándares globales de bienestar.

El giro estratégico de Etiopía para abaratar y fortalecer sus exportaciones agrícolas

El país africano empieza a reemplazar el transporte aéreo por el marítimo para enviar paltas, una apuesta que busca reducir costos, ganar eficiencia y abrir nuevos mercados.

Etiopía avanza en una transformación clave de su sector hortícola con el cambio progresivo del transporte aéreo al marítimo para exportar paltas. El envío por mar, más económico y sostenible, se está convirtiendo en el nuevo eje de su estrategia exportadora gracias al impulso de la Autoridad Agrícola Etíope y la Asociación de Productores y Exportadores de Horticultura, en alianza con organismos de cooperación como el CBI de los Países Bajos y el proyecto To SEA. Un elemento central de esta transición es la reciente Guía para la Exportación de Paltas, diseñada para estandarizar procesos, mejorar la logística y permitir que pequeñas y medianas empresas etíopes puedan competir en mercados internacionales.

El plan logístico y las primeras pruebas

Milco Rikken, especialista del CBI, explica que el transporte marítimo es la base del proyecto. La siguiente etapa incluye envíos de prueba hacia Europa y los países del Golfo, que permitirán afinar procedimientos y asegurar que las empresas cumplan las exigencias de conservación y tiempo que requiere la cadena de frío. Estas pruebas servirán como etapas de aprendizaje para crear rutas marítimas confiables y sostenibles.

Infraestructura en desarrollo

El puerto Mojo Cool, actualmente en construcción, será un centro de frío clave cuando abra en los próximos dos años. Su funcionamiento permitirá manejar productos sensibles a la temperatura y agilizar toda la cadena exportadora. A pesar del avance, Etiopía aún enfrenta limitaciones como el bajo rendimiento de las exportaciones, la falta de capacitación técnica en muchas empresas y la necesidad de cumplir certificaciones internacionales como Global GAP para ingresar a los mercados más importantes.

Una industria que empieza a despegar

El proyecto To SEA, vigente hasta 2026, ya permitió que varias empresas concreten sus primeras exportaciones marítimas de palta, principalmente hacia Medio Oriente, señal de que la industria comienza a adaptarse al cambio y a construir una ruta más sostenible y competitiva para su oferta agrícola.

El desierto que Perú convirtió en potencia agrícola y el reto que amenaza su futuro

La agroexportación creció con fuerza y convirtió a la costa peruana en un centro mundial de producción, aunque hoy enfrenta tensiones por el agua, impacto ambiental y cambios sociales.

Las extensas llanuras áridas de Ica se han transformado en uno de los polos agrícolas más dinámicos de la región. Lo que hace tres décadas parecía imposible, cultivar arándanos, uvas, mangos o paltas en pleno desierto, es hoy la base de una industria que exportó US$9.185 millones en 2024 y que creció 11% por año desde 2010. Perú lidera las exportaciones globales de uva de mesa y arándano, frutos que abastecen a Estados Unidos, Europa y Asia en épocas en que el hemisferio norte no puede producir.

Origen del boom agroexportador

El impulso comenzó en la década de 1990 con las reformas económicas que redujeron barreras, atrajeron inversión extranjera y abrieron mercados. Aunque al inicio la atención se centró en la minería, surgió un grupo empresarial que apostó por la agricultura tecnificada. La escasez de agua en el desierto exigía soluciones, y la inversión privada permitió la expansión del riego por goteo, el impulso de grandes proyectos hidráulicos y el desarrollo de cultivos adaptados como el arándano. Estas innovaciones, sumadas a mejoras genéticas, ampliaron en cerca de 30% la superficie cultivable en la costa y transformaron zonas como Ica y Piura en motores agrícolas.

Impactos económicos y sociales

El crecimiento del sector elevó el empleo formal y los ingresos en zonas tradicionalmente informales. Las exportaciones agrícolas pasaron de representar 1.3% del PBI en 2020 a 4.6% en 2024. Para muchos trabajadores y pequeños productores, el agro abrió oportunidades, pero también generó tensiones. Los salarios más altos de la agroindustria encarecieron la mano de obra para agricultores independientes y la demanda de agua presionó las fuentes tradicionales de abastecimiento. Además, la expansión de grandes compañías aceleró la venta de tierras de pequeños propietarios que no podían competir.

