Diplomacia, tasas y oro en récord son los ejes que sacuden a los mercados rumbo a 2026

En el actual ecosistema financiero global, nos encontramos en una fase de reconfiguración estructural donde la diplomacia de alto impacto y la normalización de las políticas monetarias actúan como los principales vectores de volatilidad. El cierre del presente ciclo anual se ve definido por una aceleración sin precedentes en las negociaciones de paz en el frente eurasiático, lideradas por una administración estadounidense entrante que busca alterar el statu quo geopolítico de forma disruptiva.

Mientras tanto, la resiliencia de los mercados de capitales occidentales contrasta con las señales de fatiga en el sector industrial asiático y una recalibración agresiva de las expectativas de tasas de interés en Japón.

Estados Unidos y el frente diplomático en Ucrania

El dinamismo político en Estados Unidos se centra en la figura del presidente Donald Trump, quien ha intensificado las gestiones para una resolución inmediata del conflicto en Ucrania tras una llamada de 75 minutos con el presidente Vladimir Putin, descrita por el asesor del Kremlin, Ushakov, como productiva y de tono amistoso.

Trump ha manifestado encontrarse en las «etapas finales» de una negociación que podría conocer su desenlace en pocas semanas, asegurando que Putin se muestra «muy serio» respecto a la paz y que Rusia participará en la reconstrucción de Ucrania. No obstante, persisten fricciones: mientras Zelenskiy —quien se reunirá con Trump este domingo en Mar-a-Lago tras una escala en Canadá para asegurar $2,500 millones en asistencia económica del primer ministro Carney— afirma que las garantías de seguridad están acordadas al 100%, Trump sitúa el consenso en un 95%, con el Donbás como el punto más espinoso.

El Kremlin sostiene que la propuesta de alto el fuego de la Unión Europea solo prolongaría el conflicto y exige una decisión inmediata sobre los territorios en disputa. En el ámbito institucional, el Departamento de Estado ha instado a Pekín a cesar la presión sobre Taiwán, mientras que en California se confirmó la retirada de la demanda contra la administración Trump por la revocación de $4,000 millones destinados al tren de alta velocidad.

Mercados financieros, liquidez y materias primas

En los mercados financieros, los indicadores de liquidez y sentimiento muestran una divergencia notable. La Reserva Federal mantuvo la tasa de fondos federales en 3.64% y el SOFR en 3.66%, mientras que la operación de Reverse Repo absorbió $20,339 millones de 16 contrapartes.

El cierre de los parqués neoyorquinos reflejó desequilibrios de venta (MOC) considerables, con el S&P 500 registrando -$582 millones y el grupo de las Mag 7 otros -$490 millones, situando el índice de «Miedo y Codicia» en 56 (Codicia), una cifra que contrasta con el Miedo Extremo (20/100) detectado en el sector de las criptomonedas.

En el mercado de materias primas, los precios de la energía sufrieron retrocesos significativos: el crudo Brent cerró en $60.64/bbl (caída del 2.57%) y el WTI en $56.74/bbl (-2.76%), mientras que el gas natural se situó en $4.3660/MMBTU. Por el contrario, los metales preciosos viven un rally histórico, con la plata superando los $75 por onza y el oro escalando por encima de los $4,500, reflejando una búsqueda activa de refugio ante la debilidad del dólar.

En el ámbito de divisas, destacan las expiraciones de opciones para el lunes en el par EUR/USD en los niveles de 1.1745 y 1.1480.

Europa: escalada militar y coordinación política

La situación en Europa se torna crítica debido al recrudecimiento de las hostilidades rusas sobre la infraestructura civil de Ucrania. Zelenskiy informó que Rusia lanzó un ataque masivo con casi 500 drones y 40 misiles, dejando a 320,000 hogares en la región de Kiev sin electricidad y a un tercio de la capital sin calefacción.

El ministro de Exteriores ruso, Lavrov, advirtió que cualquier contingente europeo en Ucrania será considerado un «objetivo legítimo», al tiempo que el Kremlin reportó la captura de localidades estratégicas como Myrhohrad, Huliaipole y Kosivtseve.

A pesar de los daños en puertos de Odesa que afectaron a buques con banderas de Eslovaquia y Palaos, el bloque europeo mantiene su cohesión. Ursula von der Leyen y Emmanuel Macron coordinan una cumbre en París para enero para concretar contribuciones de seguridad «férreas», mientras que el primer ministro británico Keir Starmer reafirmó su apoyo incondicional tras consultas con los líderes involucrados.

La inteligencia estadounidense, por su parte, alerta sobre el estacionamiento de misiles hipersónicos con capacidad nuclear en Bielorrusia, elevando la tensión en el flanco este.

