Megatúnel bajo la Av. Abancay: ¿solución de movilidad o riesgo urbano en Lima?

El proyecto de Rafael López Aliaga busca desviar el tránsito al subsuelo y crear un boulevard peatonal, pero expertos advierten riesgos de viabilidad técnica, costos y afectación social.

Una obra ambiciosa

La Municipalidad de Lima presentó el plan para construir un túnel subterráneo de 6,93 kilómetros bajo la avenida Abancay, con una inversión estimada de S/600 millones. El megaproyecto contempla desviar todo el tránsito vehicular hacia el subsuelo y transformar la superficie en un boulevard con parques y áreas peatonales, uniendo La Victoria con San Juan de Lurigancho a través del Cercado de Lima y el Rímac.

El diseño incluye 4 estaciones o paraderos, 8 accesos vehiculares y la intervención de 64.000 m² para áreas públicas en superficie. El expediente técnico, según la comuna, se viene trabajando desde hace más de tres años.

Preocupaciones de vecinos y comerciantes

Aunque la municipalidad sostiene que el proyecto no afectará a la población, los vecinos y comerciantes de la zona expresan desconfianza. Temen que los cierres de vías y obras prolongadas reduzcan drásticamente el flujo de peatones, impactando en negocios tradicionales y centros comerciales del entorno.

“Nos perjudica a todos los centros comerciales. ¿De dónde vamos a pagar nuestros locales? Trabajamos en puestos alquilados”, señalaron comerciantes entrevistados. Incluso trabajadores informales, como lustrabotas, ven amenazada su subsistencia.

Opinión de expertos

La viabilidad técnica y económica del túnel es cuestionada por especialistas. El exministro de Transportes y Comunicaciones, Carlos Estremadoyro, advirtió que la obra podría entrar en conflicto con el trazado de la futura Línea 3 del Metro de Lima, ya que ambas infraestructuras correrían en paralelo. También recordó que proyectos de este tipo suelen enfrentar imprevistos técnicos, como cimentaciones, tuberías y servicios básicos no identificados.

En la misma línea, el urbanista Augusto Ortiz de Zevallos opinó que el megaproyecto no responde a la necesidad más urgente de Lima: reducir la congestión vehicular estructural, que se alimenta de más de 600 rutas de transporte público sin orden ni integración.

Impacto en movilidad y gobernanza

El proyecto se enmarca en la estrategia del alcalde Rafael López Aliaga de promover obras de alto impacto en la ciudad, pero especialistas recomiendan que una iniciativa de esta magnitud debería ejecutarse bajo la modalidad de Gobierno a Gobierno, con supervisión internacional y planificación integral.

La interrogante clave es si este túnel logrará transformar la movilidad en el centro de Lima o si, por el contrario, sumará complejidad a un ecosistema urbano ya saturado y carente de una visión de planificación metropolitana.