Datos débiles, tensiones comerciales y la Fed dividen a los mercados

Los inversionistas deben prepararse para una posible corrección técnica en los mercados si se cumplen los pronósticos de desaceleración de nóminas.

La jornada financiera global del 4 de junio estuvo marcada por un conjunto amplio de factores interrelacionados que han reconfigurado las expectativas de crecimiento económico, comportamiento corporativo y dinámica geopolítica en las principales regiones del mundo. Estados Unidos sigue siendo epicentro de atención ante señales mixtas de su economía, crecientes tensiones comerciales con China y un entorno de política monetaria aún indeciso. Mientras tanto, Europa y Asia atraviesan procesos diplomáticos, decisiones fiscales y electorales que también imprimen volatilidad y orientación a los mercados.

En Estados Unidos, los datos económicos publicados reforzaron una visión compleja y matizada del panorama macroeconómico. Los pedidos de bienes duraderos excluyendo defensa en abril se contrajeron un -7,5%, en línea con lo previsto, pero preocupantemente alineados con la cifra previa, reflejando un deterioro persistente. Los bienes duraderos sin transporte crecieron apenas 0,2%, lo que indica una demanda contenida. Los pedidos de fábrica cayeron un -3,7%, peor de lo anticipado, mientras que los pedidos industriales sin transporte retrocedieron -0,5%. En contraste, la encuesta JOLTS mostró un repunte en las ofertas de empleo, subiendo a 7,391 millones frente a las 7,200M del mes anterior, lo que resalta la resiliencia del mercado laboral.

La Reserva Federal continúa con su narrativa divergente. El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, reiteró que el mercado laboral aún luce saludable, aunque con señales incipientes de debilidad, y que la Fed podría considerar un recorte de tasas este año si observa avances significativos en la inflación, pero no tiene urgencia de hacerlo. Por su parte, la gobernadora Lisa Cook reconoció riesgos hacia ambos lados del mandato dual de la Reserva, admitiendo que los aranceles podrían generar inflación o, simultáneamente, enfriar el mercado laboral. Torsten Slok, de Apollo, anticipa una desaceleración en las nóminas no agrícolas en los próximos trimestres, visión compartida por la mesa de mercados de JPMorgan, que mantiene un sesgo alcista táctico con menor convicción, ante el ruido geopolítico creciente.

Las tensiones arancelarias con China escalaron en las últimas horas. El presidente Trump declaró que, si bien aprecia al presidente Xi, es extremadamente difícil llegar a acuerdos con él. Desde el NYT se cataloga esta dinámica como el inicio de una nueva era de guerra comercial. Goldman Sachs prevé efectos inflacionarios sobre los precios debido a los aranceles, aunque señala que aún podrían tardar en reflejarse en los datos. Además, la gobernadora Cook subrayó que la política comercial ya está impactando la economía estadounidense, y que será un obstáculo para que la Fed logre su meta de inflación. En este contexto, Goolsbee (también de la Fed) advirtió que los efectos de los aranceles podrían ser visibles en precios dentro de un mes, aunque su impacto económico estructural puede demorar.

En términos de política exterior, EE.UU. mantiene su campaña de máxima presión sobre Irán, mientras que avanza en la implementación de una posible oferta interina para permitir cierto grado de enriquecimiento nuclear, en lo que sería una reconfiguración del marco diplomático. Paralelamente, las conversaciones entre Rusia y Ucrania continúan abiertas; el Kremlin ha reiterado su disposición a reanudar negociaciones directas cuando ambas partes estén listas. El secretario del Tesoro de EE.UU., Bessent, declaró que la actual administración ha puesto a las criptomonedas en el camino de la extinción, en contraposición con la visión de Trump, quien promueve a EE.UU. como un centro global de innovación digital.

Desde una perspectiva de mercado, Deutsche Bank elevó su proyección del S&P 500 a 6.550 puntos para 2025, mientras que analistas como Mark Newton de Fundstrat advierten que una ruptura del índice por encima de los máximos de mayo podría llevarlo hasta 6.150, con el ETF QQQ dirigiéndose hacia los 540 puntos. Newton llama la atención sobre una posible consolidación hacia el próximo lunes, alineada con la estacionalidad post-electoral de junio. Goldman Sachs y BoFA identifican compras técnicas por parte de CTA en petróleo (WTI y Brent), mientras que advierten de posibles ventas técnicas de oro. Por su parte, Rich Privorotsky, también de Goldman, ve un escenario alcista a medida que se disipan los temores de recesión y el mercado entra en modo búsqueda de beta, con referencias a la expansión potencial de la IA, destacando el avance de Waymo como hito tecnológico.

