En el frente político y geopolítico, se observa un clima de incertidumbre, con Trump participando en homenajes del Memorial Day y emitiendo declaraciones sobre Rusia y China.
En una semana marcada por la volatilidad en los mercados y la persistencia de tensiones geopolíticas y económicas, el escenario global ha dejado ver claros indicios de resiliencia y optimismo, particularmente en Estados Unidos, mientras Europa y Asia continúan lidiando con ajustes monetarios, conflictos diplomáticos y retos estructurales. El contexto actual refleja una interacción dinámica entre las políticas macroeconómicas, las estrategias corporativas y los movimientos de capital, con implicaciones clave para las proyecciones futuras.
En Estados Unidos, las declaraciones del presidente de Yardeni Research, Ed Yardeni, mantienen un tono marcadamente optimista al considerar que los mercados atraviesan un ciclo alcista que se prolongará por el resto de la década. Esta visión es respaldada por JPMorgan, que, pese a la caída del 2,6% en el S&P 500 la semana pasada —lo que redujo la ganancia mensual al 4,2% y situó la rentabilidad acumulada del año en -1,3%—, destaca la corrección como un evento positivo. JPMorgan atribuye esta perspectiva a datos macroeconómicos estables, resultados corporativos sólidos y la disminución de tensiones comerciales, señalando los próximos resultados de Nvidia como un catalizador crucial. Los futuros de Wall Street ya muestran subidas tras el feriado del Memorial Day, impulsados por la fortaleza de las tendencias a corto y mediano plazo observadas por Bank of America en los índices S&P 500 y Nasdaq-100, lo que podría detonar nuevas compras por parte de CTA. En paralelo, Salesforce avanza hacia un acuerdo de 8.000 millones de dólares para adquirir Informatica, mientras la administración Trump mantiene un enfoque proactivo hacia la política comercial internacional, destacando que “países de todo el mundo quieren hacer acuerdos con nosotros” y anticipando un “crecimiento tremendo” para EE.UU.
En el ámbito macroeconómico, la Reserva Federal sigue centrando la atención, con Neel Kashkari subrayando que es necesario mantener las tasas «en suspenso» mientras se clarifican los efectos de los nuevos aranceles, advirtiendo sobre los retrasos en la transmisión de datos y enfatizando que la regla de Taylor no es aplicable a la coyuntura actual. Kashkari sugirió que la política monetaria sigue siendo moderadamente restrictiva y podría mantenerse así por meses o incluso años, reforzando la necesidad de proteger las perspectivas de inflación a largo plazo. Goldman Sachs proyecta que los precios PCE subyacente aumentaron un 0,10% en abril y un 2,49% interanual, y se esperan datos clave como la confianza del consumidor, el deflactor PCE, la segunda estimación del PIB del primer trimestre (que se prevé revisado al alza a territorio positivo), junto con indicadores de vivienda, bienes duraderos, balanza comercial y solicitudes de subsidio por desempleo. Estas expectativas se alinean con los comentarios del gobernador de la Fed, que destacan la complejidad del entorno actual y la importancia de mantener una política cauta.
En el frente político y geopolítico, se observa un clima de incertidumbre, con Trump participando en homenajes del Memorial Day y emitiendo declaraciones sobre Rusia y China, mientras la relación con Putin se deteriora y se insinúan sanciones. Paralelamente, el secretario de Seguridad Nacional, Noem, destacó negociaciones con Irán durante una reunión con Netanyahu, remarcando la necesidad de alianzas estratégicas. En el ámbito comercial, la UE y EE.UU. han acelerado conversaciones tras la extensión del plazo de aranceles al 9 de julio, impulsadas por la llamada entre Von der Leyen y Trump. La presidenta de la CE afirmó que Europa está lista para avanzar rápidamente hacia un acuerdo completo, mientras Japón intensifica sus propios esfuerzos, subrayando su experiencia en buques y su inversión en GNL como cartas fuertes para la negociación.
El escenario corporativo también muestra dinamismo con resultados de Nvidia y empresas del sector minorista, aunque persisten señales de tensión en la cadena de suministro global. Los cuellos de botella en el transporte marítimo europeo están generando alertas para EE.UU. y Asia, mientras los envíos desde China a EE.UU. continúan en descenso a pesar de los recientes acuerdos comerciales. Las ganancias industriales chinas crecieron un 1,4% interanual entre enero y abril, destacando un repunte del 3,0% en abril frente al 2,6% de marzo, lo que refleja una recuperación parcial pese a la persistente fragilidad del comercio exterior.
En Europa, el BCE se muestra dividido. Mientras Holzmann solicita una pausa en los recortes de tipos hasta septiembre y Patsalides rechaza un recorte agresivo, Lagarde subraya que la política de EE.UU. representa una oportunidad para fortalecer el papel global del euro. Nagel advierte que la incertidumbre será la nueva normalidad, con datos mixtos en la confianza del consumidor y del sector servicios, aunque la confianza económica superó las expectativas al situarse en 94,8. Francia reportó un IPC interanual de mayo del 0,7%, por debajo del 0,9% estimado, y un IPC mensual negativo de -0,1%. En Alemania, un consorcio se prepara para construir una gigafábrica de IA, mientras el país supera a Japón como el mayor acreedor mundial, con activos externos netos de 3,78 billones de dólares, superando los 3,73 billones de Japón y dejando a China en tercer lugar con 3,3 billones.
En Asia, Japón destaca por la apreciación del yen, que subió 0,31% frente al dólar a 142,40 tras declaraciones del gobernador Ueda sobre la posibilidad de elevar las tasas si la economía mejora. Sin embargo, persisten preocupaciones por el impacto del aumento de rendimientos en las finanzas públicas y la concentración del Banco de Japón en bonos gubernamentales. China, por su parte, explora un nuevo plan «Hecho en China» en respuesta a presiones estadounidenses, mientras el comercio con EE.UU. sigue mostrando debilidad. El contexto geopolítico incluye tensiones derivadas de la propuesta de alto el fuego en Gaza presentada por el enviado estadounidense Witkoff, aceptada por Hamás e incluyendo la liberación de rehenes y un cese temporal del conflicto.
En conclusión, el escenario global se caracteriza por un delicado equilibrio entre optimismo selectivo y tensiones persistentes. Estados Unidos mantiene un sesgo alcista gracias a sólidos resultados corporativos y expectativas macroeconómicas moderadas, aunque los riesgos asociados a la política arancelaria y la inflación continúan presentes. Europa enfrenta divisiones internas respecto a la política monetaria y una recuperación aún frágil, mientras Asia lidia con retos estructurales y geopolíticos, especialmente en China y Japón. Las proyecciones sugieren que, si bien la volatilidad seguirá dominando los mercados en el corto plazo, las oportunidades de crecimiento persisten, particularmente en el sector tecnológico y en aquellas economías que logren adaptarse proactivamente a los cambios en la política comercial global y a la dinámica de los flujos de capital. Se recomienda cautela, priorizando activos de calidad y monitoreando de cerca la evolución de las tensiones geopolíticas y las decisiones de política monetaria de los principales bancos centrales.