La participación de la mujer en el acceso al crédito: el 60% de clientes que accedieron a un crédito microempresa son mujeres

  • De marzo 2020 a diciembre 2021, el crédito microempresa creció 21.66%. Por otro lado, el crédito pequeña empresa creció 32.13%.
  • Los hombres que accedieron a un crédito en pequeña empresa representan el 54% y 46% mujeres. Por su parte, en el tipo de crédito microempresa el 60% de los clientes que accedieron a ese tipo de crédito son mujeres.

Hoy en día, son cada vez más las personas que solicitan un crédito para poder financiar algún proyecto personal, pagar préstamos o poder acceder a la compra de un bien. Es así que, según cifras del INEI, en el Perú, aunque las mujeres representan el 50.4% de la población, son ellas quienes muchas veces se encuentran con diversas barreras de género, lo que se ve reflejado en su inclusión financiera.

De acuerdo con el estudio “La participación de la mujer en el acceso al crédito” realizado por Experian Perú, compañía de servicios de información global, si se toma en cuenta el perfil del cliente microempresario, y variables como el género y la edad, un 60% de clientes en el Perú que accedieron a un crédito microempresa son mujeres, y un 31% de ellas se encuentra entre los 36 a 40 años, siendo este el grupo etario con mayor representación del total de este tipo de crédito Mype. Por otro lado, cabe resaltar que, respecto al tipo de crédito pequeña empresa, un 46% está conformado por mujeres, donde 23% de ellas se encuentra entre los 51 a 60 años, con emprendimientos que probablemente iniciaron durante la pandemia.

Estudios recientes realizados por la ONU han demostrado que mujeres entre 18 y 49 años tienen mayor disposición a la pobreza que los hombres. Si bien la inclusión económica puede conducir a la inclusión financiera, muchas veces la dinámica de género frena a las mujeres en ambas situaciones a nivel mundial y ello debe cambiar urgentemente para acortar las brechas de género. Actualmente, las mujeres conforman un segmento en desarrollo de la economía, tanto formal como informal; y ello se relaciona con el hecho de que muchas instituciones microfinancieras (IMF) se enfrentan a diversos desafíos, sobre todo aquellas lideradas por mujeres. Es por ello, que para cambiar el statu quo es necesario proporcionarles educación financiera y otras herramientas útiles en materia del sistema financiero y de negocio.

El estudio de Experian también integra un análisis del porcentaje de adultos que cuentan con una adecuada educación financiera según el género, tomando como base la encuesta nacional de Capacidades Financieras, en la cual se encontró que los hombres alcanzan mayores niveles de educación financiera, específicamente en los componentes de conocimiento y comportamiento financiero. Por su parte, las mujeres, tienen mayor aptitud financiera que los hombres, pues son las que constantemente buscan ingresos extras y enfrentan los momentos de dificultades económicas en el núcleo familiar.

“Existe un gran porcentaje de mujeres que cada vez más tienen acceso al crédito, su capacidad resiliente y aptitud para emprender son pilares fundamentales para ello. Sin embargo, para impulsar y consolidar su inclusión financiera se deben de desarrollar mayores programas de educación financiera para que la brecha se vaya reduciendo. Por ello, en Experian nuestro compromiso es contribuir con hallazgos que permitan evidenciar oportunidades de acceso al crédito y desbloquear el poder de los datos para la toma de decisiones financieras” explica Juan Carlos Venturo, Country Manager de Experian Perú.

Al hablar del tipo de crédito al consumo se observa que el 81.88% de clientes incrementó la cartera refinanciada en el tipo de consumo no revolvente y en el consumo revolvente el 1.81% decreció la cartera refinanciada. Dentro de los dos tipos de consumo, si se analiza por tipo de cliente y género se observa que las mujeres tienen mayor participación que los hombres en el tipo de consumo revolvente con el 51%. Mientras que, en el consumo no revolvente, los hombres tienen mayor participación con el 56%.

El estudio también destaca que la evidencia internacional sugiere que el cierre de brechas de género en la bancarización puede actuar como un facilitador de desarrollo, crecimiento económico, reducción de la desigualdad, evolución empresarial e inclusión social de los países. En relación con ello, y sobre el panorama de la mujer en el ámbito financiero, datos revelan que en el Perú se puede ver que la participación de la mujer en el sistema financiero se acercaba a la paridad entre 2019 y 2020, avance que definitivamente se vio afectado durante la pandemia.

“Algo muy positivo es que poco a poco vemos la incorporación de una mayor cantidad de mujeres al sistema financiero, y aquí vale la pena indicar que es más una recuperación del número que alcanzamos pre pandemia que un avance en sí mismo. Un elemento importante para ello ha sido la eliminación de algunas barreras, o costos de transacción, y es allí donde la tecnología ha tenido un rol importantísimo, sobre todo en los últimos dos años.” comenta Ana Reátegui, economista y directora de Educación Ejecutiva en Esan quien presentó el estudio “La participación de la mujer en el acceso al crédito”

Las brechas de género en el acceso y uso de herramientas financieras parecen persistir en el país por diferencias estructurales vinculadas a varios factores: segmentación en el trabajo, nivel de ingreso, educación y los roles en la sociedad. A pesar de ello, en el ámbito rural se observa que las mujeres presentan un mayor porcentaje de tenencia de cuentas de ahorros frente a los hombres, calculando un 41% vs un 27%, lo que conlleva a una reflexión necesaria sobre el predominante foco que se coloca a la capital respecto a los temas de inclusión financiera.

No obstante, se considera que el porcentaje de mujeres incluidas financieramente en la zona rural aún es bajo, según información de la SBS. Es largo aún el camino que se debe andar, pero para alcanzar la bancarización e inclusión financiera de más mujeres es necesario visibilizar la data existente y ser conscientes de los desafíos y sesgos que existen con la finalidad de impulsar programas que impulsen la educación financiera de la mujer.