En una entrevista exclusiva para Revista Economía, Diana Méndez, directora ejecutiva de Insuco para América Latina y el Caribe, explica cómo la organización acompaña al sector minero-energético para transformar la gestión social en los territorios, con un enfoque innovador que promueve diálogo multiactor, desarrollo sostenible y transición energética justa.
¿Cómo describiría el modelo de trabajo de Insuco y qué lo diferencia frente a otras organizaciones que operan en contextos minero-energéticos?
Insuco es un ecosistema de organizaciones. Tenemos más de 15 años de trayectoria y presencia en más de 90 países, con 16 oficinas activas. Desde cada sede, trabajamos para apalancar oportunidades en los territorios.
La consultora Insuco se centra en la gestión social y desarrollo sostenible, con un enfoque de diálogo multiactor, acción colectiva y visión a largo plazo en los territorios donde operamos. Trabajamos con sectores públicos, privados y agencias internacionales.
Contamos con el IFSRA, nuestro centro de investigación global con sede en África, e ICSI, el Centro Insuco para la innovación social basado en Medellín, Colombia, que promueve el interaprendizaje y el intercambio de conocimientos a nivel territorial, y hacer ejercicio de incidencia pública desde lo local hasta lo global.
¿Qué tipo de conocimientos o herramientas ofrece Insuco a las empresas del sector extractivo para mejorar su desempeño?
Trabajamos en las diversas etapas de los ciclos de proyectos, desde la exploración hasta el cierre. Nuestro enfoque promueve el desarrollo territorial sostenible poniendo al territorio en el centro, fortaleciendo liderazgos locales, el diálogo y la acción colectiva.
Acompañamos a las organizaciones y el sector en el tránsito desde un modelo de gestión social transaccional hacia uno estratégico, de largo plazo y transformacional. En ese sentido, no nos limitamos a gestionar impactos o buscar la licencia social a corto plazo, sino que impulsamos una visión estratégica que permita fortalecer relaciones de confianza. Operativizamos el enfoque de desarrollo territorial e impulsamos el empoderamiento de actores locales; y promovemos la definición de una agenda común de desarrollo. Esta iniciativa ya se aplica en Latinoamérica y el Caribe en Ecuador, Colombia, República Dominicana y ahora en Perú, específicamente en el Corredor Vial del Sur.
¿Qué herramientas concretas promueve Insuco para que las empresas traduzcan la visión de desarrollo territorial en acciones efectivas?
Uno de los desafíos que tenemos es pasar del modelo a su operativización. Desde Insuco acompañamos estos procesos de forma pragmática con herramientas para la caracterización territorial (social, demográfica, económica e institucional), para evaluar la madurez y capacidades de gobernanza y diálogo, implementación de procesos de diálogo multiactor, entre otras para incluir el enfoque de desarrollo territorial en la estrategia y gestión social y de desarrollo sostenible empresarial. Otra herramienta clave que estamos por lanzar es nuestra Guía para el Diálogo Multiactor, que reúne varios años de aprendizaje desde Insuco, ICSI y sus aliados.
¿Qué implicancias sociales trae consigo la transición energética y cómo deberían prepararse las empresas mineras para asumir un rol transformador?
La transición energética va más allá del cambio en la matriz energética, involucra importantes y profundos cambios en los territorios. Exige conocer y entender estas transformaciones y proponer una agenda que permita la inclusión y cohesión social. Cuando se habla de una transición energética justa, que no deje a nadie atrás, implica desplegar un proceso sostenible, inclusivo, innovador, con articulación multisectorial, multiactor y multinivel, poniendo a los territorios en el centro.
Es una oportunidad para que el sector minero-energético reconfigure sus dinámicas, incorporando transparencia, participación y estándares ambientales, sociales y de gobernanza, asumiendo un rol activo y transformador.
¿Qué nuevas metodologías o enfoques impulsa Insuco para enfrentar retos sociales y ambientales?
Todos nuestro procesos y proyectos están alineados a estándares internacionales como los de la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial, o el ICMM, que demandan un relacionamiento desde etapas tempranas del proyecto y que promueven buenas prácticas de gestión ambiental y social. Desde Insuco desplegamos procesos sistémicos, reconociendo la interconexión entre los aspectos ambientales y sociales. Esto sumando a nuestro Observatorio de Transformaciones Territoriales, desarrollado con el ICSI.
¿Cuáles son los objetivos o proyectos de Insuco para los próximos años en América Latina?
Seguiremos impulsando la integración del enfoque de gestión social y desarrollo territorial en proyectos. Somos parte activa de la agenda global de cierres de mina, a fin de generar mayor conocimiento y práctica.
Continuaremos acompañando la agenda de transición energética justa con empresas y también con gobiernos locales y nacionales, y agencias internacionales, para que la agenda global beneficie a territorios, sectores y países.
Entrevista completa en el siguiente enlace: