Por Juan Carlos Valda
Si sos empresario pyme, es probable que hayas sentido, en más de una ocasión, que el mundo está en tu contra. «El mercado está complicado», «mis colaboradores no entienden», «el Estado no ayuda». Seguro que estas frases, o algunas similares, te suenan familiares. Pero quiero decirte algo que puede sonar duro: la queja y la victimización no son una estrategia.
No importa cuánto te quejes ni cuántas excusas pongas sobre la mesa, eso no va a cambiar tu realidad. La clave está en dejar de mirar hacia afuera buscando culpables y empezar a mirar hacia adentro para encontrar soluciones. El mercado no está en tu contra, tus colaboradores no son tus enemigos y el Estado… bueno, el Estado es el mismo para todos. ¡Y hay quienes, a pesar de eso, logran prosperar!
El Círculo Vicioso de la Queja
Quejarse puede ser un alivio momentáneo. Te da la sensación de que estás haciendo algo respecto a tus problemas, aunque en realidad solo estás perdiendo tiempo y energía. La queja te deja atrapado en un ciclo donde la frustración alimenta la inacción, y la inacción genera más frustración.
Cuando te victimizas, te convertís en espectador de tu propia empresa. Esperás que algo externo cambie para que las cosas mejoren: que el mercado repunte, que el personal se ilumine o que el gobierno implemente la política perfecta. Y mientras tanto, el tiempo pasa y las oportunidades se escapan.
Cambia el Enfoque: De la Queja a la Acción
La diferencia entre un empresario que prospera y uno que se estanca no está en la suerte ni en las condiciones externas. Está en la actitud.
- Acepta la Realidad: No podés cambiar el contexto económico ni la mentalidad de todos tus empleados de la noche a la mañana. Pero podés decidir cómo reaccionar ante eso.
- Focaliza en lo que Podés Controlar: Tus procesos, tu propuesta de valor, la forma en que lideras a tu equipo. Ahí está tu verdadero poder.
- Busca Tu Nicho: En vez de competir en el mismo terreno que todos los demás, encuentra ese espacio donde podés ser único. Mientras otros pierden tiempo esperando que cambie el viento, vos podés ser el que construya su propio barco.
El Desafío de Ser Único
Encontrar tu nicho no es fácil. Requiere autoconocimiento, creatividad y, sobre todo, valentía para dejar de hacer lo mismo de siempre. Pero cuando lo logras, la competencia deja de ser una amenaza porque nadie más puede ofrecer exactamente lo que vos ofreces.
- Observe el mercado con otros ojos: No para ver qué anda mal, sino para detectar oportunidades.
- Escucha a tus clientes: Sus necesidades insatisfechas pueden ser la clave para diferenciarte.
- Innova en lo pequeño: A veces, un cambio simple en la forma de ofrecer un producto o servicio puede marcar una gran diferencia.
Mientras Algunos Se Quejan, Otros Avanzan
El mercado no está contra vos. Simplemente no le importa tu queja. Lo que le importa es si podés ofrecer algo que la gente quiera o necesite. Y eso depende de vos.
El verdadero desafío no es sobrevivir en un entorno difícil, sino destacar en él. Mientras algunos empresarios pierden tiempo esperando lo que nunca vendrá, otros están allá afuera, creando, innovando y creciendo.
Entonces, la próxima vez que sientas la tentación de quejarte, pregúntate: ¿Esto me está acercando a la solución o solo me mantiene atascado? Porque al final del día, la diferencia entre un empresario exitoso y uno que no lo es, está en las decisiones que toma cuando las cosas se ponen difíciles.
¡Deja de quejarte y empieza a construir!






