Exportaciones regionales duplican su impacto en la economía nacional: inversión privada y desregulación, claves del crecimiento

El crecimiento económico del Perú ha sido ampliamente reconocido a nivel internacional, destacando como una de las economías emergentes con mayor proyección en América Latina. Uno de los motores de este desarrollo ha sido la evolución sostenida de las exportaciones.

En 2010, las exportaciones peruanas alcanzaban los USD 35,000 millones; en 2024, superan los USD 71,000 millones. Pero lo más relevante es su origen: el mayor dinamismo proviene de las regiones, no de Lima, que mantiene una participación estable (USD 11,000 millones).

Cusco pasó de exportar USD 400 millones a más de USD 4,000 millones; Madre de Dios muestra un patrón similar. De hecho, unas 12 regiones crecieron por encima del 10% anual entre 2010 y 2024, según detalló el ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez Reyes, en el suplemento Económika de El Peruano.

Para el titular del MEF, este desempeño es resultado directo de un modelo basado en la inversión privada, no solo minera, sino también en agroexportación e infraestructura, apalancado por mejoras clave en los puertos del país, por donde sale más del 90% de los productos agroexportables.

En el primer trimestre de 2024, las exportaciones peruanas totalizaron USD 21,000 millones.

Sin embargo, el ministro advirtió sobre los riesgos del exceso regulatorio. En respuesta, el MEF lidera un shock desregulatorio, con 186 medidas ya implementadas para eliminar trabas burocráticas, y un total identificado de más de 500. El objetivo: acelerar la inversión y ampliar mercados sin comprometer los compromisos internacionales ni la sostenibilidad.

También se apuesta por una política industrial moderna, enfocada en sectores con potencial no explotado: metalmecánica, textiles, transporte, entre otros, con visión exportadora y de integración global.

Finalmente, el MEF respalda la creación de Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP), aunque advierte sobre ajustes necesarios para evitar conflictos con tratados de libre comercio. Chancay y el Callao serán los primeros escenarios de este plan piloto que busca atraer nuevas inversiones, generar empleo y dinamizar la economía desde los territorios.