Doce años de transformación: Financiera Confianza impulsa a miles de emprendedores peruanos a salir de la pobreza

Ana Cecilia Akamine, gerente general afirmó que buscan brindar las herramientas y el impulso que necesitan los emprendedores para que sean protagonistas de su propio progreso.

Hace doce años, Financiera Confianza emprendió un camino para transformar la vida de los emprendedores más vulnerables del país. Hoy, con más de 734,400 clientes atendidos y un fuerte enfoque en zonas rurales y mujeres emprendedoras, la entidad celebra su impacto: hasta el 2024, más de 405 mil personas fueron incluidas por primera vez en el sistema financiero, y, al cierre del año pasado, alrededor del 35% de sus clientes logró salir de la pobreza en su cuarto año de acompañamiento. El propósito de Financiera Confianza, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, ha sido claro: ofrecer no solo productos financieros, sino también capacitación y acompañamiento, bajo el modelo de las finanzas productivas. Esto ha permitido que emprendedores de diversas regiones encuentren una oportunidad real de crecimiento.

Historias como la de Élida Flores, de Ucayali, reflejan este cambio. Élida creció sin acceso a servicios básicos, pero con esfuerzo y el respaldo de Financiera Confianza, hoy lidera un negocio de cacao y plátano que sustenta a su familia. «En un futuro, me gustaría comprarme una casa en la ciudad de Huánuco para que mis hijos accedan a una educación de calidad y progresen, así como lo hice yo», señala.

En la selva de Tocache, San Martín, Nestora Espinoza — quien fue víctima del conflicto interno en los años ochenta — logró que sus tres hijos estudiaran una carrera profesional gracias a sus cultivos de cacao y otros vegetales. Posteriormente, con el apoyo de su asesor financiero, impulsó sus cultivos y abrió un pequeño hospedaje con el que actualmente apoya a su familia. «A pesar de no saber leer y escribir, pude brindarle educación a mis hijos, para que sean mejores que yo. Uno de mis nietos ha ganado la Beca 18 y podrá estudiar una carrera universitaria también. Eso es algo con lo que yo jamás soñé para mí, pero sí para ellos», afirma orgullosa.

Julia Macedo, desplazada por el terrorismo que afecto gravemente la region de Huánuco en decadas pasadas, es otro ejemplo de resiliencia. Hoy, a sus 67 años, lidera seis hectáreas de cacao orgánico y produce chocolate artesanal, negocios que ha podido hacer crecer gracias al acompañamiento de Financiera Confianza. “Demostré que sí se puede salir adelante, incluso empezando desde cero”, comenta.

La innovación también es protagonista. Edizon Pizarro, artesano de Ayacucho, fusiona técnicas tradicionales con toques modernos para llevar el arte ayacuchano a todo el país. «Cada pieza que creo es un reflejo de la pasión y el amor que tengo por la artesanía ayacuchana, arte ancestral», destaca. Gracias al apoyo financiero y al acompañamiento de Financiera Confianza, impulsó su taller y amplió su producción, consolidando su negocio como un referente en su comunidad.

“Nuestro propósito es estar al lado de quienes más lo necesitan, acompañándolos en su esfuerzo por salir adelante. Creemos en su talento, en su fuerza, y en su capacidad de transformar sus vidas. Lo que hacemos en Financiera Confianza es brindarles las herramientas y el impulso que necesitan para que sean protagonistas de su propio progreso”, sostuvo Ana Cecilia Akamine, gerente general de Financiera Confianza.

En sus doce años, Financiera Confianza reafirma que combatir la pobreza no solo se logra con acceso a crédito, sino apostando por el crecimiento integral de cada emprendedor. El desafío continúa: más innovación, más inclusión y más historias de éxito que inspiren al país.