Asia: Japón, China y tensiones regionales

En Asia, el foco se desplaza hacia el giro restrictivo del Banco de Japón (BOJ), cuyo resumen de opiniones revela una determinación inquebrantable para normalizar la política monetaria. Los miembros del BOJ abogan por elevar las tasas de interés —actualmente en 0.75%— «una vez cada pocos meses» para evitar quedar «detrás de la curva» inflacionaria, señalando que la tasa real sigue siendo «profundamente negativa» y la más baja globalmente.

Este movimiento busca mitigar la debilidad del Yen y corregir distorsiones en la distribución de recursos. Mientras tanto, Japón planea asignar $46,000 millones en préstamos y garantías para apoyar inversiones en Estados Unidos.

En China, la debilidad económica es evidente con una caída del 13.1% en los beneficios industriales de noviembre, lo que ha llevado al gobierno a asignar 4,400 millones de yuanes para asistencia social y a fijar su reunión parlamentaria anual para el 5 de marzo.

En el ámbito militar, Pekín ha sancionado a empresas de defensa estadounidenses y programado maniobras navales y aéreas alrededor de Taiwán para el 30 de diciembre, coincidiendo con un terremoto de magnitud 7.0 que sacudió la isla sin dejar daños mayores. Corea del Norte, bajo la supervisión de Kim Jong Un, también intensifica la presión con simulacros de misiles de crucero estratégicos.

Impacto del BOJ en mercados globales

El impacto de este giro del Banco de Japón tiene implicaciones sísmicas para el sector tecnológico y los bonos del Tesoro de EE. UU. Durante décadas, el «Carry Trade» del Yen (endeudarse en yenes a tasas del 0% para invertir en activos de alto rendimiento) ha sido la gasolina que ha alimentado las valoraciones estratosféricas de las empresas de crecimiento, especialmente las Mag 7 y el Nasdaq 100.

Con el BOJ proyectando subidas trimestrales, este flujo de capital barato se está revirtiendo. La repatriación de capitales hacia Japón presiona al alza los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense (Treasuries), ya que los inversores japoneses —los mayores tenedores extranjeros de deuda de EE. UU.— exigen mayores retornos para compensar el costo de cobertura del Yen.

Este aumento en el «costo del capital» comprime automáticamente los múltiplos de valoración de las tecnológicas, que son altamente sensibles a las tasas de descuento; una tasa de interés real en ascenso en Japón actúa como una fuerza de gravedad que tira hacia abajo los precios de las acciones de crecimiento global.

Reasignación de capital y riesgos financieros

Además, la asignación de $46,000 millones por parte de Japón para inversiones en EE. UU. sugiere una transición del capital especulativo al capital productivo y estratégico, posiblemente alineándose con las políticas de infraestructura de la nueva administración Trump.

Sin embargo, la volatilidad en el mercado de bonos es inevitable: a medida que el Yen se fortalece por las subidas de tasas, la liquidación de posiciones de deuda estadounidense para cubrir márgenes en Japón podría generar picos de volatilidad en la curva de tipos de EE. UU., afectando desde las tasas hipotecarias hasta el costo del endeudamiento corporativo.

Estamos ante el desmantelamiento de uno de los pilares de la liquidez global del siglo XXI, lo que obliga a los gestores de fondos a rotar hacia sectores con flujos de caja sólidos y menor dependencia del apalancamiento externo.

Perspectiva y escenario rumbo a 2026

Desde mi perspectiva técnica y fundamental, el mercado se encuentra en un punto de «tensión máxima controlada». El escenario más probable para el inicio de 2026 es el de un «Paz por Territorios» en Ucrania, liderado por Trump.

Si se concreta el acuerdo tras la reunión en Mar-a-Lago, espero un desplome inmediato en la volatilidad implícita y un retorno masivo de capital hacia los mercados europeos. No obstante, el riesgo de «estancamiento en el Donbás» sigue siendo real; si Putin percibe debilidad en la coalición occidental, podríamos ver al petróleo Brent recuperar rápidamente los $75/bbl ante la posibilidad de que el conflicto se enquiste.

En cuanto a la arquitectura financiera, la normalización del BOJ es el evento más infravalorado. Proyectamos que el Yen continuará apreciándose, lo que mantendrá un techo sobre el crecimiento de las tecnológicas en el corto plazo.

Mi escenario base sugiere que el oro se mantendrá por encima de los $4,000 como seguro ante un posible choque de liquidez si el desarme del Carry Trade se vuelve desordenado.

Los inversores deben prepararse para un entorno de «retornos reales modestos» en renta variable y una oportunidad histórica en la renta fija japonesa y mercados emergentes que logren estabilizar sus monedas frente al nuevo rol del Yen.