La construcción de la estación Morales Duárez marca un hito en el avance del Ramal de la Línea 4 del Metro de Lima, mientras la infraestructura redefine el valor urbano y la dinámica logística del Callao.
Desde el 25 de mayo, un nuevo capítulo se abre en la ejecución de la Línea 2 del Metro de Lima y Callao con el inicio de obras para la estación Morales Duárez (E4-7), parte crucial del Ramal de la Línea 4. Este movimiento, aunque subterráneo en su ejecución, impactará directamente la superficie urbana, activando un plan de desvíos en la avenida Elmer Faucett, una de las principales arterias del Callao.
El tramo afectado —entre el Jr. Manco Cápac y la avenida La Chalaca— verá una reconfiguración temporal del tránsito. Se han habilitado vías auxiliares como la calle Politécnico del Callao, permitiendo la continuidad del flujo vehicular, mientras se avanza en la ingeniería civil subterránea que transformará el transporte metropolitano.
Obra estratégica con visión metropolitana
El Ramal de la Línea 4 comprende ocho estaciones a lo largo de 8 km, que unirán rápidamente la avenida Elmer Faucett con Néstor Gambetta. Se trata de un trayecto que, una vez operativo, tomará solo 13 minutos, generando un impacto positivo en los tiempos logísticos, el acceso laboral y la productividad urbana.
Este ramal se integra estructural y funcionalmente con la Línea 2, que abarca 35 km de longitud total y conectará 10 distritos —entre ellos Ate, Santa Anita, Breña y La Victoria— en 45 minutos, un cambio drástico frente a las actuales dos horas y media. El sistema, una vez completo, tendrá capacidad para más de un millón de pasajeros diarios, redefiniendo la infraestructura de transporte público de la capital.
Desde diciembre de 2023, ya opera la Etapa 1A, con estaciones accesibles y adaptadas tecnológicamente para personas con movilidad reducida, y un flujo de más de 40 mil usuarios diarios.
Túneles que trazan desarrollo
Una pieza clave del avance técnico es la tuneladora “Delia”, una máquina de alta ingeniería que recientemente logró perforar 766 metros adicionales entre las estaciones Parque Murillo y Tingo María. Esta excavación implicó la colocación de 3,150 dovelas de concreto, formando 450 anillos estructurales de 40 toneladas cada uno. La máquina mantiene un promedio de 14 metros diarios de avance, incluso en cruces complejos como los muros pantalla.
Desde su ensamblaje en la estación San Juan de Dios, Delia ha excavado más de 7 kilómetros de túneles, conectando físicamente distritos históricamente desconectados y apuntalando un eje logístico esencial para el desarrollo urbano y económico de Lima Metropolitana.
Impacto económico y logístico
El avance de estas obras representa mucho más que mejoras en transporte: impulsa la inversión pública, eleva la productividad urbana y mejora la conectividad del puerto del Callao, clave para la logística internacional del país. Además, las obras generan empleo directo e indirecto en los sectores de construcción, ingeniería, transporte y servicios conexos.
Para el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, el desarrollo sostenido del proyecto refleja no solo un compromiso técnico, sino una apuesta estratégica por acortar las brechas de infraestructura urbana y modernizar el sistema ferroviario subterráneo del país.