El 60% de las MyPEs peruanas reconoce que sus procesos aún son manuales y poco eficientes, lo que limita su crecimiento. Las empresas que integran tecnología básica en sus operaciones pueden lograr hasta un 65% de reducción de costos y un incremento del 40% en productividad, según la compañía Business IT.
Cada 15 de mayo se celebra en el Perú el Día Nacional de las Micro y Pequeñas Empresas (MyPEs), un sector clave para la economía del país. De acuerdo con cifras del Ministerio de la Producción, las MyPEs representan más del 95% de las empresas formales del país y generan aproximadamente el 60% del empleo, lo que refleja su gran relevancia en la generación de oportunidades y desarrollo económico.
Sin embargo, pese a su relevancia, muchas aún operan con bajos niveles de digitalización, lo que limita su crecimiento, eficiencia y capacidad para competir en entornos cada vez más digitalizados. Según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), solo el 35% de las MyPEs ha implementado soluciones digitales en alguna parte de su operación, una cifra que revela una brecha crítica frente al avance tecnológico de otros sectores y que subraya la urgencia de cerrar estas diferencias.
Asimismo, un estudio de Movistar Empresas reveló que, más del 60% de MyPEs peruanas aún depende de procesos manuales y poco eficientes, limitando su crecimiento y competitividad en un entorno cada vez más digitalizado. Por su parte, la compañía Business IT señala que las empresas que integran tecnología básica en sus operaciones pueden lograr hasta un 65% de reducción de costos y un incremento del 40% en productividad, lo que evidencia el impacto directo de la digitalización en la eficiencia del negocio.
En este contexto, Business IT ha identificado tres brechas tecnológicas que frenan a las MyPEs peruanas y propone soluciones asequibles y escalables disponibles en el mercado:
- Bajo acceso a infraestructura tecnológica adecuada: a pesar de su potencial, muchas MyPEs aún operan con equipos obsoletos, sin servidores seguros ni redes internas eficientes, lo que frena cualquier intento de transformación digital. Esto se debe a restricciones presupuestarias y al desconocimiento de soluciones que se adapten a su escala.
Solución: existen hoy en el mercado soluciones tecnológicas de nivel empresarial que han sido adaptadas a las necesidades y presupuestos de las MyPEs, como infraestructura en la nube, servidores virtuales o paquetes integrados de hardware y software con soporte técnico incluido.
- Desconocimiento del uso de herramientas digitales: muchas veces los emprendedores no acceden a tecnologías no por falta de interés, sino por no saber cómo usarlas. Esta brecha no solo frena la implementación, sino que genera frustraciones, errores operativos y una baja adopción entre los equipos.
Solución: la clave está en ofrecer capacitaciones prácticas y contextualizadas, enfocadas en herramientas específicas de gestión, automatización y productividad. Organizaciones como Business IT han comenzado a incorporar sesiones de formación técnica como parte de sus soluciones, asegurando un uso eficiente desde el primer día.
- Desprotección frente a amenazas digitales: la seguridad digital suele ser una preocupación postergada, especialmente en empresas pequeñas, lo que las deja vulnerables a fraudes, ataques o pérdida de información.
Solución: hoy es posible implementar medidas básicas de protección como respaldos automáticos, autenticación en dos pasos, antivirus empresariales y políticas de acceso interno. Estas herramientas no solo son asequibles, sino que también pueden prevenir pérdidas significativas de tiempo y dinero.
“Las MyPEs no necesitan replicar las estrategias de las grandes corporaciones, sino identificar soluciones tecnológicas que respondan a su escala y sus necesidades reales. Hoy, gracias a modelos más flexibles y acompañamientos especializados, es posible cerrar las brechas y aprovechar la digitalización para crecer”, comentó Andrea Manzur, Country Manager Perú de Business IT.
En un entorno cada vez más competitivo, apostar por la tecnología ya no es un lujo, sino una necesidad. La clave está en hacerlo de forma estratégica, consciente y con aliados que puedan guiar a las empresas en el proceso.