¿Recuperación o espejismo? La confianza repunta mientras las tensiones geopolíticas escalan

Las expectativas del IPC a 1 año del BCE subieron a 3,1 %, superando el 2,8 % previsto. 

En Estados Unidos, las solicitudes de hipotecas MBA correspondientes al 23 de mayo registraron una caída del -1,2 %, moderando la tendencia descendente tras el -5,1 % anterior. Este ajuste coincide con un aumento en la tasa hipotecaria a 30 años, que se ubicó en 6,98 %, apenas por encima del 6,92 % previo, lo que sugiere un mercado inmobiliario que enfrenta presiones por los costos del financiamiento. Esta dinámica se inscribe en un contexto de ajustes suaves en los rendimientos de la deuda pública: la subasta de T-Notes a 2 años arrojó un rendimiento del 3,955 % frente al 3,795 % anterior, mientras que los T-Bills a 3 y 6 meses se colocaron en 4,255 % y 4,160 %, respectivamente, con variaciones mínimas. El mercado inmobiliario también reflejó contrastes, con precios de vivienda S&P/Case-Shiller en marzo mostrando una contracción del -0,1 % mensual frente al +0,4 % anterior, aunque el índice no ajustado estacionalmente repuntó a 1,1 % frente al 0,7 %, y un avance anual del 4,1 %, que no alcanzó el 4,5 % previsto.

La confianza del consumidor, medida por The Conference Board, sorprendió al alza con un índice de 98,0 en mayo, superando ampliamente tanto la previsión de 87,1 como el dato anterior de 85,7, impulsada por una disminución de las expectativas de inflación a 12 meses del 7 % al 6,5 %. No obstante, el índice del PIB de la Fed de Atlanta para el segundo trimestre mostró una ligera moderación a 2,2 %, comparado con el 2,4 % previo, mientras que el índice de negocios manufactureros de la Fed de Dallas subió a -15,3 desde -35,8, señalando una atenuación del deterioro en el sector. Tom Barkin, presidente de la Fed de Richmond, enfatizó que la economía estadounidense mantiene la trayectoria de los últimos dos años, aunque alertó sobre la cautela de las empresas en sus decisiones de inversión, afectadas por la incertidumbre política, los aranceles y la inflación, que han calado en la confianza del consumidor.

En el ámbito bursátil, Morgan Stanley, a través de Mike Wilson, identificó una corriente diaria de entrada de capital estimada en 15 mil millones de dólares, distribuidos equitativamente entre minoristas, CTAs y empresas, lo que otorga soporte al mercado pese a la volatilidad. Mark Newton, de Fundstrat, auguró un impulso alcista del S&P 500 hacia los 6.147 puntos hacia mediados de junio, apoyado en datos macroeconómicos estables, resultados corporativos sólidos y señales de desescalada en las tensiones comerciales. Goldman Sachs, por su parte, destacó una inclinación de los CTA hacia compras de Brent y WTI en el próximo mes, lo que podría ofrecer soporte adicional a los mercados energéticos. Las ganancias de Macy’s en el primer trimestre de 2026 reforzaron el optimismo: reportó un BPA ajustado de $0,16, superando los $0,14 previstos, ingresos de $4.790 millones frente a los $4.660 millones esperados, y ventas netas de $4.600 millones frente a $4.460 millones estimados. Nvidia, en tanto, anticipa ingresos por $43 mil millones (+66 %), aunque con un BPA más moderado de $0,73 (+21 %), lo que junto a las tensiones comerciales, posiciona a la tecnológica como un catalizador clave para el mercado.

En el frente político, Donald Trump avivó las tensiones con declaraciones en Truth Social, advirtiendo que “Putin está jugando con fuego” y sugiriendo que, si no fuera por él, a Rusia le habrían ocurrido cosas “realmente malas”. Estas declaraciones provocaron una respuesta del Kremlin, que señaló que Trump “no está bien informado” sobre la situación en Ucrania, y reiteró que Putin prioriza los intereses nacionales. Además, Rusia indicó que cualquier reunión con Trump y Zelenski requeriría una preparación exhaustiva. Paralelamente, Trump anunció un acuerdo de USD 2.500 millones entre Trump Media y Bitcoin Treasury, que generó reacciones inmediatas en los mercados de criptomonedas, y lanzó la idea de que Canadá podría considerar ser el 51.º estado de EE.UU. En el ámbito internacional, Trump también mencionó que la UE ha solicitado reuniones rápidas para discutir comercio, tras las asignaciones arancelarias del 50 % impuestas por su administración, destacando un cambio de tono en la negociación.

