Apple vuelve al centro de la controversia después de que Trump arremetiera contra países extranjero.
En una jornada marcada por la reactivación de tensiones fiscales y comerciales, los mercados globales enfrentaron fuertes movimientos de activos, presionados por una débil subasta de bonos del Tesoro estadounidense, renovadas fricciones arancelarias entre las principales economías y nuevas declaraciones desde bancos centrales y líderes corporativos. A lo largo del día, las miradas estuvieron centradas en el avance del proyecto de ley fiscal impulsado por el presidente Trump, la evolución de los rendimientos de la deuda soberana y señales de desaceleración en Europa y Asia.
En Estados Unidos, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, aprobó el proyecto de ley de impuestos y gastos promovido por Donald Trump, remitiéndolo al Senado para su evaluación. A pesar de que los líderes republicanos esperan que el proyecto llegue a la firma presidencial antes del 4 de julio, el verdadero plazo crítico es agosto, momento en el que debe aumentarse el techo de la deuda para evitar un potencial default soberano. La Cámara votó previamente a favor de iniciar el debate, y en horas de la noche se llevó a cabo una sesión intensiva para concretar su aprobación. No obstante, persisten voces discordantes dentro del propio bloque republicano, como la del representante Roy, quien reafirmó su negativa a apoyar el proyecto. Desde el ala ejecutiva, Trump manifestó sentirse “muy bien” con el progreso legislativo, reiterando que están “muy cerca” de lograr la aprobación definitiva. Kevin Hassett, asesor sénior de la Casa Blanca, respaldó la propuesta al indicar que un crecimiento económico del 3% permitiría autofinanciar el paquete fiscal, desestimando como “muy conservadora” la proyección del 1,8% emitida por la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
No obstante, el mercado de renta fija lanzó una señal de alerta. La subasta de bonos del Tesoro a 20 años por 16.000 millones de dólares fue calificada como débil, registrando un rendimiento del 5,047%, por encima del 5,035% esperado. Esta lectura marcó la segunda vez en la historia que una subasta de bonos a 20 años se sitúa por encima del 5%, y generó una “cola” de 1,2 puntos básicos, la mayor desde diciembre, según ZeroHedge. Inmediatamente, el S&P 500 cayó 80 puntos en apenas media hora, sin que mediara una noticia puntual, sino como reacción directa al alza en los rendimientos. El bono a 20 años alcanzó un 5,12%, su mayor nivel desde octubre de 2023, mientras que los rendimientos del bono a 10 años treparon a 4,60% y los de 30 años superaron el 5%. Esta dinámica refleja una conjunción entre un déficit fiscal del 7% del PIB, expectativas de inflación más altas y la retórica persistente de la Reserva Federal de mantener tasas elevadas por más tiempo. El presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, participó en el evento “Fed Listens”, aunque sin proporcionar comentarios que revirtieran la preocupación del mercado.
En materia corporativa, Apple vuelve al centro de la controversia después de que Trump arremetiera contra países extranjeros que, según él, están demandando injustamente a empresas estadounidenses. La tensión regulatoria se amplificó con el anuncio de que OpenAI adquirirá por 6.500 millones de dólares un startup de hardware de inteligencia artificial fundada por Jony Ive, exdiseñador estrella de Apple, profundizando los vínculos entre las big tech y la innovación en IA. En el sector salud, las acciones de UnitedHealth cayeron tras revelarse pagos de bonificaciones secretas a hogares geriátricos por reducir traslados hospitalarios. Por otro lado, la FDA anunció un reforzamiento de los programas estatales de importación con el fin de abaratar los precios de medicamentos recetados. En el sector consumo, Nike planea incrementar los precios hasta un 7%, una decisión que podría trasladarse a la inflación en el corto plazo, especialmente si se consolida un entorno de costos persistentes.
En Europa, los efectos del proteccionismo estadounidense comienzan a sentirse con fuerza. El Bundesbank advirtió que la economía alemana se encuentra estancada, con las exportaciones fuertemente afectadas por los aranceles impuestos por Washington. A pesar de este panorama, el índice IFO de clima empresarial de Alemania sorprendió ligeramente al alza, con una lectura de 87,5 frente al pronóstico de 87,3 y el anterior 86,9. Las condiciones actuales se situaron en 86,1 y las expectativas subieron a 88,9, también superando previsiones. Sin embargo, persiste la cautela: el canciller alemán Merz reconoció que hay señales de interés por parte de EE.UU. en alcanzar un acuerdo comercial, y se comprometió a intentar persuadir personalmente a Trump de que ambas partes se abstengan de imponer aranceles.
