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viernes, diciembre 19, 2025
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Ositrán alerta sobre cartera de APP y cambios en concesiones de transporte en 2025

El regulador detalla 24 proyectos de transporte en cartera, ajustes contractuales clave y nuevas tarifas en aeropuertos y puertos.

El contexto institucional de Ositrán

Durante el segundo trimestre de 2025, Ositrán enfrentó limitaciones en la toma de decisiones por falta de quórum en su Consejo Directivo, situación que obligó a la Presidencia Ejecutiva a asumir medidas de emergencia. Aunque en abril se designó a una nueva integrante del consejo, el organismo aún no logra el quórum necesario para sesionar de manera regular.

Cartera de proyectos APP en transporte

El sector transporte mantiene 24 proyectos de Asociaciones Público Privadas (APP) en cartera: 20 viales, 3 portuarios y 1 aeroportuario. Entre los más relevantes destacan el Corredor Vial 4 (Tingo María–Tarapoto), el Nuevo Terminal Portuario de Pucallpa y el Tercer Grupo de Aeropuertos, que se encuentra en fase de formulación. Estos proyectos reflejan la apuesta del Estado por impulsar infraestructura estratégica bajo esquemas de autofinanciamiento y cofinanciamiento.

Modificaciones contractuales claves

El informe recoge múltiples proyectos de adendas a contratos de concesión:

  • Longitudinal de la Sierra Tramo 2: sustitución de la tasa LIBOR por la tasa SOFR y emisión de pagos pendientes tras un laudo arbitral.

  • Ferrocarril Central: viabilización del servicio de pasajeros en la ruta Lima–Huarochirí.

  • Aeropuertos de provincia: inclusión de cláusulas anticorrupción y adopción de modelos EPC para acelerar obras.

  • Terminal Portuario de Matarani: propuesta de ampliación del plazo de concesión.

Estos cambios muestran un proceso de renegociación constante para adecuar contratos a nuevas realidades financieras, técnicas y regulatorias.

Tarifas y regulación en infraestructura

En el ámbito tarifario, Ositrán aprobó en junio de 2025 la Tarifa Unificada de Uso de Aeropuerto de Transferencia en el Jorge Chávez, fijada provisionalmente en USD 10,74 por pasajero internacional y USD 6,79 para rutas domésticas. Además, inició una revisión tarifaria en el Terminal Portuario del Callao – Zona Sur, que regirá entre 2025 y 2030, centrada en el factor de productividad.

Por otro lado, se emitieron mandatos de acceso para servicios esenciales en aeropuertos, como inspección de equipaje, mostradores de check-in, oficinas operativas, hangares de mantenimiento y almacenes de equipaje rezagado, con tarifas que oscilan entre USD 1,25 por pasajero y más de USD 80 por m², dependiendo del servicio.

Perspectivas

La información publicada por Ositrán evidencia tanto la amplia cartera de proyectos APP en infraestructura de transporte como la complejidad regulatoria y contractual que enfrenta el sector. Los próximos meses estarán marcados por la resolución del quórum institucional, la adjudicación de nuevos proyectos y la definición de tarifas clave para aeropuertos y puertos.

KLog abre el debate sobre la transparencia en los cobros logísticos internacionales

Se subrayó la importancia de que los importadores mantengan un control efectivo de toda la cadena logística.

En la logística internacional persiste una problemática que preocupa tanto a importadores como a distintos actores de la cadena de suministro: los cobros extraportuarios y aquellos asociados a los freight forwarders. Estos cargos, que en muchos casos resultan inevitables, suelen presentarse sin la debida transparencia respecto a su origen y justificación, lo que genera desconfianza en el sector y expone a las empresas a costos inesperados.

En este contexto, KLog.co, compañía líder en soluciones tecnológicas para la logística en Latinoamérica, organizó el pasado viernes 5 de septiembre un webinar orientado a transparentar estas prácticas y fomentar un debate abierto en torno al tema. La iniciativa surgió tras una publicación en redes que explotó con más de mil reacciones y cientos de comentarios, reflejando la magnitud del malestar en la industria.

