Cómo la gestión de riesgos puede salvar a las empresas en tiempos de incertidumbre

Los sectores más expuestos a los riesgos en el país son aquellos vinculados a materias primas, como la minería y la agricultura, debido a la volatilidad de precios.

Los principales riesgos que enfrentan las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) están vinculados con la incertidumbre económica, la alta informalidad, la inestabilidad política, el acceso limitado al financiamiento, la inseguridad y la corrupción, los avances tecnológicos, entre otros factores. Por ello, deben estar preparadas para identificarlos y gestionarlos de manera estratégica.

En ese sentido, Juan Francisco Gaviria, docente de la maestría en Administración de Empresas (MBA) de la Escuela de Postgrado de la Universidad Tecnológica del Perú (EPGUTP), recomendó a las Mipymes gestionar sus riesgos mediante acciones como diversificar fuentes de ingresos para disminuir la dependencia de un único mercado, controlar de manera rigurosa los costos operativos, mantenerse actualizadas sobre cambios regulatorios y adoptar tecnologías digitales para aumentar su competitividad. También subrayó la importancia de desarrollar planes de contingencia y fomentar una cultura de innovación y adaptabilidad ante los cambios constantes.

Con respecto a las grandes empresas peruanas, señaló que actualmente están enfocadas en digitalizar sus procesos para mejorar la eficiencia e invertir en tecnologías emergentes que optimicen sus operaciones. Asimismo, promueven el trabajo remoto para incrementar la flexibilidad y establecen alianzas estratégicas con el fin de diversificar mercados y fortalecer su competitividad en un entorno en constante cambio. A esto se suma la apuesta por la sostenibilidad, la personalización de la experiencia del cliente mediante el uso de datos, y la incorporación de inteligencia artificial para anticiparse a tendencias y tomar decisiones más ágiles.

Errores comunes

No obstante, el especialista en gestión de riesgos advirtió que muchas organizaciones incurren en errores comunes, como no diversificar sus fuentes de ingresos, descuidar el control de costos y gastos, o reducir inversiones en tecnología e innovación, lo que limita su capacidad de adaptación y sostenibilidad. A ello se añade la falta de inversión en el talento humano, la lentitud para adaptarse a los cambios del entorno y subestimación de la importancia de un análisis de riesgos constante. De igual manera, enfrentan desafíos en cuanto a la necesidad de escuchar al cliente, implementar planes de contingencias y tomar decisiones basadas en criterios obsoletos que no responden a la realidad actual.

Sectores expuestos a los riesgos

Para Gaviria, en el contexto actual, los sectores más expuestos a los riesgos en el país son aquellos vinculados a materias primas, como la minería y la agricultura, debido a la volatilidad de precios. También destaca el sector construcción, afectado por la incertidumbre política que retrasa las inversiones, así como el turismo y servicios, impactados por la desaceleración económica.

“Los sectores retail y manufactura enfrentan grandes desafíos por una menor demanda interna y la inflación. Por otro lado, los servicios financieros deben adaptarse rápidamente a la transformación digital y afrontar riesgos relacionados con la ciberseguridad. Por ello, es clave que cada sector diseñe estrategias específicas para mitigar estos y otros riesgos relevantes, y así garantizar su sostenibilidad”, enfatizó el experto.

Gestión de riesgos y sostenibilidad

Con relación a lo anterior, el docente de la EPGUTP afirmó que la Gestión de Riesgos es un aliado imprescindible en los tiempos actuales, ya que aporta valor a todo tipo de empresa al permitir identificar y mitigar amenazas potenciales. Esto protege sus activos y reputación, facilita una toma de decisiones informada, optimiza el uso de recursos y asegura la continuidad operativa, mejorando la resiliencia y competitividad.

Agregó que la sostenibilidad está estrechamente relacionada con la Gestión de Riesgos, ya que implica anticiparse y mitigar impactos ambientales, sociales y económicos que puedan comprometer la permanencia del negocio.

“Las empresas peruanas están adoptando prácticas sostenibles como la reducción de su huella de carbono, la implementación de energías renovables y el uso eficiente de recursos, así como promover de la inclusión social, lo que contribuye a crear entornos más equitativos y a fortalecer la relación con sus grupos de interés”, finalizó.