Por : Diego Soriano (*)
Somos 11 millones viviendo sobre un desierto hostil, contenidos por la sierra y el mar, creciendo hacia el norte y el sur de manera desordenada e incontenible.
Más de 350 huacas conforman una red de irrigación meticulosamente planificada y construida por nuestros antepasados (hace 4 mil años) tomando en cuenta pisos ecológicos y hasta sismos para una eficiente y sostenible utilización de los recursos. Esta red aun sostiene mi ciudad.
Estas huacas lograron un paisaje verde sin tener lluvias, esto dio pie a las haciendas españolas que luego se transforman en distritos, formando la Lima tradicional de manera planificada ante el continuo crecimiento.
En 1950, a partir de la desatención de provincias, inicia la inmigración. Nacen distritos en la periferia formados más que nada por la oferta y la demanda de gente altamente emprendedora y de mucho empuje; hoy se nos suman desde otros países. Y la historia sigue…
Lima tiene un PBI superior al de Bolivia y Paraguay juntos, un per cápita superior al promedio de la región y encabeza al país con menor riesgo económico de la zona.
No siempre tan horrible e improvisada y con una historia tan larga como compleja, así es mi Lima…