El encuentro contó con la participación de Fernando Varetto, Chief Operating Officer (COO) de KLog, quien además moderó la conversación; Ismael Ovalle, cofundador de Atakama Outdoor y representante del sector importador; Rodrigo Mancilla, Gerente General de Puerto Columbo; y un agente de aduanas invitado especialmente para la instancia.

Durante la jornada se subrayó la importancia de que los importadores mantengan un control efectivo de toda la cadena logística y comparen tarifas para garantizar mayor transparencia.

“Siempre traten de controlar la cadena, traten de controlar el transporte. Eso es fundamental”, señaló Fernando Varetto, quien añadió: “Nunca trabajes con una sola tarifa, siempre con al menos dos. Eso genera transparencia”.

Desde la perspectiva de los clientes, Ismael Ovalle destacó la dificultad de comprender los cargos en las facturas: “Nuestro principal desafío era entender la cadena de costos, identificar a los actores involucrados y el rol que desempeña cada uno. Cuando veo mi factura y aparece un cobro fijo de 250 dólares en una carga pequeña, surge la duda de si estoy pagando dos veces por el mismo concepto”.

Por su parte, Rodrigo Mancilla reconoció la opacidad histórica en los cobros extraportuarios: “Años atrás esto era una caja negra: muchos recibían facturas y no sabían qué significaban”.

El agente de aduanas, en tanto, enfatizó la necesidad de mayor claridad en la industria: “La transparencia es clave. Los costos deben estar abiertos y las tarifas desglosadas para que el cliente conozca exactamente lo que está pagando”.

La iniciativa de KLog marca un precedente en la región al abrir la discusión sobre un tema históricamente postergado en el sector. Con esta acción, la compañía reafirma su compromiso con la transparencia, la eficiencia y la modernización de la logística en Latinoamérica, consolidándose como uno de los pocos actores dispuestos a poner sobre la mesa una conversación incómoda, pero impostergable.

 

Casi la mitad de los recursos prospectivos de gas natural en Perú se concentra en Madre de Dios, según el MINEM

Viceministra de Hidrocarburos, Iris Cárdenas, dio a conocer iniciativas para impulsar la inversión en exploración y explotación.

El Ministerio de Energía y Minas (MINEM) informó que el Perú dispone de recursos prospectivos de gas natural, que superan los 43 trillones de pies cúbicos (TCF), de los cuales casi la mitad se concentran en la cuenca Madre de Dios, siendo una de las principales zonas con potencial energético del país.

Al respecto, la viceministra de Hidrocarburos, Iris Cárdenas Pino, expresó que estaría abarcando territorios de Madre de Dios y Puno, concentra 20.4 TCF de gas natural. A su vez, si los recursos son explorados y convertidos en reservas, el país podría extender su autonomía energética por aproximadamente 30 años. Difundido por la revista ProActivo.

“La cuenca Madre de Dios tiene un alto potencial, en ella se concentra el 47.2% del total de nuestros recursos. Por ello, estamos coordinando con Perupetro, que ya ha definido zonas de interés y mantiene convenios de evaluación técnica en el Área XCIII”, enfatizó Cárdenas Pino.

Asimismo, en medio de la conferencia “Promoción del Gas Natural”, en la Cuarta Sesión del LQG Intelligence 2025, la viceministra indicó que Perupetro viene promocionando cuatro áreas con potencial hidrocarburífero en la región, en particular la MD-XP-001 (antes exLote 76) y el área XCII (Candamo).

De igual forma, se comunicó que además de Madre de Dios, se considera el potencial aún no explorado del yacimiento Camisea, donde Perupetro estima hasta 5 TCF adicionales en zonas cercanas a los lotes 57 y 88; y la puesta en valor comercial de 3.5 TCF en el Lote 58. “Candamo es una zona previamente intervenida. Con líneas sísmicas y pozos perforados. Allí existe una reserva probada cercana a los 3.5 TCF de gas natural”, declaró.

