La medida responde a la presión inflacionaria y a la meta de elevar el salario mínimo a 1.500 yenes hacia finales de esta década.
Japón ha marcado un nuevo hito económico al aprobar el mayor aumento histórico del salario mínimo interprofesional, con una subida de 63 yenes por hora, equivalente a 37 céntimos de euro. La medida, que fue propuesta por el consejo del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, elevaría el salario mínimo promedio nacional a 1.118 yenes por hora (unos 6,54 euros), superando por primera vez el umbral de los 1.000 yenes (5,85 euros) en todo el país.
La decisión fue tomada tras un consenso entre representantes del Gobierno, los sindicatos y la patronal, en respuesta a la persistente inflación y a la presión por mejorar los ingresos reales, que aún no logran equiparar el aumento sostenido de los precios. Actualmente, 31 de las 47 prefecturas del país se encuentran por debajo del nuevo umbral, con sueldos mínimos en el rango de los 900 yenes.
Esta es la primera vez que el consejo establece un incremento superior a los 60 yenes desde que se realizan ajustes periódicos. El proceso no está cerrado: ahora las oficinas laborales de cada prefectura deberán debatir y fijar los montos definitivos con empleadores y sindicatos locales antes de su aprobación formal.
Este ajuste salarial también representa un paso clave en la hoja de ruta trazada por el Gobierno japonés para alcanzar un salario mínimo de 1.500 yenes (8,79 euros) por hora durante la década de 2020. Para lograrlo, se requieren aumentos de al menos 445 yenes adicionales en las próximas cinco revisiones salariales, incluida esta. La política busca fortalecer el poder adquisitivo y dinamizar el consumo interno en un contexto económico desafiante.






