El oro roza los 3.500 dólares y la plata alcanza su nivel más alto en 14 años, impulsados por la expectativa de recortes en los tipos de interés de la Reserva Federal y un clima político cada vez más inestable en EE. UU.
El rally de los metales preciosos
El inicio de septiembre confirma a los metales preciosos como el activo estrella del mercado. El oro avanza hacia los 3.500 dólares por onza —un máximo histórico al cotizar en 3.470 dólares—, mientras que la plata supera los 40 dólares, un nivel no visto desde 2011 y que supone una revalorización superior al 40% en lo que va del año.
La escalada también impulsa al platino (+2,6%) y al paladio (+2%), además de reflejarse en las principales mineras europeas. Hochschild Mining avanza cerca de un 7%, su mayor subida desde el verano, y Fresnillo gana un 2%, alcanzando su nivel más alto en casi una década.
La expectativa de la Reserva Federal
La principal razón detrás de este rally es el creciente consenso de que la Reserva Federal (Fed) podría recortar los tipos de interés en su reunión de septiembre. Los analistas esperan que el informe laboral de EE. UU., con solo 75.000 nuevos empleos en agosto y un aumento leve del desempleo, refuerce la idea de una desaceleración económica.
Según Chris Mahoney, gestor de inversiones en Jupiter AM: “La economía estadounidense parece estar en una fase avanzada del ciclo, lo que podría obligar a la Fed a relajar su política monetaria antes de lo previsto. Esto sería un catalizador adicional para el oro”.
Refugio en medio de la turbulencia
El oro y la plata, al no generar intereses, suelen ganar atractivo en entornos de financiamiento más barato y, sobre todo, en momentos de incertidumbre económica y política. La reciente tensión entre Donald Trump y la Fed, sumada a la destitución de la gobernadora Lisa Cook, ha despertado dudas sobre la independencia del banco central estadounidense y la estabilidad del dólar.
Paralelamente, los conflictos comerciales siguen vigentes. Un tribunal federal dictaminó que los aranceles globales impuestos por Trump fueron ilegales, aunque estos aún se mantienen mientras continúa el litigio.
El caso de la plata: industria y escasez
A diferencia del oro, que se concentra en su papel como reserva de valor, la plata suma un componente industrial clave. Su uso en energías renovables (paneles solares), tecnología y semiconductores la hace especialmente valiosa. Además, el mercado acumula ya cinco años de déficit de oferta, según el Silver Institute, lo que añade presión alcista a los precios.
En palabras de Ned Naylor-Leyland, gestor de Jupiter AM: “La escasez de plata es manejable, hasta que deja de serlo. Aún cotiza por debajo de su máximo histórico de 50 dólares, pero vemos señales de que podría encaminarse hacia esa cota”.
El impulso de los fondos cotizados (ETF)
El interés en oro y plata también se refleja en los fondos cotizados respaldados por metales preciosos. El SPDR Gold Shares gana un 36% en el año y el iShares Gold Trust sube 29%. En plata, el iShares Physical Silver y el Invesco Physical Silver avanzan 36%, mostrando un fuerte apetito inversor.
El contexto internacional apunta a que los metales preciosos seguirán siendo protagonistas en lo que resta del 2025, tanto como refugio frente al dólar como motor de diversificación para bancos centrales y fondos institucionales.