Por ende, el MINEM trabaja en cambios normativos para agilizar la evaluación ambiental de proyectos de exploración en hidrocarburos, con un plazo máximo de 4 meses, y la creación de un grupo de trabajo multisectorial que articule a todas las entidades involucradas, siguiendo el modelo aplicado en el histórico proyecto Camisea.

Concluyendo que la cuenca Madre de Dios permitirá también impulsar nueva infraestructura de transporte de gas natural, con el objetivo de atender la creciente demanda nacional y generar nuevos polos de desarrollo en el sur del país.

Transformación digital sin canibalizar: el nuevo modelo estratégico para las microfinanzas en Perú y Latinoamérica

Las microfinancieras enfrentan el reto de digitalizarse sin perder su esencia territorial ni poner en riesgo su operación tradicional. Inspirado en casos como Yape, Nubank y Ualá, este enfoque propone un camino innovador que combina spin-offs digitales, nuevos productos, métricas propias y gobierno corporativo autónomo para asegurar competitividad y sostenibilidad en la próxima década.

La transformación digital no es una opción: es una urgencia estratégica. Pero ¿cómo pueden las microfinancieras, entidades nacidas del vínculo humano y territorial, transformarse sin perder su esencia? Este artículo desarrolla una propuesta integral de clase mundial, basada en el modelo de innovación sin canibalización, siguiendo casos como Yape–BCP, Nubank y Solventa, para permitir que cajas municipales, rurales, edpymes y cooperativas se transformen digitalmente sin autodestruir su operación tradicional. Esta nueva ruta implica visión directiva, spin-offs digitales, gobierno corporativo autónomo, segmentación innovadora, nuevas métricas, control de riesgos y una ejecución estratégica en tres etapas.

  1. Introducción: El Dilema de las Microfinanzas

El mundo digital ha irrumpido con fuerza en todos los sectores, pero especialmente en el financiero. La inteligencia artificial, las fintech, las super apps y las billeteras móviles están transformando radicalmente la forma de prestar, cobrar, pagar y ahorrar. Frente a este cambio, las microfinancieras —cajas municipales, rurales, edpymes y cooperativas— se enfrentan a una decisión estratégica crítica: transformarse o ser desplazadas.

Pero transformar implica riesgos: ¿cómo digitalizar sin destruir la cercanía, la inclusión y la confianza territorial que define a las microfinanzas? ¿Cómo ofrecer nuevos canales y productos sin que sus propias agencias físicas, gestores de campo o asesores tradicionales se vean amenazados?

Este artículo responde a esa pregunta con una propuesta concreta: transformar sin canibalizar.

  1. ¿Qué es transformar sin canibalizar?

El concepto proviene de la estrategia empresarial que busca innovar y crecer en nuevos mercados o segmentos sin destruir el negocio original. Un ejemplo paradigmático en Perú es el caso del Banco de Crédito del Perú (BCP), que lanzó Yape como una spin-off digital autónoma. Yape no compite con el BCP tradicional, sino que abre nuevos mercados: jóvenes sin cuenta bancaria, personas con celular pero sin historial crediticio, usuarios del día a día.

La clave está en entender que la transformación no se impone sobre el modelo tradicional, sino que se desarrolla en paralelo, con canales, productos, cultura y métricas distintas. Esta lógica puede —y debe— ser replicada en las microfinancieras peruanas.

  1. Diagnóstico: los riesgos de la transformación mal aplicada

Cuando una microfinanciera intenta digitalizarse desde su estructura tradicional, suele enfrentar estos problemas:

Problema Consecuencia
Cultura conservadora Resistencia interna, miedo al cambio.
Canales cruzados Clientes de agencias migran sin control a canales digitales, vaciando la estructura física.
Tecnología impuesta Plataformas digitales mal adaptadas o lentas.
Personal desmotivado Sensación de reemplazo, pérdida de propósito.
KPI mal definidos Se miden los nuevos canales con criterios tradicionales.

Por eso, el diseño debe ser inteligente y paralelo.

