En la región, BASF reafirma su compromiso con una agricultura productiva y respetuosa con el entorno, promoviendo soluciones sostenibles que acompañan a los productores en el cuidado de sus cultivos y del planeta.
En un contexto donde el cambio climático y la seguridad alimentaria se vuelven desafíos urgentes, la agricultura sostenible se posiciona como una respuesta clave para la preservación ambiental sin sacrificar la productividad. En el Día Mundial del Medio Ambiente, el llamado global es claro: necesitamos producir más con menos, cuidando los suelos, el agua y la biodiversidad.
Consciente de esta necesidad, BASF impulsa en el país soluciones que permiten a los productores agrícolas adoptar prácticas más responsables. Dos de estas soluciones, Kumulus® DF y Kelpak®, reflejan cómo el futuro del agro puede ir de la mano con tecnologías que cuidan tanto la productividad como el entorno.
Kumulus® DF es un fungicida-acaricida que actúa en diversos cultivos frutales y hortícolas. Su compatibilidad con programas de manejo integrado de plagas y su certificación para uso en agricultura orgánica lo convierten en un aliado clave en el control de enfermedades como la Oidiosis, un hongo que forma un polvo blanco sobre hojas y frutos, y la Roya, que provoca manchas y debilitamiento en las plantas. También ayuda a combatir ácaros que afectan el rendimiento de los cultivos. Gracias a su formulación micronizada, permite aplicaciones más uniformes y efectivas, minimizando el impacto ambiental.
Por su parte, Kelpak®, un bioestimulante natural derivado del alga Ecklonia Máxima, promueve una mejor absorción de nutrientes y agua, ayudando a las plantas a expresar su máximo potencial, incluso frente a condiciones de estrés. Esto se logra sin restricciones de intervalo de cosecha.
Estas soluciones son parte del enfoque integral de BASF hacia una agricultura sostenible, que combina la innovación con programas de capacitación técnica, asesoría especializada en campo y apoyo a la certificación de procesos, lo que facilita el acceso a mercados más exigentes.
“Hoy más que nunca, el productor necesita herramientas que no solo sean efectivas, sino que también respeten el equilibrio del ecosistema. En BASF, estamos convencidos de que una agricultura sostenible es posible cuando se integra conocimiento, tecnología y compromiso con el medio ambiente”, destacó Flavia Zuleta, Gerente de Negocios Soluciones para la Agricultura de BASF Peruana.
Este enfoque cobra aún más relevancia frente a los desafíos del cambio climático. En América del Sur, BASF utiliza desde 2022 electricidad 100% proveniente de fuentes renovables, y en 2023 logró evitar la emisión de más de 14.000 toneladas de CO₂ en sus operaciones regionales, gracias a la adquisición de Certificados Internacionales de Energías Renovables (I-RECs).
Asimismo, el 46,3% de las ventas de BASF correspondieron a productos con una contribución positiva a la sostenibilidad, consolidando el propósito de la compañía de crear química para un futuro sostenible.
En este Día Mundial del Medio Ambiente, es vital recordar que la agricultura es mucho más que una actividad económica: es un acto de cuidado y respeto por la tierra que nos sustenta. Proteger el planeta comienza en el campo, con decisiones conscientes que buscan equilibrar la productividad con la conservación. Porque cuidar la agricultura es, en esencia, cuidar la vida misma.