La presa de las Tres Gargantas no solo genera energía, sino que permite transportar embarcaciones sobre la montaña mediante un sistema mecánico único.
A primera vista, parece una presa más entre los colosos hidráulicos de China, pero la presa de las Tres Gargantas guarda un secreto digno de ciencia ficción: un ascensor de barcos capaz de elevar embarcaciones a más de 100 metros de altura, desafiando la gravedad y acelerando el tránsito por el río Yangtsé.
Este mecanismo funciona como un gigantesco ascensor vertical. Los barcos ingresan a una cámara de acero llena de agua, que luego asciende impulsada por contrapesos y motores hidráulicos. Lo que antes podía tomar horas o incluso días, ahora se realiza en cuestión de minutos, de manera casi silenciosa y con total seguridad.
Además del elevador, un sistema de esclusas y túneles dentro de la montaña permite la circulación de embarcaciones de distintos tamaños, con sensores, compuertas y turbinas que sincronizan cada maniobra de forma milimétrica.
Entre sus principales características, el ascensor permite levantar barcos de hasta 3.000 toneladas, con una altura máxima de elevación de 113 metros. La cámara y sus instalaciones pesan aproximadamente 15.500 toneladas, y un recorrido que antes tomaba 3,5 horas ahora se completa en unos 50 minutos gracias al sistema de contrapeso y al engranaje con cremallera.
Más allá de la ingeniería, esta construcción simboliza la capacidad de China de transformar desafíos gigantes en soluciones innovadoras, demostrando cómo la técnica y la planificación pueden superar obstáculos naturales y optimizar el transporte fluvial en gran escala.