  1. La propuesta: spin-off digital autónoma

La solución consiste en crear una unidad digital separada, con las siguientes características:

Elemento Descripción
Marca nueva Sin vínculo directo con la marca madre.
Gobierno independiente Comité de innovación digital con autonomía táctica.
Equipo ágil Jóvenes talentos digitales, programadores, diseñadores UX.
Productos distintos Nano-créditos, cuentas móviles, microseguros, pagos QR.
Canales propios App, WhatsApp bots, alianzas con comercios o marketplaces.
Tecnología modular Core en la nube, API abiertas, analítica de datos.

Este modelo permite testear, escalar y ajustar, sin presionar ni poner en riesgo la estructura tradicional.

  1. Segmentación: el cliente digital no es tu cliente actual

Uno de los errores más comunes es pensar que el canal digital es solo un espejo del canal físico. Nada más alejado de la verdad. El canal digital permite atender a segmentos que la microfinanciera nunca pudo cubrir:

  • Jóvenes sin historial financiero.
  • Emprendedores digitales o informales.
  • Usuarios de billeteras móviles.
  • Trabajadores gig (repartidores, freelancers).
  • Amas de casa con ingresos no bancarizados.

La estrategia debe diseñarse desde el perfil del cliente digital, no desde el producto tradicional.

  1. Productos innovadores: nuevos servicios para nuevos tiempos

Las entidades deben ofrecer productos nativos digitales. Algunos ejemplos:

  • Nano-créditos con scoring alternativo: otorgados en minutos, sin papeles.
  • Cuentas de ahorro gamificadas: metas, premios, retos financieros.
  • Microseguros integrados: salud, vida, educación.
  • Cobranza digital humanizada: seguimiento por WhatsApp con bots + humanos.
  • Educación financiera integrada: microvideos, notificaciones educativas.

Todo debe girar en torno al usuario móvil, con una experiencia de cliente (CX) impecable.

  1. Métricas distintas para una operación distinta

El error común es aplicar las métricas tradicionales a las nuevas unidades. Las spin-offs digitales deben tener sus propios KPIs:

Indicador Descripción
CAC (Costo Adquisición Cliente) ¿Cuánto cuesta captar un nuevo cliente digital?
LTV (Valor del cliente) ¿Cuánto deja el cliente en 12-24 meses?
Churn rate Tasa de abandono de usuarios.
Tasa de conversión Leads digitales convertidos a clientes.
NPS digital Satisfacción y recomendación del canal digital.

Estas métricas permiten evaluar la rentabilidad real y escalable de la nueva unidad.

  1. Gobierno corporativo: sin interferencias, pero con visión alineada

La spin-off debe tener un gobierno propio, con:

  • Comité de transformación digital (visión, recursos, KPI).
  • Autonomía operativa, pero alineación estratégica.
  • Presupuesto separado.
  • OKRs trimestrales (objetivos + resultados clave).
  • Reportes al directorio, sin subordinación funcional a gerencias tradicionales.

Lo nuevo no debe pedir permiso para existir. Debe rendir cuentas por su impacto.

  1. Roadmap de implementación: 3 fases clave
Fase Tiempo Acción clave
I. Diagnóstico estratégico Meses 1–3 Identificar segmentos, diseñar modelo.
II. Construcción del MVP Meses 4–9 App, canal, productos, piloto.
III. Escalamiento Meses 10–36 Regionalización, nuevos servicios, alianzas.

Todo el proceso puede ejecutarse con una inversión inicial acotada y metodología ágil.

  1. Casos internacionales que validan el modelo
  • Yape (Perú): más de 13 millones de usuarios en 6 años.
  • Nubank (Brasil): más de 70 millones de clientes sin sucursales.
  • Tala (Kenia/México): préstamos por celular con scoring alternativo.
  • Ualá (Argentina): tarjeta prepago y app con enfoque en educación financiera.

Todos demuestran que es posible crecer sin destruir el modelo original, si se actúa con visión.

  1. Beneficios esperados de la transformación no canibalizante
Resultado Impacto estimado
Nuevos clientes digitales +30% base de usuarios.
Costos operativos -40% por operación.
Tasa de morosidad ≤ 3% con scoring inteligente.
Niveles de satisfacción NPS ≥ 80.
Reputación institucional Mejora de imagen innovadora.

