Centroamérica gana peso en la región: ya es la quinta economía más grande de Latinoamérica

Un nuevo informe de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana destaca el crecimiento del istmo, que alcanzó un PIB conjunto de 386 mil millones de dólares y se consolida como un bloque estratégico para el comercio internacional.

Centroamérica ha alcanzado un nuevo hito económico. Con un producto interno bruto (PIB) de 386 mil millones de dólares, la región se posiciona como la quinta economía más grande de América Latina, superando a Chile y quedando detrás de Brasil, México, Argentina y Colombia.

El informe, elaborado por el Centro de Estudios para la Integración Económica de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca), resalta la relevancia del istmo como bloque estratégico en el comercio internacional, especialmente por su papel como exportador clave de productos agrícolas.

Con una población de 55 millones de habitantes, Centroamérica es el principal exportador mundial de piña fresca y cardamomo, y el segundo en banano. Solo en 2024, las exportaciones de bienes generaron 55 mil millones de dólares, destacando también rubros como melones y sandías (tercer exportador global), azúcar (quinto) y café (sexto).

A esto se suman 48 mil millones de dólares en exportaciones de servicios y 46 mil millones en remesas, que fortalecen su economía interna y la capacidad de consumo de sus hogares.

El informe también detalla que la infraestructura terrestre del istmo cuenta con 14 rutas regionales que permiten una conexión fluida a una velocidad promedio de 56 km/h, además de 44 puertos que refuerzan su red logística.

Entre los aspectos más innovadores del estudio destaca el crecimiento de la economía creativa y el comercio basado en la biodiversidad, que en conjunto superaron los 35 mil millones de dólares en valor, evidenciando nuevas oportunidades para la diversificación productiva y el desarrollo sostenible.

Aunque el reporte se centra en la realidad centroamericana, su consolidación económica tiene un impacto directo en el comercio latinoamericano y en mercados vecinos como Perú, donde las relaciones comerciales con el istmo muestran potencial de crecimiento en agroindustria, servicios y exportaciones no tradicionales.