La presión social y las nuevas demandas ciudadanas originan el 40% de los riesgos empresariales del país

Los asuntos de mayor sensibilidad ya no provienen de datos financieros o técnicos, sino de percepciones sociales y éticas que pueden escalar rápidamente en redes. La integridad corporativa se convierte en terreno crítico: corrupción, evasión de impuestos y malas prácticas laborales concentran la mayor polaridad negativa. Un nuevo informe elaborado por LLYC, analizó más de 37 millones de publicaciones en 17 meses para identificar 128 asuntos de riesgo que afectan a más de mil empresas en el país.

El nuevo informe “Antifragilidad: Análisis de Riesgos en Perú”, elaborado por LLYC,  compañía global de Marketing y Corporate affairs, revela que el 40% de los riesgos reputacionales que enfrentan las empresas en el país se originan en expectativas sociales. Los principales focos de vulnerabilidad ya no se concentran en factores financieros o técnicos, sino en percepciones éticas y sociales que pueden escalar con rapidez en la conversación digital, comprometiendo la legitimidad de las compañías.

La investigación introduce el concepto de antifragilidad como alternativa a la resiliencia tradicional. Frente a un escenario de permarriesgo, donde las crisis son dinámicas constantes y no episodios aislados, la antifragilidad implica aprovechar la incertidumbre para crecer: transformar la presión en impulso, anticipar escenarios y convertir el riesgo en una ventaja competitiva.

En este marco, se conecta con The Next Mindset, la propuesta de pensamiento de LLYC que replantea la forma en que se toman decisiones empresariales. Este enfoque invita a pasar de reaccionar tarde a actuar con anticipación; de proteger la compañía de manera defensiva a exponerla estratégicamente para ganar relevancia; y de operar con planes estáticos a aplicar tácticas vivas que evolucionan con cada escenario.

“Los hallazgos evidencian que las organizaciones ya no pueden limitarse a medir su exposición con indicadores tradicionales. Hoy la reputación se juega en la percepción social: en cómo una empresa contribuye al país, en la coherencia de sus valores y en el trato que brinda a su talento. El riesgo no es solo económico, es de confianza”, afirmó Sandra Ortiz, Directora Senior de Corporate Affairs para LLYC en Perú.

El informe muestra que uno de cada tres riesgos críticos golpea la integridad corporativa, con altos índices de polaridad (conversaciones digitales extremas) negativa (≥ -80) y un fuerte predominio de detractores (≥ 80 %). Entre los asuntos más sensibles destacan corrupción, evasión de impuestos e incumplimientos laborales, que concentran el mayor rechazo en la opinión pública. Asimismo, la gestión del talento (contratación, remuneración y retención) se posiciona como un riesgo transversal en los tres sectores económicos evaluados.

La publicación también advierte que seis de cada 10 compañías siguen actuando de forma reactiva, esperando a que la crisis toque la puerta para actuar, lo que aumenta su vulnerabilidad en un contexto donde la reputación puede deteriorarse en cuestión de horas.

Por sectores, los resultados revelan las siguientes cifras:

  • Primario (minería, agricultura y pesca). La percepción de monopolio alcanza una polaridad de -97% y concentra un 98% de detractores.
  • Secundario (manufactura y construcción). Las multas por evasión de impuestos generan un rechazo de 99,7% en la conversación digital.
  • Terciario (servicios financieros, telecomunicaciones, entretenimiento). Más del 55% de los riesgos son graves, con especial énfasis en ciberseguridad y marketing invasivo, que han llevado al 70% de los consumidores a abandonar al menos tres marcas en los últimos meses.

El informe se elaboró a partir del procesamiento de 37 millones de publicaciones en X, entre enero de 2024 y mayo de 2025, generadas por 110 mil autores únicos. Se identificaron 128 asuntos de riesgo en 1,064 empresas relevantes, distribuidas en los sectores primario, secundario y terciario.