El modelo genera crecimiento orgánico, inclusión financiera efectiva y competitividad sostenible.

  1. Recomendaciones finales para directorios y gerencias
  • Decidan desde arriba: la transformación no es un proyecto de sistemas, es una estrategia corporativa.
  • No esperen tener todo listo: lancen MVPs, validen, ajusten.
  • Designen un líder digital autónomo: que no dependa del organigrama tradicional.
  • Aliados, no todo se hace solo: fintechs, universidades, desarrolladores, incluso competencia.
  • Controlen sin sofocar: métricas claras, pero sin burocracia.

La clave: crear valor nuevo sin matar el valor actual.

  1. Conclusión: el futuro ya está aquí

Las microfinancieras que sobrevivan la próxima década serán aquellas que comprendan que la digitalización no debe ser un reemplazo, sino un complemento. La historia premia a los que entienden que hay que cambiar para seguir siendo relevantes, pero con inteligencia estratégica. La innovación no significa olvidar el pasado, sino honrarlo construyendo el futuro con sus cimientos.

Transformar sin canibalizar no solo es posible. Es, hoy, inevitable.

El futuro de la banca y las finanzas: megatendencias que marcarán 2030 y 2050

La digitalización, la inteligencia artificial, el blockchain, las finanzas sostenibles y la inclusión financiera transformarán de raíz la industria bancaria en las próximas décadas. Adaptarse a estos cambios será clave para sobrevivir en un sistema financiero cada vez más global, tecnológico y exigente.

La industria financiera global se encuentra en el epicentro de una transformación histórica. Las megatendencias que emergen en este sector no son solo respuestas a cambios tecnológicos o regulatorios, sino fuerzas estructurales que redefinirán el rol de la banca y las finanzas en la economía mundial. La digitalización, la inteligencia artificial (IA), el blockchain, las finanzas verdes y la inclusión financiera se combinan con tensiones geopolíticas, riesgos cibernéticos y expectativas sociales cada vez más elevadas. El futuro de la banca no dependerá únicamente de balances sólidos, sino de la capacidad de anticiparse y adaptarse a un ecosistema donde la resiliencia, la sostenibilidad y la innovación serán pilares centrales (World Economic Forum [WEF], 2023).

  1. Digitalización y banca abierta

La digitalización continúa siendo la tendencia más acelerada. Según McKinsey (2023), más del 65% de los clientes bancarios en economías avanzadas prefieren canales digitales frente a físicos, tendencia reforzada por la pandemia de COVID-19. La banca abierta (open banking), basada en la compartición de datos financieros a través de APIs seguras, promueve la creación de ecosistemas donde bancos, fintechs y bigtechs compiten y colaboran simultáneamente. Este modelo fomenta la hiperpersonalización de servicios y la reducción de costos operativos.

Ejemplo: en la Unión Europea, la Directiva PSD2 abrió el camino para que actores no bancarios puedan ofrecer pagos, créditos y asesoría financiera bajo un marco regulado, lo que multiplica la competencia y mejora la experiencia del usuario (European Banking Authority, 2022).

  1. Inteligencia artificial y analítica avanzada

La IA y el machine learning ya son herramientas estratégicas para gestión de riesgos, scoring crediticio alternativo y detección de fraudes. PwC (2023) estima que la IA aportará hasta 1,2 billones de dólares en eficiencia al sector financiero hacia 2030. La integración de modelos generativos permitirá construir asistentes financieros virtuales capaces de asesorar a clientes en tiempo real y de manera predictiva.

Sin embargo, la dependencia de algoritmos plantea retos éticos y regulatorios: sesgos en los datos, explicabilidad de decisiones y riesgos de privacidad. La futura regulación de la IA Act en Europa busca establecer estándares globales en el uso responsable de la IA en finanzas (European Commission, 2023).