Desde el Banco Central Europeo, el consejero Centeno indicó que para evitar que la inflación se ubique por debajo del 2%, el tipo de interés podría requerir posicionarse por debajo del nivel neutral estimado entre 1,5% y 2%. Por su parte, el gobernador Escrivá declaró que la reciente apreciación del euro ha sido una sorpresa y advirtió sobre la dificultad de anticipar cómo los aranceles afectan la inflación, agregando incertidumbre sobre la futura política monetaria de la zona euro. Bernard Arnault, CEO de LVMH, también intervino en el debate comercial, criticando a la Unión Europea por subestimar el daño que los aranceles pueden ocasionar al sector de lujo, particularmente al mercado del coñac, e instó a Bruselas a emular la postura más asertiva del Reino Unido en las negociaciones con Estados Unidos.
Mientras tanto, la Unión Europea prepara una propuesta comercial para reactivar el diálogo con EE.UU., y el Reino Unido, junto a sus aliados, reveló una campaña de ciberinteligencia rusa dirigida contra organizaciones occidentales del sector logístico y tecnológico, sumando un elemento geopolítico al escenario.
En Asia, Japón enfrenta su propio dilema económico. El PMI manufacturero de mayo reveló una contracción por undécimo mes consecutivo, lo que pone presión sobre el Banco de Japón. El miembro moderado Noguchi reafirmó que no es necesario acelerar el plan de reducción de compra de bonos del Estado (JGB), mientras que el rendimiento de los bonos a 40 años alcanzó un récord histórico de 3,63%. El ministro de Finanzas Katsunobu Kato calificó los aranceles estadounidenses como “lamentables” durante su intervención en la reunión del G7 en Canadá, y en una conversación bilateral con el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, ambos coincidieron en que el tipo de cambio dólar-yen debe ser determinado por los mercados. El ministro de Economía, Akazawa, viajará a EE.UU. este fin de semana para continuar las negociaciones sobre los aranceles, reiterando que Japón no ve utilidad en un acuerdo comercial si no se eliminan las tarifas a los automóviles.
Desde Oriente Medio, el ministro de Relaciones Exteriores de Omán anunció que una quinta ronda de conversaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos se celebrará en Roma el 23 de mayo, aportando un posible canal diplomático que podría influir en los precios del crudo. Por otro lado, la OPEP+ debate un nuevo aumento de producción de 411.000 barriles diarios en julio, lo que podría relajar las recientes presiones alcistas sobre el petróleo. Sin embargo, los datos de inventarios de crudo de la AIE en EE.UU. mostraron un incremento de 1,328 millones de barriles, superior al pronóstico de -0,900 millones, lo que añade complejidad al balance global de oferta y demanda.
Bitcoin protagonizó un nuevo hito en los mercados financieros al alcanzar un máximo histórico de 109.400 dólares, consolidándose como el activo de mayor rendimiento en lo que va del año y reafirmando su papel como refugio no convencional en tiempos de incertidumbre económica. Este ascenso espectacular se dio en un entorno caracterizado por una creciente aversión al riesgo en los mercados tradicionales, impulsada principalmente por la fuerte presión sobre los bonos del Tesoro estadounidense, cuyas tasas de rendimiento han superado niveles críticos, alimentando temores sobre la sostenibilidad fiscal de EE. UU.
El panorama actual de los mercados está tensionado por múltiples ejes estructurales: un déficit fiscal estadounidense que empuja los rendimientos a máximos de ciclo, una agenda fiscal agresiva liderada por Trump que depende de un crecimiento económico optimista, y un creciente proteccionismo comercial que amenaza con fragmentar aún más las cadenas de suministro globales. El deterioro de las subastas de deuda del Tesoro, especialmente en los tramos largos, refleja un mercado que comienza a exigir una prima por el riesgo fiscal. A nivel corporativo, las decisiones de precios como las de Nike o las estrategias de las farmacéuticas muestran una adaptación anticipada a un nuevo entorno inflacionario sostenido. En Europa, la aparente resiliencia de algunos indicadores no debe ocultar el trasfondo de desaceleración industrial, y en Asia, la debilidad manufacturera de Japón reafirma que la recuperación global sigue siendo dispareja.
De cara al futuro, los inversores deben prepararse para un escenario de volatilidad elevada, con mercados sensibles a cualquier señal de endurecimiento monetario adicional, fricciones arancelarias o deterioro fiscal. Si el Congreso no logra resolver oportunamente el techo de la deuda, podríamos presenciar episodios severos de aversión al riesgo. El sesgo de los flujos podría favorecer activos reales como commodities y criptomonedas, mientras que la renta fija enfrentará presiones estructurales. El mercado accionario, por su parte, dependerá críticamente de la evolución del consumo y de los márgenes empresariales frente al encarecimiento del capital. Los próximos meses marcarán un punto de inflexión decisivo para el posicionamiento global de carteras.






