La falta de nueva volatilidad parece reflejar la percepción del mercado.
La cotización del oro cerró este lunes (16) en baja, tras una serie de sesiones consecutivas al alza. El retroceso se debió principalmente a la toma de ganancias por parte de los inversores, luego de un repunte impulsado por el aumento de tensiones entre Israel e Irán.
Sin embargo, las señales de autoridades que indican que Teherán no buscaría una escalada del conflicto estimularon el apetito por riesgo en los mercados, presionando así los precios del metal precioso.
Durante esta semana, los focos estarán puestos en la política monetaria de Estados Unidos, con la decisión de tasas de interés del Federal Reserve (Fed), así como en el desarrollo de las disputas arancelarias promovidas por el presidente Donald Trump.
Pese al sólido desempeño del oro en los últimos meses, se observa desde abril una resistencia persistente en superar la zona de los US$ 3.450 — que volvió a ser el máximo del día de hoy — lo que justifica un enfoque más prudente en el corto plazo.
Los contratos de futuros de petróleo cerraron este lunes (16) a la baja, mientras los inversores reajustaban sus posiciones ante las perspectivas sobre la evolución del conflicto entre Israel e Irán.
La reciente escalada de tensiones había impulsado los precios del crudo, con analistas proyectando la posibilidad de que se superara la marca de los US$ 100 por barril — e incluso más en algunos escenarios.
Sin embargo, las señales de que Teherán no buscaría intensificar los ataques favorecieron la corrección parcial de las primas de riesgo incorporadas al precio.
La falta de nueva volatilidad parece reflejar la percepción del mercado de que esta escalada, al igual que otras anteriores en la región, no tendrá un impacto significativo sobre la producción energética ni sobre la infraestructura de transporte.