  1. Blockchain, criptomonedas y finanzas descentralizadas (DeFi)

El blockchain ha pasado de ser una tecnología disruptiva a un pilar estratégico de la infraestructura financiera. Aunque la capitalización del mercado cripto es volátil (alrededor de 1,7 billones de USD en 2024 según CoinMarketCap), el valor real se encuentra en las aplicaciones descentralizadas: préstamos P2P, stablecoins y contratos inteligentes.

Las DeFi prometen un sistema financiero más inclusivo, aunque los episodios de fraudes y quiebras de exchanges han demostrado la necesidad de regulación robusta (Bank for International Settlements [BIS], 2023). En paralelo, países como China, Suecia y Bahamas lideran el desarrollo de monedas digitales de bancos centrales (CBDCs), con más de 130 bancos centrales evaluando o implementando pilotos (International Monetary Fund [IMF], 2023).

  1. Finanzas sostenibles y ESG

La sostenibilidad es ya una megatendencia irreversible. Los flujos hacia activos ESG alcanzaron los 37 billones de dólares en 2022 y se proyecta que representarán un tercio de los activos globales para 2030 (Bloomberg Intelligence, 2022). La presión de inversionistas, reguladores y consumidores obliga a las instituciones financieras a integrar criterios ambientales, sociales y de gobernanza en sus modelos de negocio.

Ejemplo: el Banco Europeo de Inversiones anunció que dejará de financiar proyectos de combustibles fósiles desde 2025, alineando su estrategia con los objetivos de descarbonización de la UE (European Investment Bank, 2023).

En América Latina, iniciativas como los bonos verdes y sociales emitidos en Chile y Perú evidencian cómo la sostenibilidad se convierte en fuente de financiamiento competitivo.

  1. Inclusión financiera y nuevos modelos de negocio

El acceso a servicios financieros sigue siendo desigual: 1.400 millones de adultos en el mundo aún no tienen cuenta bancaria (Banco Mundial, 2022). Las fintech, apoyadas en el uso de big data y modelos alternativos de scoring (facturas digitales, historial de pagos de servicios, redes sociales), han logrado reducir estas brechas en regiones como África y América Latina.

Modelos como el de M-Pesa en Kenia o NuBank en Brasil demuestran que la simplicidad tecnológica y la experiencia del cliente son determinantes para escalar. Hacia 2050, la inclusión no solo será financiera, sino también digital y cognitiva, integrando educación financiera y alfabetización digital como parte del servicio.

  1. Ciberseguridad y resiliencia digital

El crecimiento de los canales digitales incrementa los riesgos de ciberataques. Según Deloitte (2023), los costos globales por delitos cibernéticos superarán los 10,5 billones de dólares anuales hacia 2025. La banca del futuro deberá incorporar modelos de seguridad proactiva basada en IA, arquitecturas de confianza cero (Zero Trust) y seguros cibernéticos como estándar de protección.

La resiliencia digital se convierte en un activo reputacional: los bancos que no logren garantizar la seguridad perderán rápidamente la confianza de clientes y mercados.

  1. Regulación global y competencia geopolítica

La fragmentación regulatoria es uno de los mayores desafíos. Mientras Europa avanza con marcos de finanzas sostenibles y regulación cripto, EE. UU. mantiene un enfoque más fragmentado y Asia impulsa innovaciones a ritmo acelerado.

La competencia geopolítica entre China y EE. UU. también impacta en la arquitectura financiera global: la expansión del yuan digital, el uso de sanciones financieras como herramienta política y la fragmentación de las cadenas de pagos globales anticipan un sistema financiero más multipolar y fragmentado (BIS, 2023).

  1. Perspectivas hacia 2030 y 2050

Hacia 2030, la banca se configurará como un ecosistema híbrido entre bancos, fintechs, bigtechs y actores no tradicionales, con el cliente en el centro. Para 2050, los analistas proyectan un sistema donde la automatización masiva, la integración de IA cuántica y la tokenización de activos transformen los conceptos de dinero, crédito e inversión.

El éxito no dependerá solo de adoptar tecnologías, sino de la capacidad estratégica de integrar innovación, sostenibilidad y confianza como elementos esenciales del contrato social entre bancos y ciudadanos.

