Con una inversión de 6.500 millones de dólares, el megaproyecto ferroviario promete transformar la movilidad y la economía de la costa sur del Perú.
Una obra estratégica para la conectividad regional
El Tren de Alta Velocidad Lima–Ica se perfila como el proyecto ferroviario más rápido de América Latina. Con 323 kilómetros de recorrido y una inversión estimada en 6.500 millones de dólares, reducirá el tiempo de viaje entre ambas ciudades a tan solo dos horas y media.
Impulsado por capital chino, este proyecto representa uno de los mayores esfuerzos de infraestructura en la región y busca posicionar al Perú como un referente en transporte moderno y sostenible.
Estaciones clave y diseño de ingeniería avanzada
El sistema contará con 15 estaciones estratégicamente distribuidas, entre ellas Villa El Salvador, Lurín, Cañete, Pisco y Paracas, lo que permitirá integrar comunidades a lo largo de la costa sur.
Para enfrentar los desafíos geográficos, el tren incorporará 47 kilómetros de viaductos y 32 kilómetros de túneles, garantizando seguridad y eficiencia en la operación.
Impacto en movilidad y sostenibilidad
Se estima que el tren atenderá a 45.000 pasajeros diarios, lo que aliviará el tráfico vehicular en la Panamericana Sur y contribuirá a reducir las emisiones de CO₂.
Más allá del transporte, el proyecto se proyecta como un dinamizador de la economía regional, generando empleo, fortaleciendo el turismo en zonas como Paracas y Pisco, e impulsando la integración comercial entre Lima y las regiones del sur.
Capital chino y proyección regional
La participación de inversionistas chinos en este megaproyecto reafirma el creciente interés de China por consolidar su presencia en América Latina a través de infraestructura estratégica.
Si se concreta en los plazos previstos, el Tren Lima–Ica no solo será el más rápido de Sudamérica, sino también un símbolo del nuevo ciclo de cooperación económica entre Perú y China.






