Por Tamara Carrizo, Business Development Director Trust Journey
El entorno laboral actual es más ágil que nunca. Impulsadas por metodologías ágiles y tecnologías modernas, las organizaciones son más planas, veloces y colaborativas. Hoy, liderar no depende del cargo, sino de influir, adaptarse y guiar en medio de la complejidad. En corto: cualquiera puede liderar, pero el desarrollo del liderazgo también está cambiando. No se trata solo de enseñar, sino de generar cambios reales en el comportamiento.
En ese marco, la IA surge como una aliada para potenciar el desarrollo del liderazgo. A diferencia de lo que muchos creen, la IA no viene a reemplazar a las personas, sino a transformar cómo se diseña e implementa el liderazgo. Esto, porque permite un aprendizaje personalizado, simulaciones que preparan para la realidad, redes inteligentes para aprender en comunidad y sigue el avance del momento para revisar los progresos en tiempo real.
Por lo mismo, la IA es fundamental para preparar a nuevos gerentes desde el inicio. Según Gartner, el 60 % de los nuevos gerentes fracasa en sus primeros dos años, en gran parte por falta de formación. La IA ayuda a preparar y escalar el desarrollo de líderes emergentes antes de que asuman sus equipos.
De esa manera, la IA potencia los programas de liderazgo, brindando más espacio para aplicar lo aprendido, abordando temas de manera asincrónica y otros con sesiones presenciales. Gracias a foros y herramientas colaborativas con IA, los participantes siguen compartiendo retos reales y creando soluciones en conjunto entre sesiones. Adicionalmente, las simulaciones con IA permiten más oportunidades de practicar y reforzar habilidades, dentro y fuera del programa.
Eso sí, es necesario tener presente que la estrategia necesita criterio humano. La IA detecta brechas y personaliza contenido, pero solo las personas pueden conectar el desarrollo con la estrategia, cultura y metas del negocio. Coaches, mentores y colegas ofrecen empatía y confianza, claves para crecer. Nadie se transforma en soledad; el liderazgo florece en la comunidad. Asimismo, las conversaciones difíciles y la retroalimentación real solo ocurren con contexto humano. Por eso, los mejores programas cuentan con líderes sénior guiando, apoyando y formando desde la experiencia. Esa conexión no se reemplaza.
El futuro del liderazgo no exige elegir entre IA o vínculo humano, sino combinar ambos.