Conclusiones

Las megatendencias de la banca y las finanzas no son simples modas, sino fuerzas estructurales que definirán el futuro económico global. La digitalización, la sostenibilidad, la inclusión y la resiliencia son ahora parte del ADN financiero. La banca que logre navegar estas aguas no solo sobrevivirá, sino que se convertirá en arquitecta de un sistema más justo, eficiente y sostenible.

La clave está en anticipar, innovar y, sobre todo, reconstruir la confianza en un entorno donde la tecnología y la ética deberán caminar de la mano.

Presupuesto del Estado: ¿cómo romper el sesgo al gasto corriente y liberar recursos para inversión?

En el Perú, más del 60 % del presupuesto público se destina a gasto corriente, mientras que la inversión apenas llega al 5 % del PBI. Revertir esta rigidez y racionalizar la burocracia es clave para cerrar brechas en infraestructura, educación y salud, y acelerar el desarrollo.

El diseño del presupuesto público constituye una de las expresiones más claras de las prioridades de un Estado. En el caso peruano, los últimos diez años muestran un patrón consistente: predominio del gasto corriente frente a un espacio reducido para la inversión pública. Esta situación refleja no solo un sesgo estructural hacia el sostenimiento de la burocracia, las planillas y las transferencias, sino también una oportunidad desaprovechada para fortalecer la infraestructura, la educación y la salud.

Este artículo analiza la evolución del presupuesto peruano entre 2016 y 2025, con énfasis en la relación entre gasto corriente e inversión. Se integran datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y estudios académicos, además de comparaciones internacionales. El objetivo es destacar por qué la transformación del presupuesto estatal no es solo deseable, sino un imperativo, si se busca acelerar la inversión pública y cerrar las brechas estructurales que limitan la competitividad del país.

  1. El predominio del gasto corriente

De acuerdo con cifras oficiales, el gasto corriente se mantiene en torno al 20–21 % del PBI, mientras que la inversión pública apenas alcanza el 4–5 % del PBI (Ministerio de Economía y Finanzas, 2025a). En el presupuesto proyectado para 2025, el Gobierno Nacional destina S/ 100 161 millones a gasto corriente frente a S/ 32 893 millones en gasto de capital.

En los gobiernos regionales, la proporción es aún más marcada: 38 621 millones en gasto corriente versus 15 474 millones en inversión. A nivel local, el escenario es más equilibrado, con 18 581 millones en gasto corriente frente a 18 506 millones en capital (Gobierno PUCP, 2025). Esta composición confirma un sesgo estructural que restringe la capacidad del Estado para financiar proyectos de desarrollo de largo plazo.

  1. Inversión pública y niveles de ejecución

Los desafíos no se limitan a la asignación, sino también a la ejecución. En 2023, la inversión pública ejecutada alcanzó S/ 50 219 millones, lo que representó un crecimiento del 8,8 % respecto a 2022. Sin embargo, la capacidad de ejecución varió por nivel de gobierno:

  • Gobierno Nacional: 91 %
  • Gobiernos Regionales: 79 %
  • Gobiernos Locales: 67,8 % (ComexPerú, 2024).

La disparidad evidencia limitaciones en la gestión subnacional, donde persisten problemas de planificación, capacidad técnica y eficiencia administrativa.

  1. Impacto histórico y coyuntural

Entre 2007 y 2021, el gasto público total creció en promedio un 10,3 % anual, con predominio del gasto corriente. La inversión pública mostró un crecimiento más moderado (6,7 %) y sufrió una contracción del 48,3 % en 2021 por efectos de la pandemia (Moreno Domínguez, 2022). El choque del Covid-19 puso en evidencia la falta de flexibilidad fiscal para responder con inversión contracíclica, un elemento clave para la resiliencia macroeconómica.

  1. Comparación internacional

Al compararse con América Latina y la OCDE, el Perú exhibe un rezago estructural. Mientras países como Chile y Colombia destinan alrededor del 20 % de su gasto público total a inversión, el Perú se mantiene entre 12 y 15 % (Banco Mundial, 2024). En la OCDE, el promedio de inversión pública supera el 20 %.

