La Inteligencia Artificial está migrando del reclutamiento a la gestión interna de personas, actuando no como un reemplazo, sino como el motor que permite a RR.HH. enfocarse en el bienestar y la estrategia.
La Inteligencia Artificial está dejando de ser una herramienta asociada solo al reclutamiento para convertirse en un componente central de la gestión interna del talento. Su avance en el área de Recursos Humanos apunta menos a reemplazar funciones y más a automatizar tareas operativas, permitiendo que los equipos se concentren en decisiones estratégicas y en el bienestar del colaborador.
En un contexto donde persiste el temor a la sustitución laboral, la evidencia muestra un uso creciente y normalizado de la IA en el trabajo cotidiano: en Perú, el 57% de los trabajadores ya la incorpora en sus actividades diarias, de acuerdo con un estudio de Bumeran. Este escenario está impulsando a diversas compañías, especialmente del sector tecnológico, a experimentar con modelos que integran capacidades de IA generativa en la planificación del desarrollo profesional y en la gestión del talento.
“La promesa de la IA en Recursos Humanos es que nos devuelve el tiempo que perdíamos en lo operativo. Al automatizar tareas como la revisión de currículums o la programación de entrevistas, podemos enfocarnos en evaluar potencial y ajuste cultural”, señala Sofía Tello, People Manager de Softtek Perú.
IA generativa para el crecimiento individual
Compañías del sector tecnológico están integrando capacidades de IA para planificar el desarrollo de sus colaboradores con un nivel de precisión que antes no era posible. Softtek, por ejemplo, ha implementado “Thrive – Talent Intelligence Hub”, un ecosistema digital que utiliza IA e IA generativa para dar seguimiento al avance y cumplimiento de los objetivos de desarrollo individual.
El foco principal está en emplear herramientas predictivas y prescriptivas para detectar habilidades, anticipar necesidades de formación y diseñar trayectorias de carrera más alineadas al potencial de cada persona. Esto se logra analizando las capacidades actuales del colaborador y sus áreas de mejora, lo que permite crear rutas de aprendizaje adaptadas a cada perfil.
“La tecnología nos permite generar planes de desarrollo tan específicos que son prácticamente únicos, algo inalcanzable con procesos manuales”, explica Tello. “Esta personalización del aprendizaje y del camino de carrera no solo mejora el engagement del equipo, sino que ayuda a asegurar que el talento esté preparado para los desafíos que vienen”, añade.
El reto ético: garantizar la transparencia y la equidad
A pesar de sus beneficios, la adopción de IA en la gestión humana exige un marco ético sólido para mitigar riesgos como el sesgo algorítmico y la vulneración de la privacidad. Los modelos automatizados pueden reproducir o amplificar prejuicios presentes en los datos con los que fueron entrenados, afectando decisiones vinculadas a promoción o contratación.
En el caso de Softtek, la gobernanza responsable de estas tecnologías se ha convertido en una prioridad. La compañía creó en 2024 un Consejo de Inteligencia Artificial Generativa encargado de establecer políticas y lineamientos para su uso, integrando a las áreas de Tecnología, Legal y Seguridad de la Información.
“Es clave que las organizaciones expliquen con claridad cómo y por qué utilizan sistemas de IA, y que garanticen el consentimiento informado del colaborador”, señala Tello. Subraya que la combinación entre capacidades tecnológicas y una lectura profunda del factor humano será determinante para que los equipos de talento maximicen los beneficios sin comprometer derechos ni bienestar.