La crisis del agua en Ica

La preocupación más intensa recae sobre el agua. En Ica, donde casi no llueve y el acuífero subterráneo es la principal fuente, comunidades reciben agua por camiones cisterna mientras los fundos agroexportadores tienen pozos y acceso garantizado al riego trasvasado desde Huancavelica. Activistas denuncian que, aunque está prohibido perforar nuevos pozos, las inspecciones enfrentan trabas para revisar fundos privados. Según testimonios locales, el nivel del agua ha descendido y ahora se necesita excavar más profundo para acceder al recurso.

Pequeños agricultores señalan que ellos pagan tarifas altas por el agua, mientras que las empresas grandes almacenan y optimizan grandes volúmenes con sistemas tecnificados. En una región donde se produce la uva que da origen al pisco, surgen críticas que recuerdan que exportar fruta puede equivaler a exportar grandes cantidades de agua.

Un desafío de sostenibilidad

El debate crece. Las comunidades piden soluciones de largo plazo que aseguren el agua para la población y los ecosistemas. Expertos advierten que la actual dinámica no es sostenible si no se gestiona el recurso hídrico de forma equilibrada. El éxito agroexportador ha sido clave para la economía, pero su continuidad depende de resolver la escasez hídrica y garantizar que el crecimiento no comprometa el futuro del propio sector ni la vida de quienes habitan estas regiones.

Hospitales paralizados y costos fuera de control, el presupuesto se quintuplicó y nadie asume responsabilidades

Seis hospitales en Áncash y La Libertad siguen inconclusos pese al salto del presupuesto de S/543 millones a S/2.572 millones. ANIN y los consorcios se culpan mutuamente mientras miles de ciudadanos quedan sin servicios.

La construcción y rehabilitación de seis hospitales en Áncash y La Libertad quedó paralizada después de que el presupuesto de estos proyectos pasara de S/543 millones en 2021 a S/2.572 millones, un aumento de 373%. Aunque las obras debieron entregarse en 2022 y hoy registran apenas un avance de 50%, todas permanecen suspendidas por falta de recursos. La Autoridad Nacional de Infraestructura y las empresas adjudicatarias intercambian acusaciones sobre la responsabilidad del retraso.

Adjudicaciones millonarias sin resultados

Los hospitales fueron encargados bajo la modalidad de contrato de Gobierno a Gobierno durante el gobierno de transición de Francisco Sagasti. La Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, ahora ANIN, otorgó al Reino Unido la supervisión y este delegó los contratos a IBT Sucursal del Perú, empresa que formó los consorcios Suyay II y Perú Health. Los seis establecimientos, entre ampliaciones, recuperaciones y reconstrucciones, debían beneficiar a más de 270 mil personas en Áncash y La Libertad, pero ninguno cumplió con los plazos.

Cronograma incumplido y obras abandonadas

El Consorcio Suyay II asumió cinco hospitales con dos contratos firmados en 2021. El primero incluía Caraz, San Nicolás y Cascas por S/205 millones, con entregas previstas entre abril y octubre de 2022. El segundo abarcaba Casma y Recuay por otros S/205 millones, con fechas pactadas para octubre y noviembre de 2022. El Consorcio Perú Health debía entregar el hospital Antonio Caldas Domínguez en mayo de 2022 con un presupuesto de S/132 millones. A pesar de las fechas establecidas, todas las obras se encuentran detenidas y sin un horizonte claro de reactivación.

Presupuestos inflados y argumentos cruzados

Voceros de la ANIN en declaraciones a La República señalaron que los costos iniciales fueron mal calculados porque los proyectos se adjudicaron sin estudios de preinversión ni expedientes técnicos completos, lo que obligó a ampliar áreas, demoler estructuras y reevaluar todo el diseño. Añadieron que la inflación y las dificultades geográficas también inflaron los costos. Los consorcios, sin embargo, responsabilizan a la ANIN por deficiencias en los presupuestos referenciales, cambios impuestos durante la ejecución, demoras en las aprobaciones y pagos atrasados. Sostienen que la propia ANIN pidió detener los trabajos porque no cuenta con fondos suficientes para continuar.

Un problema que se repite y que golpea a miles

El Consorcio Suyay II afirma que esta situación no es aislada y que otros proyectos del esquema Gobierno a Gobierno enfrentan las mismas demoras, falta de presupuesto y obstáculos administrativos. Tanto ANIN como las empresas insisten en su versión, pero ninguno asume el costo político ni técnico del retraso. Mientras el presupuesto crece sin control y las obras siguen paralizadas, los más afectados continúan siendo los ciudadanos que esperan infraestructura sanitaria que debió estar lista hace tres años.