En el plano corporativo, los resultados de Dollar Tree superaron las expectativas del mercado, con un BPA ajustado de $1,26 frente al estimado de $1,20 y ventas netas por $4.640 millones, superando los $4.530 millones esperados. Tesla, por otro lado, reportó una caída del 15% interanual en sus entregas en China durante mayo, alcanzando 61.662 unidades, en un contexto de desaceleración en la demanda y mayor competencia en el mercado asiático. En Europa, Volkswagen avanza con su programa de recorte de personal, alcanzando 20.000 empleados que han aceptado salidas anticipadas, lo que responde a un proceso de restructuración de largo plazo ante desafíos competitivos y transición energética.

En la esfera europea, el gobierno alemán aprobó un paquete fiscal con el objetivo de estimular el crecimiento económico, en un momento en el que el continente busca impulsar su dinamismo interno frente a la incertidumbre global. La UE, a través de su jefe comercial Maros Sefcovic, confirmó progresos en las negociaciones con Estados Unidos, describiendo las conversaciones como constructivas, mientras se desarrollan en París nuevos esfuerzos multilaterales con China para resolver las fricciones comerciales. No obstante, China llamó abiertamente a Francia a ejercer presión sobre la UE para resolver las diferencias comerciales mediante el diálogo. Sefcovic enfatizó que el mensaje central de estas negociaciones es un firme respaldo a los vínculos multilaterales y a un sistema sólido basado en reglas. En este contexto, Bloomberg informó que China considera encargar hasta 300 aviones Airbus, lo que podría fungir como catalizador de cooperación industrial con Europa.

En Asia, los mercados surcoreanos reaccionaron positivamente tras la victoria electoral del líder opositor Lee Jae-myung. El Kospi subió un 2,43% y el Kosdaq un 1,39%, alcanzando niveles no vistos desde agosto del año anterior. En Japón, fuentes de Reuters reportaron que el Banco de Japón evalúa reducir el ritmo de disminución de bonos el próximo año, una señal de cautela monetaria ante la incertidumbre global. Mientras tanto, el Ministerio de Energía de Kazajistán reiteró su compromiso con la OPEP para mantener un mercado petrolero estable, lo que refuerza la cooperación energética en la región.

En Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer analiza una petición militar para respaldar el objetivo de gasto de defensa del 3,5% del PIB propuesto por la OTAN hacia 2032, mientras que Italia se enfrenta a una posible ampliación de su déficit fiscal a €11.400 millones. En Suiza, el presidente del BNS, Tschudin, reconoció que, aunque la inflación cayó a -0,1% en mayo, esto se debe observar en el contexto de estabilidad a mediano plazo, señalando mayor incertidumbre económica y reconociendo episodios de precios negativos asociados con un franco suizo fuerte. Finalmente, en Nueva Zelanda, el índice de precios GDT cayó -1,6%, empeorando desde el -0,9% previo, lo cual podría impactar las expectativas de ingresos agroexportadores.

El entorno macroeconómico y geopolítico actual se caracteriza por una volatilidad estructural marcada por fricciones comerciales globales, posturas monetarias divergentes y una marcada polarización tecnológica entre EE.UU. y China. A corto plazo, la resiliencia del mercado laboral estadounidense y la fortaleza corporativa continúan sosteniendo la narrativa alcista, aunque los datos manufactureros débiles y el ruido arancelario presionan el umbral de tolerancia de la Fed. La guerra comercial latente con China podría escalar en cualquier momento, provocando disrupciones no solo en precios sino en las cadenas de suministro y confianza empresarial.

Europa se posiciona como un mediador en el conflicto global, aunque enfrenta desafíos fiscales y electorales propios que podrían limitar su margen de maniobra. Asia, por su parte, está mostrando señales dispares: mientras algunos mercados reaccionan positivamente a desarrollos políticos, otros enfrentan una desaceleración tangible en la demanda y ajustes de política monetaria.

Los inversionistas deben prepararse para una posible corrección técnica en los mercados si se cumplen los pronósticos de desaceleración de nóminas, o si la Fed mantiene una retórica más agresiva. Sin embargo, aún hay oportunidades en sectores ligados a la tecnología e inteligencia artificial, así como en activos energéticos estratégicos como el petróleo. El próximo dato de NFP será clave para validar o rechazar la tesis de «resiliencia estructural» que los grandes bancos siguen sosteniendo. La cautela táctica combinada con selectividad en activos será el enfoque más prudente en este entorno bifurcado.