El Perú podría tomar ventaja de este escenario externo favorable si se consolida la paz y se mantiene una narrativa macroeconómica creíble.
Los mercados financieros internacionales han reaccionado positivamente tras el anuncio de un alto al fuego en el conflicto internacional que había generado tensión durante las últimas semanas. Este descenso ha devuelto estabilidad a los precios de las materias primas y ha reducido la percepción de riesgo global.
El crudo WTI ha regresado a niveles previos al inicio del conflicto, disipando temores sobre un nuevo shock energético global. De manera similar, el oro (tradicional refugio en épocas de incertidumbre) se cotiza incluso por debajo de su valor registrado antes de la crisis. Por otro lado, el índice de volatilidad VIX, considerado el «termómetro del miedo» en Wall Street, ha caído por debajo de los 20 dólares, lo que refleja una percepción generalizada de menor incertidumbre en los mercados globales.
“En el plano cambiario, el tipo de cambio USD/PEN ha mostrado una caída significativa, aunque esta responde más a factores globales que locales. El dólar estadounidense ha perdido fuerza a nivel mundial, con el índice DXY cayendo a mínimos no vistos en los últimos tres años. Este debilitamiento del dólar ha sido impulsado por la reducción de la demanda global de dólares como refugio, rendimientos y expectativas monetarias de EEUU a la baja. Afectando de manera positiva a muchas monedas emergentes como la apreciación del sol peruano”, agregó Jonathan Torres, analista de mercados de Capitaria.
A este contexto se suma la sólida política monetaria del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), que ha mantenido una postura prudente y técnica, generando confianza entre inversionistas locales e internacionales. La combinación de una menor tensión geopolítica global y una gestión monetaria responsable refuerza la estabilidad macroeconómica del país.
“En el ámbito local, la estabilización del precio del petróleo reduce riesgos de presión inflacionaria sobre el transporte y la canasta básica, ofreciendo un respiro a los hogares peruanos. Si bien los precios internos no bajan de inmediato, el retorno del WTI a niveles previos al conflicto modera las expectativas de nuevos aumentos de combustibles y, por ende, del costo de vida”, agregó Torres.
El Perú podría tomar ventaja de este escenario externo favorable si se consolida la paz y se mantiene una narrativa macroeconómica creíble. La confianza está regresando al mercado, pero se requiere cautela. Aún estamos en una etapa de tregua geopolítica. La clave, dicen, será sostener la disciplina fiscal y promover inversiones sin perder de vista los riesgos latentes.






