El precio del crudo podría superar los $130 si el conflicto se intensifica. Un nuevo shock energético impactaría el transporte, la producción y la canasta básica en el Perú.
El estallido del conflicto armado entre Israel e Irán ha provocado una fuerte reacción en los mercados financieros globales y encendió señales de alerta en economías importadoras de energía como la peruana. Así lo advierte el reciente informe “Impacto del conflicto Israel-Irán en los mercados financieros globales” realizado por Capitaria. .El estudio señala que este evento representa uno de los mayores choques geopolíticos desde la guerra en Ucrania y podría transformar radicalmente los equilibrios energéticos y financieros del mundo.
Una de las consecuencias más inmediatas ha sido el aumento del precio del petróleo. El crudo Brent subió más del 7% en un solo día, alcanzando los 78.50 dólares por barril, y según estimaciones de Goldman Sachs y JPMorgan, podría superar los 130 dólares si el conflicto interrumpe el tránsito marítimo por el Estrecho de Hormuz, por donde pasa alrededor del 20% del petróleo mundial. Este escenario tendría efectos particularmente sensibles en Perú, donde gran parte de los combustibles y fertilizantes son importados.
“El Perú está altamente expuesto a shocks energéticos externos. Este conflicto representa un riesgo inmediato para la inflación, el transporte, la producción de alimentos y la actividad económica en general. Los mayores costos de combustible podrían trasladarse rápidamente al precio de los alimentos y a la canasta básica, afectando especialmente a los hogares más vulnerables. Además, el impacto en los costos logísticos afectaría también a sectores como la minería y la agroindustria, pilares de la economía nacional” agregó Roberto Bonifaz, Director de Estudios Capitaria.
El llamado “índice del miedo” (VIX), que mide la volatilidad del mercado, se disparó un 15.5%, reflejando el nerviosismo de los inversionistas ante el nuevo entorno de incertidumbre. En contraste, el oro subió un 1.48%, superando los 3,450 dólares la onza.
“Este conflicto llega en un momento de especial vulnerabilidad para la economía mundial. Es un shock geopolítico en el peor momento económico global posible. La Reserva Federal de EE. UU. estaba evaluando bajar las tasas de interés para estimular el crecimiento, pero este conflicto podría obligarla a aplazar esa decisión. Eso impactaría directamente a países emergentes como Perú, que dependen de las condiciones internacionales de liquidez y crédito” precisó Bonifaz.
El Perú y sus autoridades deben monitorear de cerca la evolución del conflicto, el precio del petróleo y las decisiones de los principales bancos centrales. También considerar medidas de amortiguamiento ante un eventual encarecimiento de los combustibles, así como evaluar ajustes en políticas fiscales o monetarias si se reaviva la inflación. Finalmente, fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro frente a posibles interrupciones globales del comercio marítimo.