El wage bill peruano —remuneraciones del sector público— ronda el 40 % del presupuesto total, un nivel alto respecto a otros países de la región. Esta rigidez presupuestal limita la capacidad de reasignar recursos hacia sectores estratégicos.

  1. Sector privado como espejo comparativo

La estructura financiera del sector privado peruano ofrece un contraste revelador. Empresas listadas en la Bolsa de Valores de Lima muestran ratios de CAPEX/ventas de entre 8 y 12 %, con mayor intensidad en minería y construcción, y menores en retail y banca (SMV, 2024). El Estado, en cambio, mantiene una relación inversión/PIB de apenas 5 %, insuficiente frente a las demandas de infraestructura, innovación y servicios básicos.

  1. Escenarios de reasignación

Una reasignación gradual de 1–2 puntos porcentuales del presupuesto desde gasto corriente hacia inversión permitiría liberar entre S/ 8 000 y 16 000 millones anuales para educación, salud e infraestructura. Las medidas clave para viabilizar esta transformación incluyen:

  • Racionalización de entidades y programas superpuestos.
  • Digitalización e interoperabilidad de procesos administrativos.
  • Compras públicas centralizadas y más transparentes.
  • Contratos por desempeño y presupuestos por resultados.
  1. El imperativo de racionalizar la burocracia estatal y el aparato legislativo

La sostenibilidad de las finanzas públicas peruanas no solo depende de la magnitud de los ingresos o del nivel de inversión, sino también de la eficiencia en el uso de los recursos. El gasto corriente está fuertemente influenciado por el tamaño de la burocracia estatal. De acuerdo con el MEF (2025b), las remuneraciones representan cerca del 40 % del presupuesto total, cifra que, en términos comparativos, resulta elevada frente a países de la OCDE donde la media bordea el 25 %.

En este contexto, una opción de política pública es la reducción y racionalización del aparato estatal. Esto incluye la fusión de ministerios con funciones duplicadas, la eliminación de organismos que no aportan valor agregado, y la implementación de tecnologías digitales para disminuir costos administrativos.

Asimismo, el aparato legislativo peruano constituye otro foco de debate. El Congreso —que en 2023 representó aproximadamente el 0,6 % del presupuesto público en su propio gasto— no solo demanda recursos significativos, sino que también proyecta una imagen de sobrerrepresentación, especialmente tras la aprobación de la bicameralidad (Congreso y Senado). Una reducción en el número de parlamentarios y en los beneficios asociados podría contribuir a liberar fondos para inversión, además de enviar un mensaje político de austeridad y eficiencia institucional (OCDE, 2023).

La literatura internacional muestra que reformas de este tipo pueden tener impactos positivos. Casos como Chile y Uruguay, que han mantenido estructuras legislativas más compactas y modernizado su administración pública mediante digitalización, evidencian que la reducción de burocracia no implica debilitar al Estado, sino hacerlo más eficiente y orientado al ciudadano (Banco Mundial, 2024).

En consecuencia, la transformación del presupuesto debe ir acompañada de una reforma institucional que reduzca costos estructurales innecesarios. Solo así será posible redirigir recursos hacia inversión en infraestructura, salud y educación, que son los verdaderos motores de desarrollo.

  1. Conclusiones

La evidencia demuestra que el Perú arrastra un patrón fiscal donde el gasto corriente domina la asignación presupuestal, limitando la inversión pública. Esta realidad contrasta con estándares latinoamericanos y de la OCDE, y se agrava por problemas de ejecución subnacional.

De ahí que transformar el presupuesto no sea una opción, sino un imperativo. Esta transformación debe incluir tanto una revisión de prioridades presupuestales como una racionalización de la burocracia y del aparato legislativo, de manera que el Estado pueda destinar más recursos a inversión en infraestructura, capital humano y digitalización.

Un Estado más eficiente, con menor gasto superfluo y mayor capacidad inversora, será condición indispensable para acelerar la productividad, mejorar la competitividad y garantizar un desarrollo sostenible en el Perú.