Cuatro claves para analizar el rendimiento de tus inversiones en el mercado de valores

Saber si un portafolio realmente gana exige evaluar su rendimiento real, compararlo con el comportamiento de los índices y medir el riesgo que implica cada decisión de inversión. El acompañamiento técnico permite identificar si los resultados provienen de decisiones acertadas o de factores coyunturales del mercado.

El mercado bursátil peruano muestra un claro dinamismo. En el primer semestre de 2025, el índice S&P/BVL Perú General, principal referencia local, subió +19,8 % en dólares, impulsado por la minería y el mayor interés de inversionistas. Estos resultados reflejan un mercado sólido, pero surge una pregunta clave: ¿cómo se traducen en ganancias reales para tu portafolio?

Muchos inversionistas se quedan con el rendimiento nominal, sin considerar inflación, costos o riesgo, lo que distorsiona la lectura de sus resultados, por ello, evaluar correctamente tu desempeño requiere ir más allá del número. En ese sentido, André Quevedo, gerente general de Grupo Coril Sociedad Agente de Bolsa (SAB), comparte cuatro claves para analizar tus inversiones con criterio.

  1. Del número al valor real. El primer paso para saber si una inversión realmente está generando ganancias es diferenciar el rendimiento nominal del real. El primero muestra el aumento bruto del valor; el segundo descuenta la inflación y revela cuánto poder adquisitivo ganado. Por ejemplo, si tu portafolio subió 10% el último año con una inflación de 1,97% (BCRP), tu ganancia real sería de 8,03%. En un contexto de inflación baja y estable como la proyectada para 2025 (2% según el FMI), este cálculo es clave para identificar inversiones que realmente crecen.
  2. Comparar con el mercado. Evaluar el rendimiento de tus inversiones de manera aislada es un error común que puede llevar a una percepción sesgada de los resultados. Comparar tu cartera con un índice de referencia (o benchmark) relevante es una de las claves más importantes para tener una perspectiva realista de tu desempeño.
  3. No todo es retorno: el rol del riesgo. Un buen rendimiento no siempre implica una buena inversión. Indicadores como el Sharpe ratio (cuánto se gana por nivel de riesgo) o el beta (cómo se mueve el portafolio con el mercado) ayudan a entender si las ganancias provienen de una estrategia sólida o de asumir un riesgo excesivo.

Un retorno alto pero muy inestable puede valer menos que uno moderado y constante. También es clave no concentrarse en un solo sector, como minería o banca; combinar activos como renta fija, variable y fondos de inversión reduce riesgos y protege el capital.

  1. Asesoría profesional. Más allá de los indicadores y ratios, el análisis del rendimiento debe complementarse con una mirada experta. En este punto, la labor del asesor financiero resulta clave para interpretar los resultados, ajustar estrategias y mantener la coherencia del portafolio con los objetivos del inversionista.

“El acompañamiento técnico permite identificar si los resultados provienen de decisiones acertadas o de factores coyunturales del mercado, y cómo sostener ese desempeño en el tiempo. En un entorno de crecimiento e inflación controlada, evaluar el rendimiento con criterio técnico es clave para convertir resultados aislados en una estrategia sólida de largo plazo”, añadió André Quevedo, gerente general de Grupo Coril SAB.