El metal precioso recibe soporte por la compra de bancos centrales, pero la fortaleza del dólar limita su avance.
El oro cerró la sesión con una ligera apreciación, respaldado principalmente por la continuidad de la demanda institucional de los bancos centrales, cuya estrategia de diversificación de reservas sigue proporcionando un soporte estructural al metal. No obstante, ese flujo comprador ha sido parcialmente contrarrestado por factores de corto plazo que presionan los precios. Entre ellos destacan la fortaleza del dólar estadounidense y la creciente percepción de que la Reserva Federal (Fed) podría adoptar una postura más cautelosa antes de iniciar un ciclo de recortes de tasas de interés, lo que reduce el atractivo de activos sin rendimiento como el oro.
Adicionalmente, las expectativas de mejora en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China han disminuido temporalmente la demanda por activos de refugio, moderando los flujos de protección que habían impulsado el mercado. En este contexto de fuerzas divergentes —sólido respaldo soberano de largo plazo, pero con vientos en contra en el corto— el oro mantiene un sesgo positivo en términos estructurales; sin embargo, no se descartan movimientos de consolidación o correcciones técnicas si los datos macroeconómicos o las señales de política monetaria resultan más firmes de lo previsto.
El mercado petrolero finalizó la jornada con una leve apreciación, respaldado por el anuncio de la OPEP+ de que suspenderá el aumento programado de producción durante el primer trimestre de 2026. La alianza decidió mantener en diciembre el incremento de 137 mil barriles por día —el mismo nivel aplicado en octubre y noviembre— y posponer ajustes adicionales para enero, febrero y marzo del próximo año. Esta decisión fue interpretada como un reconocimiento del desajuste actual entre oferta y demanda. Si bien elimina una presión inmediata sobre la disponibilidad de crudo, al mismo tiempo refuerza el compromiso del grupo con una gestión de oferta orientada a sostener los precios.
No obstante, el panorama macroeconómico continúa siendo desafiante. Persisten las preocupaciones sobre señales de desaceleración económica en regiones clave, especialmente en Asia, lo que limita el avance de los precios pese al ajuste en la oferta. La combinación de inventarios elevados, producción abundante —especialmente en Estados Unidos— y una demanda moderada configura un entorno de cautela, donde los precios reaccionan más a decisiones de oferta que a una mejora sólida de los fundamentos de demanda.
Antonio Montiel, Director de Análisis de ATFX Education






