El cofundador de Microsoft, Bill Gates, protagonizó una insólita batalla legal que se extendió por más de 13 años para poder liberar de la aduana estadounidense su exclusivo Porsche 959, uno de los autos más codiciados del mundo.
El vehículo, considerado una joya de la ingeniería alemana, permaneció retenido por las autoridades debido a que no cumplía con las normas de seguridad y emisiones exigidas en Estados Unidos. Para evitar que fuera destruido, Gates pagó alrededor de US$28 diarios durante más de una década.
La presión y persistencia del magnate tecnológico fueron determinantes para que, en 1999, se aprobara la “Show and Display Law”, una legislación especial que permite la importación de autos de colección considerados de gran valor histórico o tecnológico, aunque no cumplan con todos los requisitos federales.
Gracias a esta ley, Gates pudo finalmente sacar de la aduana su Porsche 959, marcando un precedente que benefició a coleccionistas de automóviles en todo el país.






