China lidera la construcción de un corredor bioceánico que unirá Brasil, Bolivia y Perú, conectando el Atlántico con el Pacífico en una obra de más de 10.000 millones de dólares.
Una apuesta sin precedentes en Sudamérica
América del Sur está en el centro de uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos del siglo XXI: el Corredor Ferroviario Bioceánico Central (CFBC). Con respaldo financiero y tecnológico de China, esta red ferroviaria busca acortar distancias, reducir costos logísticos y posicionar al continente como un nuevo competidor en el comercio internacional.
Tres países, dos océanos
El CFBC tendrá una extensión cercana a los 3.750 kilómetros, conectando el puerto de Santos, en Brasil (Atlántico), con el puerto de Ilo, en Perú (Pacífico), atravesando además Bolivia. Esta integración permitirá un flujo comercial más ágil con Asia y Europa, ofreciendo una alternativa estratégica frente al Canal de Panamá.
Cifras e impacto económico
La inversión estimada supera los 10.000 millones de dólares, con una fuerte participación de capital chino. El tren no solo reducirá los tiempos y costos de transporte, sino que también fomentará el comercio regional y abrirá oportunidades de desarrollo en zonas poco exploradas.
Un desafío de ingeniería mundial
Uno de los puntos más complejos será el cruce de la cordillera de los Andes a más de 4.000 metros de altura, considerado uno de los mayores retos de la ingeniería ferroviaria contemporánea.
Más allá de la carga: turismo y desarrollo
Aunque su principal objetivo será el transporte de mercancías, el proyecto también contempla un potencial turístico al conectar regiones que hasta ahora permanecen aisladas. Esto podría diversificar las economías locales y dinamizar la oferta regional.