En Europa, la inflación sigue siendo un foco de atención. Las expectativas del IPC a 1 año del BCE subieron a 3,1 %, superando el 2,8 % previsto, mientras que a 3 años se mantuvieron en 2,5 %. Christine Lagarde, presidenta del BCE, reafirmó su intención de concluir su mandato, desmintiendo rumores sobre un cambio hacia el Foro Económico Mundial, y destacó que la estabilidad de precios es prioritaria. Philip Lane subrayó que no se volverá a tasas de inflación tan bajas como las previas al COVID, destacando la necesidad de vigilar el impacto de las fluctuaciones del tipo de cambio. Joachim Nagel fue cauteloso respecto a posibles recortes de tipos el mes próximo. En Alemania, la tasa de desempleo se mantuvo en 6,3 %, con un incremento de 34.000 desempleados, muy superior a los 12.000 estimados. Friedrich Merz quedó bajo escrutinio por sus declaraciones sobre el suministro de armas a Ucrania, reflejando tensiones políticas internas. En Suiza, Thomas Jordan del BNS advirtió que no se pueden descartar episodios de inflación negativa en los próximos meses, en un contexto de incertidumbres comerciales ligadas a los aranceles de EE.UU., destacando el compromiso del BNS con la estabilidad de precios a medio plazo.

En Asia, Japón enfrentó un ambiente complicado en el mercado de deuda, con una venta débil de bonos a 40 años, la más baja del año, mientras el Banco de Japón se retiró como comprador, lo que dejó interrogantes sobre la capacidad del mercado para absorber esta oferta. Las subastas recientes de bonos a 10, 20 y 30 años también reflejaron escasa demanda, con un seguimiento especial a la próxima subasta del 5 de junio. El gobernador Ueda prometió estar atento a los riesgos del efecto dominó derivados del aumento de los rendimientos a largo plazo. Japón, además, propuso comprar chips estadounidenses en las negociaciones arancelarias, mientras el Ministerio de Finanzas convocó a los principales operadores de bonos a una reunión el 20 de junio. En China, el primer ministro Li remarcó que la globalización económica enfrenta un impacto sin precedentes y subrayó la necesidad de fortalecer la cooperación con la ASEAN y el CCG. Pese a las presiones externas, las exportaciones chinas han mostrado resiliencia, apoyadas por una recuperación sostenida desde principios de año. En Australia, la inflación al consumidor de abril alcanzó el 2,4 %, ligeramente por encima del 2,3 % previsto, impulsada por la demanda de viajes y los costos de seguros. Nueva Zelanda, por su parte, recortó su tasa de interés oficial en 25 puntos básicos hasta el 3,25 %, su sexto ajuste consecutivo, buscando mitigar la desaceleración derivada de la crisis comercial global.

En América Latina, el secretario de Economía de México anticipó que la revisión del T-MEC podría comenzar entre finales de septiembre y la primera semana de octubre, lo que abre un frente adicional en las negociaciones comerciales en la región.

En conclusión, el escenario global se configura con claroscuros. Mientras los sólidos datos de consumo en EE.UU., el crecimiento anticipado de Nvidia y las ganancias de Macy’s sustentan una narrativa optimista, las tensiones geopolíticas, las incertidumbres monetarias en Europa, la debilidad del mercado de bonos japonés y los retos del comercio global plantean un entorno propenso a episodios de volatilidad. Las recientes caídas en las probabilidades de recesión en EE.UU., de 45 % a 40 %, junto a la confianza del consumidor, brindan alivio parcial. Sin embargo, la confluencia de riesgos –incluyendo tensiones arancelarias, inflación persistente, políticas monetarias divergentes y fragilidad del mercado de deuda– sugiere que los inversores deben mantenerse atentos y estratégicos. Mi proyección es que los mercados mantendrán una volatilidad controlada a corto plazo, impulsada por datos macroeconómicos y resultados corporativos, mientras que a mediano plazo la atención se centrará en las decisiones de los bancos centrales y en las negociaciones comerciales internacionales, con especial foco en las relaciones entre EE.UU., la UE y Asia.